Kiko Matamoros asistía ayer al espectáculo de Rocío Carrasco en memoria de su madre. Su crítica no pudo ser más ácida.
Kiko Matamoros asistía ayer al espectáculo de Rocío Carrasco en memoria de su madre. Su crítica no pudo ser más ácida. Aparte de reconocer que le habían fastidiado la tarde teniendo que ir al auditorio correspondiente a las seis, no dudó en hablar tan claro como es habitual en él.
De Anabel Dueñas, la protagonista del show, decía que «no tiene capacidad para soportar el peso de tratar de imitar a Rocío Jurado. Rosario Mohedano lo habría hecho mejor. El tempo de las canciones estaba ralentizado porque, sino, esta chica no llega. Chilla como un gato pisado y baila como una belga borracha en Torremolinos».
«He salido apesadumbrado pensando si Rocío Jurado se merecía esto. Creo que el espectáculo es una falta de respeto a su memoria». No dudaba en indicar que el decorado, el vestuario y todo lo que se puede ver en escena confirma la falta de presupuesto y el intento de ahorrar costes.
«El escenario se rellena con ocho vestidos de Rocío Jurado, una chaise longue barata, por cierto, los músicos (tres en total) ahí arrinconado… Es verdaderamente pobre. Me he tenido que ir antes del final. Ha sido como una fiesta de fin de curso de bachillerato, a ese nivel».
Con las entradas a 5 euros para los mayores de 65 años, y poco más para el resto del público, todo parece indicar que con el aforo actual es más que probable que la obra sea ruinosa. De ti depende que conozcamos tu opinión sobre lo que parece ser un espectáculo destinado a salvar los muebles económicos de la pareja organizadora.
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