MADRID, 26 Mar. (CHANCE) –
Después de superar el atraco que vivió Kim Kardashian en París, que la mantuvo alejada de la vida pública, y los problemas psicológicos que atravesó Kanye West a causa de la ansiedad y presión mediática y recuperar la «normalidad» a la que acostumbra, un nuevo revés vuelve a golpear a la pareja más mediática de nuestros tiempos.
El pasado 15 de marzo el matrimonio West-Kardashian recibía la trágica noticia del fallecimiento de Ricky, el hijo pequeño de Ricky Anderson y Erica Paige, primo del rapero y con los que el mantienen una estrecha relación.
Desolados y rotos de dolor, se pudo ver a la pareja en el funeral del pequeño en Los Ángeles, vestidos de riguroso negro y apoyando a su familia. Según han desvelados fuentes cercanas, la noticia ha supuesto un duro golpe para la pareja, quienes han despertado un miedo atroz a que les pueda suceder algo a sus hijos, que tienen una edad cercana a la del fallecido Ricky, de año y medio.
Según la misma fuente a Kim le cuesta dormir por el miedo de que les pueda pasar algo a North y Saint, por lo que ha decidido que los pequeños duerman con ella en la misma habitación, contando con el apoyo de su marido.
