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La Familia Real de Georgia: una dinastía en conflicto y muy vinculada a España

Los Bagration son considerados una de las dinastías reales más viejas de Europa y de hecho hay quien los cataloga como descendientes del mismísimo Rey David descrito en La Biblia. No obstante, esta última teoría nunca ha podido demostrarse y oficialmente el origen de la dinastía data del año 975, cuando Bagrat III se convirtió en el primer Rey de Georgia tras la unificación de los antiguos reinos y principados que componían este territorio al este de Europa.

Entre los siglos X y XIX, la historia de Georgia estaría marcada por breves periodos de estabilidad entre numerosos conflictos internos e incluso invasiones extranjeras (las más destacadas fueron las de los mongoles en el siglo XIII). El reino que Bagrat III había unificado acabó desintegrándose y reunificándose varias veces hasta que finalmente, a finales del siglo XVII, el Rey Jorge XII firmó un acuerdo de protección con el Zar Pablo I de Rusia a través del cual buscaba pacificar el territorio ante el creciente clima de conflictividad.

Lo que el último monarca de la dinastía Bagration se imaginaba era que a su muerte, en 1801, el Zar anexionarían Georgia al Imperio Ruso y que el país ya no recuperaría su independencia hasta 1991, con la caída de la Unión Soviética. Desde entonces, el antiguo Reino de Georgia es una república y los descendientes de su último soberano todavía siguen peleándose por el desaparecido trono.

Conflicto dinástico entre los pretendientes al trono

Tras la anexión rusa, los Bagration perdieron su poder e influencia y pasaron a ser poco menos que aristócratas en la Corte de los Romanov. Aunque lo peor estaba por llegar, ya que tras la revolución bolchevique y la posterior instauración del régimen comunista en Rusia, la Familia Real de Georgia tuvo que sufrir el exilio, la persecución y, en algunos casos, la muerte a manos de las autoridades soviéticas.

La dinastía se dividió entonces en dos ramas familiares: los Bagration-Mukhrani y los Bagration-Gruzinsky. Ambas descienden directamente del último rey, pero mientras que la primera rama es la más importante en términos de legitimidad, la segunda fue ganando posiciones de influencia en los tiempos inmediatamente previos a la anexión rusa. A día de hoy el conflicto entre los partidarios de unos y otros todavía no se ha resuelto, pero la mayoría de las Casas Reales de Europa (incluidas la española y la británica) dan su apoyo explícito a los Bagration-Mukhrani.

El caso es que, en paralelo al conflicto familiar entre las diversas facciones de los Bagration, el clima social y político de Georgia ha ido complicándose paulatinamente durante los últimos años hasta el punto de que en 2007 el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa georgiana abogó públicamente por la reinstauración de una monarquía constitucional como solución a los problemas del país. La sugerencia fue tomada en serio por la propia clase política, pero a la hora de abordarla se encontraron con un problema: ¿Cuál de las dos ramas familiares de los Bagration sería la legítima en caso de restablecer la monarquía?

La solución del Patriarca Elías II fue la de unir a las dos en un matrimonio que engendrase un nuevo heredero destinado a aunar las pretensiones de unos y otros. De ese modo, se anunció el compromiso matrimonial del Príncipe David Bagration-Mukhrani (Jefe de la Casa Real de Mukhrani) y de la Princesa Ana Bagration-Gruzinsky (hija del Príncipe Nuzgar Bagration-Gruzinsky, Jefe de la Casa Real de Gruzinsky).

Ninguno de los contrayentes se conocía previamente y la Princesa Ana incluso tuvo que divorciarse de su primer marido (con el que tenía dos hijas) para poder casarse nuevamente, pero nada ni nadie podría evitar que el 8 de febrero de 2009 se celebrase en la Catedral de Tiflis la primera boda real en Georgia desde hacía dos siglos. Más de 3.000 invitados fueron testigos de esta unión totalmente concertada y que tenía un único objetivo: concebir a un heredero legítimo llamado a reinar si algún día se restablece la monarquía en Georgia.

Ese objetivo se cumplió el 27 de septiembre de 2011 con el nacimiento del Príncipe Giorgi Bagration, depositario a partes iguales de los derechos de los Mukhrani y de los Gruzinsky. Sus padres se divorciaron en 2013 y, aunque se fijó un régimen de custodia compartida, el Príncipe David es quien se está encargando de la educación del futuro Heredero al Trono.

La vinculación con España

Como dato curioso, tanto el Príncipe Giorgi como el Príncipe David nacieron en Madrid, a más de 5.000 kilómetros del reino en el que sus antepasados ostentaron el poder. Y es que gran parte de los Bagration-Mukhrani decidieron establecerse en España tras ser expulsados de Georgia por las autoridades soviéticas. El primero en hacerlo fue el Príncipe Irakli en 1944, abuelo del Príncipe David y en su día Jefe de la Casa Real de Mukhrani (hasta su fallecimiento en 1977).

Su traslado a España se produjo en 1944, tras enviudar de su segunda esposa, la aristócrata italiana María Antonieta Pasquini. Con ella tuvo a su primer hijo y heredero de sus derechos dinásticos: el Príncipe Jorge Bagration (padre del Príncipe David). Juntos, padre e hijo, fijaron su nueva residencia en Madrid y en la capital precisamente tendría lugar la tercera boda del Príncipe Irakli con la Infanta María de las Mercedes de Baviera y Borbón (sobrina del Rey Alfonso XIII). El enlace se celebró en 1946 y sirvió para unir a la realeza española con la georgiana.

De este modo, los dos hijos habidos de este matrimonio – los príncipes María (1947) y Bagrat (1949) – son primos segundos del Rey Juan Carlos I en calidad de descendientes del Rey Alfonso XII. Un parentesco que muchos adjudican también de forma errónea al Príncipe Jorge Bagration, cuando en realidad este último era fruto del matrimonio anterior de su padre. Eso sí, su relación con Don Juan Carlos era tan familiar (o más) como la de sus hermanastros.

Jorge de Bagration continuó viviendo en Madrid aún después de haber muerto el Príncipe Irakli y heredar su puesto como cabeza de familia. Durante el resto de su vida compaginaría su labor como pretendiente al Trono de Georgia con la de conductor de vehículos de carreras. Una afición muy poco usual para alguien de la realeza pero que le llevó ganar dos veces el Campeonato de Rallyes de España (en 1979 y en 1981) y a disputar incontables carreras sobre dos ruedas e incluso en la disciplina Fórmula 2. Es más que probable que su afinidad con el Rey Juan Carlos residiese en esta pasión compartida por el mundo de la automoción.

El «príncipe de las carreras» tuvo cuatro hijos con su primera esposa y uno con la segunda y última, Nuria Llopis. Sin duda el más conocido de todos ellos es el Príncipe David Bagration-Mukhrani, heredero de sus derechos y actual Jefe de la Familia Real, pero hay otros de sus descendientes que viven igualmente en España y son conocidos por causas ajenas a su condición de «Altezas Reales».

Es el caso de Jaime Gaixas Querol, hijo de la Princesa María Bagration (hija mayor del Príncipe Jorge) y protagonista de un efímero escándalo político tras descubrirse que estaba incluido en la lista de candidatos del partido Más País (formación dirigida por Íñigo Errejón) por Barcelona a las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019. Desbordado por la presión mediática, finalmente decidió renunciar a su candidatura y a su breve pero intensa carrera política.

Otro de los Bagration que aparece con frecuencia en los medios de comunicación españoles es el Príncipe Juan Bagration-Mukhrani, hijo del Príncipe Bagrat y nieto del Príncipe Irakli. En su caso, él sí está emparentado con la Familia Real Española por ser tataranieto del Rey Alfonso XII y primo tercero del Rey Felipe VI. Pero su parentesco con los Borbones no es su único vínculo con España.

Aparte de haber nacido en Madrid y tener la doble nacionalidad (española y georgiana), se declara ferviente seguidor del Atlético de Madrid y entre su círculo de amistades se encuentra el torero Cayetano Rivera, al que conoció cuando ambos estudiaban en el internado suizo Beau Soleil. Es más, gracias al diestro descubrió la ciudad de Ronda y allí celebró su enlace civil con la modelo Kristine Dzidziguri en 2014. Al hijo de Paquirri le fue imposible acudir, pero el Príncipe Juan Bagration sí acudió a su boda con Eva Gonzáleztexto enlace en 2015.

La vinculación con Rusia

Los avatares del destino a veces nos deparan un futuro cuanto menos sorprendente y, en este sentido, quién les iba a decir a los Bagration que acabarían no solo emparentados con la Casa Real que les arrebató el trono, sino que la heredera legítima de los Romanov tendría en sus venas sangre de la realeza georgiana.

Este curioso hecho se debe al matrimonio en 1948 de la Princesa Leonida Bagration-Mukhrani (hermana del Príncipe Irakli) con el Gran Duque Vladimir Kirilovich, descendiente directo del último Zar de Rusia y pretendiente al depuesto trono de los Romanov. La pareja tenía su residencia fijada en España y aquí nació su única hija: la Gran Duquesa María de Rusia. Ella es, tras la muerte de su padre en 1992, la candidata oficial a convertirse en Zarina si en un remoto casual se reinstaurase la monarquía en Rusia. Eso sí, la batalla dinástica que mantiene con el resto de pretendientes en el seno de su familia es tan encarnizada como la de los propios Bagration.

La Gran Duquesa María Vladimirovna no es la única hija de la Princesa Leonida, ya que esta última tuvo un primer matrimonio de tres años (1934-1937) con el empresario estadounidense Summer Moore Kirby. De esta unión nació en 1935 una única hija que desde su infancia reside también en Madrid: Elena Kirby Bagration.

Pese a pertenecer a la Familia Real de Georgia y, tras el segundo matrimonio de su madre, ser también hermanastra de la Jefa de la Casa Imperial de Rusia, se trata de una mujer excesivamente discreta y de cuya vida privada poco se sabe más allá de su mala suerte en el amor, la cual le ha llevado a permanecer oficialmente soltera durante más de 80 años.

En 1960 se comprometió con el abogado español Antonio Bermúdez de Castro, pero su prometido falleció a los pocos meses de anunciarse el compromiso matrimonial. Años después, en 1965, mantuvo una breve relación con el Príncipe Federico Guillermo de Prusia pero no llegó a oficializarse y, tras su ruptura en 1966 se comprometió nuevamente con el aristócrata Juan Pérez de Guzmán y Castillejo. La boda se fijó para el 19 de enero de 1967, pero por causas desconocidas, nunca llegó a oficiarse y la relación llegó a su fin.

En contraposición a estos infortunios, Elena Kirby Bagration puede presumir de tener a su lado a un extenso círculo de amistades en el que se encuentran el Rey Simeón de Bulgaria, los Reyes Juan Carlos y Sofía o la ya fallecida Carmen Franco. De hecho, La hija del dictador tenía un vínculo tan estrecho con la Condesa Dvinskaya (título que el Gran Duque Vladimir concedió a su hijastra) que en 2009 viajó expresamente a Georgia para acudir como invitada a la boda de los Príncipes David y Ana Bagration.

La también fallecida Infanta Pilar de Borbón fue una de las mejores amigas de Elena Kirby Bagration. Su relación iba más allá de los vínculos con la realeza y se extendía también al ámbito laboral, puesto que ambas estuvieron estrechamente vinculadas a la creación del rastrillo benéfico Nuevo Futuro, al que año tras año acudían para hacer gala de su faceta más solidaria.

Una vez más, queda patente el vínculo de la Familia Real de Georgia con España. El país que los Bagration eligieron como refugio tras perder su reino y desde el cual maniobran para conseguir lo que tanto anhelan desde hace siglos: reinstaurar la monarquía en la exrepública soviética. ¿Lo conseguirán algún día?