El coronavirus ha dinamitado muchos planes, pero hay otros que han continuado adelante pese a que hayan tenido que realizarse bajo medidas especiales para prevenir posibles contagios. Uno de ellos es el Día Nacional de Mónaco, que ha vuelto a reunir a la familia real del principado en su acto más importante. Un año más, ha estado presidido por el príncipe Alberto y la princesa Charlene, que en esta ocasión ha vestido de negro, rindiendo así homenaje a los fallecidos durante la pandemia.
La sudafricana ha lucido un look sobrio a la par que elegante, un abrigo entallado de color negro de forro fucsia que se dejaba ver a modo de ribeteado. Ha completado el conjunto con un tocado de tipo casquete, decorado con una redecilla, unos de sus pendientes favoritos, los de diamantes y perlas, una mascarilla de color negro y unos originales guantes transparentes. El único toque de color estaba en su bolso, una cartera de mano en fucsia, a juego con el interior de su abrigo.
Carolina de Mónaco no se ha quedado atrás y ha vuelto a dejar claro que es una de las mujeres más elegantes del mundo. La hermana del príncipe ha vuelto a confiar en su firma favorita, Chanel, luciendo un conjunto de falda y chaqueta en blanco y negro tan sofisticado como original, pues la parte superior simula llevar una blusa debajo. En cuanto al peinado, Carolina ha sido muy sencilla y ha llevado el pelo suelto, ligeramente ondulado, y sujeto con una diadema de terciopelo negro. Al contrario que la de su hermano y su cuñada, su mascarilla era de color blanco, a juego con los pendientes de perlas que colgaban de sus orejas.
Sin duda, un gran duelo de estilo que ha acaparado buena parte de las miradas, pero los verdaderas protagonistas no eran las dos mujeres, sino los pequeños de la familia. Los hijos mellizos de Alberto y Charlene, Gabriella y Jacques, han vuelto a convertirse en los protagonistas de la jornada. Los niños estaban perfectos para la ocasión, ella con un abrigo clásico en azul marido y detalles en rojo, y él con el traje oficial del principado, convirtiéndose en el reflejo de su padre.
Pero estos no han sido los únicos miembros de la familia real monegasca que han acudido al acto. Tampoco se lo han perdido la hija pequeña de Carolina, Alejandra de Hannover, vestida de negro de la mano de Dior; Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, ella muy elegante con un dos piezas negro y diadema de terciopelo granate; y Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, elegante con un top negro y falda jaspeada en forma de a ‘A’ juego con el abrigo.
