Leticia Sabater y Yola Berrocal aportan la nota surrealista a La casa fuerte. Cansados ya de las peleas de gatas, ambas apuestan, con éxito, por la diversión.
Leticia Sabater y Yola Berrocal aportan la nota surrealista a La casa fuerte. Cansados ya de las peleas de gatas, ambas apuestan, con éxito, por la diversión. Sabater comenzaba su desayuno de hace unos días recordando sus grandes éxitos. Incluso comentó que había estado en una ocasión con Felipe VI.
Es más, le saludó y todo el mundo pensaba, o eso dice ella, que cuando se publicó la noticia del romance del entonces Príncipe de Asturias con una presentadora llamada Leticia, la prensa le preguntó si era ella. No lo fue, una pena.
Posteriormente, Yola decidió montar un call center con tres jaulas de pájaros. Leticia cobraba las llamadas a cambio de algún premio y el personal iba a hablar con dos cajas de regalo con quien les apetecía.
De no ser por estos ratitos, aquello sería como Gandía Shore en la sierra de Madrid, pero con más tatuajes. Lo mejor del caso es que todos están encerrados en la casa y solo saldrán cuando termine el concurso. Igual le dicen a Fani algo de lo que se está publicando para que abandone y para estirar el chicle de su vida pasada.
Sea como sea, preferimos ver a Yola y a Leticia en los mundos de Yupi antes que las broncas del resto de indolentes y gandules que se dedica a tomar el sol, lucir palmito y confirmar su nivel de inteligencia. ¿Será esto un nuevo experimento sociológico? Quién sabe. De ti depende que conozcamos tu opinión sobre el tema.
