El lema ¡qué fascista eres que no piensas como yo te ordeno! sigue vigente. Las hordas de la izquierda son el nuevo KGB como confirmaron ayer a Paz Vega.
El lema ¡qué fascista eres que no piensas como yo te ordeno! sigue vigente. Las hordas de la izquierda son el nuevo KGB como confirmaron ayer a Paz Vega. Los trolls subvencionados por el contribuyente son los encargados de decir quién sí y quién no puede opinar lo que le de la real gana.
Lucía Etxebarría es una de sus dianas preferidas y cuando la critican todos olvidan el feminismo, la pancarta y a la señora que los parió. Pues bien, la escritora comentaba ayer en Twitter lo siguiente: «Ahora decidme si vosotras os quedaríais solas con Rosa María Sardá en un cuarto de baño. Decidme si entendéis mi postura. Decidme si creéis que el PSOE apoya a las mujeres violadas».
Paz Vega decidió hacer clic en el corazón que aparece tras cada mensaje y salieron a pasear las feministas de guardia que, al comer de tus impuestos, no tienen nada mejor que hacer que dedicarse a trincar de la olla grande mientras repasan que nadie se salga de las líneas marcadas por su cortedad mental y por su vaciedad.
Con comentarios como «Hasta qué punto puedes y debes permitirte no ser consciente de ciertas cosas siendo un personaje público, con altavoz? Hasta qué punto te puedes excusar en ese desconocimiento y dejadez de realidades no tan ajenas a ti?» y acusaciones de TERF (feminista radical que excluye a los transexuales) pasaron el día y justificaron su sueldo.
Los que criticaban la ley mordaza y la censura de Franco son ahora muchísimo peores cuando algo no encaja con su patético ideario de hace dos siglos. Cosas veredes amigo Sancho. Nuestro más sincero apoyo a Paz Vega por seguir pensando que en este país se puede opinar en libertad sin tener que ser criticado por los aburridos de turno.
