Inicio Chiiist! Pensando 'en verdejo': fruta, frescor y grandes blancos

Pensando 'en verdejo': fruta, frescor y grandes blancos

Es el blanco más cercano: en la barra del bar, en el restaurante, en el supermercado. Se pide tanto por el nombre de la zona («ponme un rueda»), como por el de su uva mayoritaria («un verdejo, por favor»). Su éxito ha sido enorme. De hecho, Rueda es, probablemente, la denominación que más ha crecido en los últimos años en extensión de viñedo y producción. Y esto ha hecho que la verdejo se esté plantando en otras zonas de Castilla y León, Castilla-La Mancha e incluso ¡Rioja!

¿Y en la copa qué? La versión más comercial y extendida es la del blanco fresco, muy frutal y con intensos y a menudo escandalosos aromas a césped y maracuyá. Aunque no hay que pasar por alto que los mejores elaboradores de la zona se preocupan por conseguir una expresión más pura de la verdejo (hay un auténtico debate en el mundo profesional sobre cuál es el perfil más auténtico de la variedad) y que refleje también la personalidad del terruño en el que se cultiva.

En realidad, y lejos de ese patrón tan lineal que encontramos en la barra del bar, podríamos decir que hay un rueda para cada ocasión, capaz de satisfacer distintos gustos y presupuestos. Os proponemos un viaje por la denominación a través de cinco etiquetas, capaces de dibujar un paisaje multidimensional para esta región castellana que se extiende por las provincias de Valladolid, Segovia y Ávila.

El consumidor que busque la relación calidad-precio pura y dura puede quedarse muy satisfecho con el muy disponible e impecable Protos Verdejo 2011 (5,95 euros, 89 puntos, 750.000 botellas), con una gama aromática muy limpia y nada empalagosa. Hay recuerdos de fruta blanca, hierbas secas y piel de limón, y buen equilibrio en boca entre los sabores de fruta dulce y el amargor final que tantos defienden como una característica fundamental de la uva verdejo.
Una expresión más intensa y con mucho relieve de fruta la encontramos en Naia 2011 (8,95 euros, 91+ puntos), en clave cítrica (lima) y de maracuyá y, sobre todo, con un paladar muy untuoso, con volumen y un final insistente y con un delicioso punto amargoso. El enólogo que firma el vino, Eulogio Callejo, defiende que la verdejo es una variedad de boca y a menudo habla de ella como “una uva tinta sin color”. Para realzar la estructura del vino emplea hasta un 20% de vino fermentado en tino, sin que haya el más mínimo atisbo de sabor a roble.
Un factor clave para conseguir una mayor concentración de sabores pasa por controlar los rendimientos en el viñedo, algo que se da de forma perfectamente natural en las cepas viejas. Rueda, pese a haber triplicado su superficie en diez años, cuenta con algunos focos de parcelas muy antiguas, el más destacado en Segovia, en el extremo suroriental de la denominación. Con plantas de entre 70 y 110 años de sus viticultores de la zona la gran cooperativa de La Seca, Agrícola Castellana, elabora Cuatro Rayas Viñedos Centenarios 2011 (9,20 euros, 91 puntos), un blanco trabajado varios meses con sus lías en acero inoxidable que ofrece finas notas anisadas y de hinojo en nariz y una boca vivaz y untuosa.
Otra vía para conseguir complejidad es el trabajo con la barrica, al estilo de los grandes blancos del mundo. El gran especialista en este capítulo es el francés Didier Belondrade, que desde su llegada a la denominación a principios de los noventa se ha centrado específicamente en este capítulo y hoy presume de sus 80.000 botellas anuales de Belondrade en un solo embotellado. Su Belondrade y Lurton 2010 (22,95 euros) es un blanco serio, elegante y complejo que se beneficiará notablemente de un cierto desarrollo en botella. No resulta nada descabellado guardarlo durante tres o cuatro años o adquirirlo en formato mágnum de litro y medio que asegura una evolución más lenta del vino. Otro buen ejemplo de verdejo fermentado en barrica en una gama de precio algo inferior es el elegante y carnoso José Pariente Fermentado en Barrica 2009 (13,45 euros, 93+ puntos), con cinco meses de crianza en roble.