La muerte de José María Iñigo nos sorprendía ayer para recordarnos la importancia de su trabajo en la historia de la televisión en este país.
La muerte de José María Iñigo nos sorprendía ayer para recordarnos la importancia de su trabajo en la historia de la televisión en este país. De su aprendizaje en Londres sacó lo mejor de sí mismo convirtiendo cada programa que hacía en un éxito sin precedentes. Por suerte, estuvo trabajando hasta hace muy poco y se ha ido como lo que siempre fue: un caballero.
Su viuda, Pilar Piniella, comentaba ayer en el tanatorio que “padecía cáncer desde hace dos años, pero lo llevó muy bien. Ha muerto como él quería, mientras dormía, no se ha enterado de nada. Y trabajando hasta el ultimo día”.
Su discreción ha sido tal que ni sus propios compañeros conocían su enfermedad. Su hijo José María indicaba que “Nadie sabía nada, así lo quiso él. Ha ido sobrellevándolo estos dos años y aguantando hasta el final”.
Por el tanatorio pasaron buena parte de los compañeros de la prensa para darle su último adiós a uno de los periodistas más activos, innovadores y creativos que jamás hayan pisado un plató de televisión. Solo él era capaz de lograr la actuación de los mejores artistas y de hacer entrevistas que se adelantaron varias décadas a su tiempo.
Solo nos queda sumarnos a los mensajes de pésame que se le están enviando a la familia. Descanse en paz un periodista que para todos los que nos dedicamos a esto sigue siendo un ejemplo a seguir. Nuestro más sincero abrazo para sus familiares y amigos. Abrimos los comentarios para que nos permitas conocer tu opinión sobre el incontestable trabajo de Iñigo.
Vía | Lecturas
