Rocío Monasterio, una más en Asiegu para ver a la Familiar Real durante el Premio Pueblo Ejemplar 2019

Durante este tercer fin de semana de octubre de 2019, la Princesa Leonor se ha convertido en el centro de atención para mucha gente. La futura heredera a la Corona Española se estrenaba este mismo año en sus labores como Princesa de Asturias, presidiendo así junto a su padre la entre de los conocidos galardones a los que da nombre. Además, también fue la encargada de hacer entrega por primera vez del conocido Premio Pueblo Ejemplar de Asturias 2019 a la localidad de Asiegu, una pequeña aldea de menos 100 habitantes.

Como marca la tradición, el Rey Felipe VI, la Reina Letizia, la Infanta Sofía y la protagonista de todo esto, la Princesa de Asturias, disfrutaron de varias horas paseando por la mencionada localidad que se había puesto a pleno funcionamiento para su visita. Pese a su reducido número de lugareños, a la Asiegu no le falta de nada y así lo comprobaron ellos mismos visitando dos caseríos, un sidrería y varios puntos emblemáticos del lugar. Por supuesto, además de todos los habitantes hasta allí también se desplazaron otros tantos para poder ver a los miembros de la Familia Real en directo y, si había la ocasión, incluso cruzar alguna palabra con ellos.

Pero ente todos esas personas de anónimas que llegaron hasta allí (todos ellos con paraguas para resguardarse de la lluvia constante) había un rostro conocido que tampoco pasó desapercibido. Con paraguas estampado con la bandera de España en mano, Rocío Monaterio y su marido, Iván Espinosa de los Monteros. Así es, la Portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid también aprovechó para acercarse hasta allí para ver a los monarcas bien de cerca. Eso sí, desde la barrera como el resto de personas, la política se escurrió entre el resto del público como una más.

Un mala época para los Monteros Monasterio

Más allá de este pasatiempos de matrimonio, lo cierto es que ambos no están pasando por un buen momento. La casa en la que residían en Madrid se situó en el foco de la polémica tras descubrirse que el sótano de la misma habilitado como despacho para Monasterios donde trabajaba como arquitecta, no contaba con una licencia de funcionamiento de dicha actividad ni licencia de primera ocupación, incurriendo así en una irregularidad tratándose de una «residencia familiar con menores». Tras el cese de esta actividad, finalmente el Ayutamiento de Madrid no ha decidido clausurar la vivienda aún que Urbanismo todavía mantiene el expediente abierto.

Este no es el único escándalo en el que se han visto envueltos. Tras el de su chalet saltó también a los medios (la primera información fue publicada por El País) que Epinosa y Mosterio habían comprando una antigua fábrica de plásticos localizada en el número 6 de la calle Pedro Heredia (Madrid ciudad) y habían construido un bloque de ocho pisos ‘loft’ sin licencia de obra. Posteriormente, todos estos fueron vendidos como viviendo pese a que el terreno no era «suelo residencial».