Sabrina Mahi ganó GH 2 escondida detrás de un sofá y llorando como una magdalena. Ahora parece ser negacionista.
Sabrina Mahi ganó GH 2 escondida detrás de un sofá y llorando como una magdalena. Ahora parece ser negacionista. Cada cual piensa tiene derecho a decir lo que quiera, pero no tanto a que se respete lo que dice, que diría Voltaire. Es más, el uso de hashtags como #estáisacabados y #yosoylibre no deja de sorprender.
Y más todavía cuando se suben gráficos con frases como «no dejes que te adoctrinen, investiga» (que nos parece muy bien) o dar consejos sobre cómo lavarse bien el cerebro. Y en este caso, los datos confirman justo lo contrario a lo que predica la antedicha.
No vamos a entrar en polémicas sobre el origen del virus o su expansión, pero sí a comentar que hay, solo en España, 80 000 muertos. Los contagios tienen olas distintas, el virus ataca a personas de todas las edades y negar una realidad palpable en cualquier hospital de España es, cuando menos, digno de estudio.
Promulgar que se es libre por no pensar como los demás nos parece muy bien, pero en otra situación sanitaria. No vamos a decir aquí que todos tenemos que entrar en el redil, pero sí que, desgraciadamente, cada vez es más fácil tener un vecino o familiar que ha sufrido el coronavirus.
Negarlo y poner de incultos a los que no piensan como una es mal síntoma. Lo dicho, la libertad de expresión es sagrada, respetar lo que se dice es una opción. Deseamos, sinceramente, que Sabrina no tenga que cambiar de opinión, como tantos otros, tras contagiarse de un virus que no respeta a nadie.
