Salma Hayek reflexiona sobre la belleza y la edad en The Edit a sus 50 años. “No voy a mentirte, me gustaría que las curvas aparecieran en vez de irse de algunos lugares, pero me encanta una curva pequeña”, explica la actriz. “Me encanta la palabra “curvy”, es artística”, añade y apunta: “Una línea recta puede ser aburrida”.
La intérprete comenta que la perspectiva sobre su cuerpo ha cambiado con el paso de los años y que a veces se pregunta si debe seguir haciendo ejercicio. “Algunas veces diría: “Tengo 50 años. ¿Por qué tengo que estar guapa? Ya tengo a mi hombre. Pero, claro, tampoco quiero perderlo”, dice.
“La peor parte de envejecer ha ido a parar a mis ojos. No por las arrugas, sino por los ojos”, explica. “Soy una persona muy visual y no puedo leer sin gafas… Es muy triste, realmente triste. Los ojos, para mí, es algo peor que la menopausa”.
“A mi marido le encanta mi pelo rizado. Yo digo: “No puedo ir al evento con mi loco pelo rizado” y él dice: “Pero así eres tú, eres eléctrica. Te conecta a la energía y tú eres eléctrica. Por eso tu pelo es así”, explica.
“Cuando estoy triste, alguna vez me comporto como una z**a“, admite la nominada al Oscar. “Algunas veces bebo cerveza. Funciona. Algunas veces tomo un baño… Otras veces la música me ayuda: me gustan de todos los estilos. También medito. Respiro. Pero, primero, me comporto como una z**a”, reconoce la mexicana.
Vía | People