Anabel Pantoja lo tenía claro: no iba a soportar ni una humillación más. Tenía preparada una carta para anunciar su abandono. Valldeperas le impidió leerla.
Anabel Pantoja lo tenía claro: no iba a soportar ni una humillación más. Tenía preparada una carta para anunciar su abandono. Valldeperas le impidió leerla. Todo sea dicho, lo que no se puede hacer es tener a una joven en un programa para que haga lo que le apetezca a la dirección.
En una misma semana hemos visto cómo se confirmaba su embarazo, cómo se desmentía e incluso una ecografía en directo. A todo lo anterior hay que sumarle las críticas por los de las joyas y las declaraciones de su primo.
Parece lógico deducir que resulta bastante fácil que Anabel dijera hasta aquí he llegado. Ayer, al inicio del programa, le obligaban a ir a pedirles perdón a los compañeros del equipo de investigación, algo que hizo llorando y de forma sincera. Luego, recibía la llamada de Kiko Rivera en la que su primo le reconocía que «eres parte de mí, eres mi prima, mi amiga y mi hermana».
Con lágrimas, Anabel se acercó a un atril para leer una carta que tenía preparada. Ya venía indicando durante toda la tarde que ella había trabajando antes de entrar en televisión y que lo seguiría haciendo. Fue El Negro, al que entrevistaron ayer por la mañana, el que anunció cuáles eran las intenciones de Anabel.
Le invitaron a recapacitar, a pensárselo un poco y a no leer su carta de renuncia. ¿Para qué? ¿Quizá para que le sigan dando hasta en el carnet de identidad porque no hay otro colaborador que entre en ese juego? Será Anabel la que decida, pero ¿qué piensa Geles de todo esto? Esperamos tus comentarios sobre el tema.
