Supervivientes 2023 era la última esperanza para Telecinco, pero no ha resultado. La audiencia no ha conectado con el formato.
Supervivientes 2023 era la última esperanza para Telecinco, pero no ha resultado. La audiencia no ha conectado con el formato. Y es que, en lugar de fomentar la supervivencia, se prefiere el chismorreo y convertir aquello en un Sálvame que no hay por dónde coger debido al distinto pelaje de los concursantes.
El programa del pasado domingo fue el quinto más visto en la televisión española con un 13, 6 % y un tope máximo de 1 259 000 espectadores. Esta posición no compensa el gasto que supone tener en Honduras un equipo profesional, lo que cuesta el sueldo semanal de los concursantes y otros aspectos relacionados con el devenir de un concurso que bien podría darse ya por finiquitado.
Y es que para ahorrar costes prefieren contratar a personajes que no tienen tirón o que a las primeras de cambio regresan a España. La pérdida de Lara Álvarez ha sido tan letal como repetir, por enésima vez, las pruebas de siempre, los guiones de siempre y todo aquello que hizo grande a un programa que no da más de sí.
Teniendo en cuenta la falta de compromiso de los concursantes, sus ganas de no hacer nada y que solo buscan discusiones para salir en los resúmenes, esto se podría acelerar y no terminar, como solía ocurrir, en julio sino en mayo. Habrá que ver si se inventan algo para remontar el vuelo, pero si te gana una película más vista que el TBO un domingo por la noche, no hay que ser demasiado inteligente para deducir qué pasará.
