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Susana Molina se sincera sobre su problema de ansiedad: «Voy a empezar a tratarme con un psicólogo»

Tras su dolorosa ruptura con Gonzalo Montoya, televisada en ‘La isla de las tentaciones’, Susana Molina sigue compartiendo con los espectadores los aspesctos más íntimos de su vida a través de su canal de Mtmad ‘Contigo sí’. Después de contar lo difícil y lo dolorosa que fue la ruptura con su chico, ahora ha querido normalizar un problema que sufre gran parte de la población, la ansiedad.

La ganadora de ‘Gran Hermano 14’ ha querido abrirse con sus seguidores y contar dónde está el origen de ese problema y cómo ha afectado a su vida: «El tema de la ansiedad a mí me ha traído bastantes problemas. Siempre pensaba que era un agobio hasta que me pasó esto, y cuando me pasó ya me di cuenta de que era un problema. Es una enfermedad bastante complicada hasta que identificas lo que te pasa y te lo tratas».

Entonces Molina ha explicado que su problema de ansiedad comenzó durante una noche de verano en una discoteca en la que empezó a sentirse muy mal, por lo que decidió irse a casa. Pero de camino al coche se encontraba tan mal que optó por ir al baño y allí se desmayó. Un desmayo que se volvió a repetir minutos después pero ya acompañada de Gonlazo, de sus ahora excuñados y del personal de seguridad del local. La participante de ‘La isla de las tentaciones’ acudió a urgencias, donde permaneció ingresada haciéndole varias pruebas.

Unas pruebas con las que el pesonal médico quería comprobar si lo que le había ocurrido era un ataque de epilepsia: «Las pruebas salieron bien y lo que me dijeron es que había tenido una bajada de tensión brutal y me había provocado al desmayo. Yo tengo la tensión baja y me había desmayado más veces, aunque nunca así de fuerte. Pero a raíz de ahí le cogí miedo a muchas cosas, como a coger el coche».

Susana Molina: «Fue una época en la que me perdí muchísimas cosas»

A raíz de ese percance Susana Molina se obsesionó con la posibilidad de que ese episodio se pudiera repetir, hasta el punto de evitar ir a los sitios y de que, cuando iba a algún lado sin su madre o sin Gonzalo, creía que le iba a ocurrir algo si no estaba con esas personas de su confianza: «Fue una época en la que me perdí muchísimas cosas. Yo iba a todo pero mi cabeza no estaba ahí. Yo estaba cenando con mis amigas pero mi cabeza pensaba todo el rato que me iba a desmayar. Iba a un concierto y buscaba todo el rato las salidas…».

Y sus peores pesadillas se repitieron un día que se animó a irse de compras sola. Se empezó a sentir mal y acudió rápidamente al establecimiento en el que trabajaba su ahora excuñada para decirle lo mal que se encontraba: «Tuve la brillante idea de contarlo por stories. Me sirvió mucho porque se me colapsó el móvil de un montón de testimonios, sobre todo de chicas de mi edad que les pasaba lo mismo. Ahí fue cuando me dijeron, nena, tú lo que tienes es una ansiedad de caballo«.

En ese momento la de ‘La isla de las tentaciones’ empezó a «investigar un poco sobre el tema» y se dio cuenta de que tenía todos los síntomas de un cuadro de ansiedad, pero no pidió ayuda: «Mi fallo fue no acudir nunca a un especialista, a un psicólogo, para tratármelo. Como siempre estaba con Gonzalo no había problema. Yo le decía que me iba a desmayar y él me decía que no y me tranquilizaba. Lo integré en mi vida como si fuera algo normal, pero mal, porque me condició un montón. Verbalizarlo hacía que cada vez me pasase menos, dos o tres veces al mes».

Eso le hizo empezar a despreocuparse del problema hasta que se ha producido su ruptura con Gonzalo Montoya: «En junio empiezo una nueva vida sola. Ya no está Gonzalo sentado en el baño mientras yo me ducho. Y vuelve a pasarme otra vez con más frecuencia. Yo cabezona de mí me dije que tenía que aprender a vivir sola y que no me pasase eso. A mí me funcionó el decir ‘no te vas a desmayar’. El único proceso que me cuesta más es el tema de viajar sola o el del coche, que lo doy por imposible». No obstante, ha decidido empezar a tratárselo: «Voy a empezar a tratarme con un psicólogo porque no tiene sentido que viva con esto cuando es una cosa que se puede mejorar. No hay que vivir con ansiedad».