Inicio Cuba 1933: Algo más para recordar

1933: Algo más para recordar

Huelga general de 1933. Foto tomada de Internet

LA HABANA, Cuba. – Es posible que también en 1933 volvieran a definirse cómo eran las relaciones entre Cuba y Estados Unidos a partir de la gran ayuda que la isla recibió de ese país para dar fin a la Guerra de Independencia.

El 20 de mayo de 1925 el general liberal Gerardo Machado Morales tomaba posesión del cargo como presidente. A pesar de comenzar su mandato declarándose en contra de la reelección, pudieron más los privilegios del poder, como ha ocurrido con todos ellos.

A Machado le debemos obras fundamentales como la Carretera Central, a un costo de 56 millones de dólares, el Capitolio Nacional, los cómodos y agradables tranvías para disfrute de los habaneros y las elecciones parciales al Congreso, a las que concurrieron varios partidos políticos.

Pero en agosto de 1933, llenas las cárceles de presos políticos, el general dictador se empecina en continuar inconstitucionalmente como jefe de estado y es rechazado por una oposición de pueblo sumida en una huelga general desde los primeros días del mes, “el movimiento de protesta más unánime -dice el historiador- visto en Cuba”.

Fue en ese momento que en Estados Unidos eligen como presidente a Franklin D. Roosevelt. Es, entonces, que comienza la llamada “mediación norteamericana”, con el fin de sacar a Machado de Palacio y se crea en Miami la Junta Revolucionaria, compuesta por delegados de varias organizaciones.

Benjamín Summer Welles, enviado especial estadounidense, llega a La Habana el 7 de mayo de 1933 y trata  de resolver la crisis desatada en Cuba, que ya contabilizaba una buena dosis de víctimas, alzamientos contra Machado, bombas estallando por doquier y asesinatos políticos.

Una anécdota que no deja de ser importante ocurre el 5 de agosto, cuando Machado se acerca al Partido Comunista ofreciéndole su legalización, oferta que no fue rechazada. Los comunistas intentaron detener la huelga, aunque sin éxito.

Machado hizo todo lo posible por mantenerse en el poder. Incluso mintió en varias ocasiones ante los legisladores cubanos al acusar a Summer de interferir en los problemas internos de Cuba, nombrándolo responsable de la huelga general y de querer provocar una  intervención en el país por parte de Estados Unidos.

Machado no sentía en su corazón los intereses del pueblo, como ocurre con cualquier dictador. Incluso, según se sabe, logró el apoyo de líderes comunistas, como Rubén Martínez Villena, para detener la huelga.

El día 8, Summer Welles dio un ultimátum a Machado para que renuncie. El 12, Machado huyó a Nassau, Bahamas, y Carlos Manuel de Céspedes, hijo del Padre de la Patria, toma posesión provisional de la República.

De acuerdo a los hechos cronológicos tomados de varias fuentes y al imprescindible libro de Newton Briones Mototo, fue el pueblo cubano, apoyado por Washington, quien obtuvo la renuncia de Machado.

No fue esa la primera vez que Estados Unidos, pese a que Machado contaba con la lealtad de más de veinte mil militares, tomó parte importante en lograr que el pueblo cubano retornara a una vida normal y se dedicara a alcanzar la prosperidad económica.

El pueblo y la ayuda de Estados Unidos salvaron, también esa vez, a la patria.

Fuente

Esperanzas y desilusiones, una historia de los años 30 (Newton Briones Montoto, Editorial Ciencias Sociales, Cuba)