Inicio Cuba A pesar de todo… el dólar no se irá

A pesar de todo… el dólar no se irá

LAS TUNAS, Cuba. – Un pandemónium, sí, un desorden emocional generalizado, se produjo en todo el archipiélago cubano y allende los mares –hasta donde llegó la voz de S.O.S. – pasadas las ocho de la noche del jueves 10 de junio.

El anuncio de la suspensión de depósitos de dólares en efectivo ha generado en muchas personas un “trastorno mental” que recuerda los signos del “trastorno psicótico breve”, dijo un médico especialista a quien consulté a propósito de este suceso. Una vez más, la familia cubana semeja rehenes atrapados por secuestradores que no sólo exigen un rescate, sino también hasta de qué color serán los billetes para pagar la liberación de los secuestrados.

El “trastorno mental” o el “un trastorno psicótico breve” comenzó a producirse cuando cubanos poseedores-beneficiarios de lo que mi amigo Pablo llama la FE (la familia en el exterior) comenzaron a digerir la información servida, intempestivamente, en la Mesa Redonda por encumbrados funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) y el Banco Central de Cuba (BCC), entre ellos, su ministra presidenta, con amnesia respecto a lo que dijo en esa misma mesa en julio de 2020.

El viernes 31 de julio de 2020 –todavía no hace un año– publicamos en este mismo sitio el artículo La Revolución del dólar en Cuba, donde expresamos: “La ministra presidenta del Banco Central de Cuba, Marta Wilson González dijo el pasado martes en el programa Mesa Redonda que la eliminación del gravamen al dólar estadounidense llevó a que hubiera una `mayor recogida de dólares´ en los bancos del país”.

Según publicamos en aquella oportunidad, citando a la ministra presidenta del BCC a propósito de la retirada del gravamen del 10% al dólar, desde que fue retirado aquel impuesto el lunes 20 de julio (de 2020) y hasta el 27 del propio mes, “hubo un incremento en el canje (de dólares a pesos CUC) de 200% con respecto a la semana anterior, mientras que los depósitos (de dólares) aumentaron en un 195%”.

Pero, manteniéndose el mismo “férreo bloqueo yanqui” de hace menos de un año, cuando en la semana del 20 al 27 de julio de 2020 el BCC tuvo un incremento en el canje de dólares a CUC de 200% y un aumento en los depósitos de 195%, variando de última hora la programación de la Mesa Redonda, el plato principal puesto por la ministra presidenta del BCC surtió el efecto de una sopa de ají picante: a partir del 21 de junio el BCC no aceptará dólares americanos; ni como depósitos ni en ninguna otra transacción; ni a través de personas naturales ni jurídicas; sin distinción de ciudadanía, fuesen nacionales o extranjeros.

Y para que no quedaran dudas que entre esas personas también están a quienes un día llamó “excubanos” –en su mayoría cubanoamericanos– en una segunda Mesa Redonda el conductor Randy Alonso precisó: “A esas personas les pasaría lo que les pasa a Cuba”.

Según Alonso, como Cuba no puede usar dólares por el “bloqueo”, los cubanoamericanos tampoco podrían usar dólares en Cuba.

Atendiendo a que, según el doctor, no pocos cubanos y cubanoamericanos en los próximos días continuarán padeciendo algo parecido a “un trastorno psicótico breve”, me disculparán los lectores por pretender intentar hacerlos venir a Cuba, trayéndoles citas en las que, quizás, algunos reconozcan voces o modos de decir de familiares o amigos. De tal suerte, sean ustedes mismos quienes saquen conclusiones de lo que ahora ocurre en el archipiélago cubano, según estos comentarios que en Puerto Padre escuché decir:

“Esta gente (del Gobierno) lo que quiere es recoger los dólares”; “el dólar, ¡ahora va a subir!”; “el dólar, ¡ahora va a bajar!”; “ahora uno no sabe cómo va a terminar esto, si el dólar va a bajar o a va subir”; “con esta gente, da igual si con Fidel o Raúl (Castro) o Díaz-Canel y sus gordos (funcionarios obesos), es el mismo perro con diferente collar y uno no tiene seguridad en nada, una cosa es hoy y otra mañana, cambian de palo pa´ rumba”; “con este (Gobierno), uno no puede meterse en un negocio ni en nada, porque cuando tú menos lo piensas, vienen y te lo joden todo”; “el problema es que los dólares no los podemos poner en la tarjeta (magnética) porque en las tiendas (MLC) no hay nada que comprar”; “el problema es que si sacan (mercancías) en la tienda y uno no tiene los dólares en la tarjeta no puede comprar”; “hay que esperar que pase la luna, esta gente (del Gobierno) entró en menopausia”; “¿y por qué dieron hasta el 21?”; “ah, para que la gente saque los dólares de la casa y los ponga en el banco”; “pero en el banco no están a la mano, los dólares los tienes en una tarjeta y si quieres sacarlos, no es cuando quieras, es cuando ellos tenga dólares en la caja y casi nunca tienen, yo he tenido que esperar dos días para sacar 10 dólares del banco”; “¡pero cómo no van a tener si es tu dinero y tú lo necesita!”; “yo vi la mesa redonda, la ministra del banco dijo que tienen las bóvedas a tuti plen (llenas) de dólares pero que ese dinero no lo pueden tocar porque es de ustedes mismos, de los que tienen tarjetas magnéticas”; “entonces… ¿quién entiende a esta gente?”; “yo no sé” “a mí me quedaban 70 (dólares), puse 40 en el banco y vendí 30 a 45 (pesos)”; “¡Ah, usted está loco, cómo va a vender a 45!” “el que vende a 45 es porque está necesitado”; “¿me vende 100 dólares a 50 (pesos)?”; “no, yo no vendo, yo compro a 50 los que me vendan”; “¿cuánta gente sale pa´ Rusia la semana que viene?”; “¡qué sé yo, todas las semanas de aquí salen 3, 5, 7!”; “¡oiga, y para hacer un buen viaje a Rusia se necesitan cinco mil dólares!”; “¿y a cómo estaba el dólar ayer?”; “ayer no, hoy, mañana y tras mañana, pa´ el que esté pa´ esto (negocio) a 70 y pa´ arriba, esto no baja, ¡si no hay dólares, compadre!”; “yo no sé qué hacer”; “ah, bueno, si es para comprar alguito en la tienda, pues tenga 30, 40 dólares en la tarjeta”;  “yo voy a esperar”; “pues yo ni los pongo en el banco ni los vendo, y antes que malvendidos mis dólares, ¡se van para Estados Unidos otra vez”; “¡compadre, coja calma, usted no ve que aunque quieran sacarlo de circulación el dólar regresó a Cuba para quedarse, él se siente bien aquí, esta es su casa!”; “¡Claro, hay que tener calma!, es como dice este socio, usted no ve que a la familia de nosotros antes le decían la escoria y ahora son la FE, ¿cómo no vamos a tener fe en la FE?”.

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