Inicio Cuba Abel Prieto: manifestantes del 27N fueron influidos y eran incapaces de razonar

Abel Prieto: manifestantes del 27N fueron influidos y eran incapaces de razonar

Artistas frente al Ministerio de Cultura. Foto Facebook Reynier Leyva Novo

MIAMI, Estados Unidos.- Pues bien, para el exministro Abel Prieto la mayoría de los congregados ante el Ministerio de Cultura de Cuba (MINCULT) el pasado 27 de noviembre son víctimas de una operación en las redes sociales, que les anuló la capacidad de razonar y juzgar, de diferenciar la realidad y la ficción.

En un artículo de su autoría, publicado este viernes en el periódico oficialista Granma, Prieto atribuyó el espontáneo plantón de hace una semana a un “empeño de los yanquis” por destruir el sistema cubano, y lo separó de lo que él llama la “historieta de los marginales de San Isidro”.

“Ahora (…) presentan un supuesto ‘movimiento’ (San Isidro), un supuesto rapero procesado por desacato y una supuesta huelga de hambre de una decena de supuestos ‘artistas jóvenes’. Los respaldó una fuerte campaña en la prensa extranjera, en los medios digitales pagados para la subversión y en las redes sociales. Contaron con el apoyo inmediato de Pompeo, Marco Rubio, Almagro y otros personajes”, dijo.

“A través de las redes sociales se gestó un clima enrarecido, con una intensa carga emocional, para suscitar expresiones de adhesión y apoyo moral” a una “hipotética injusticia”, y, continuó el presidente de Casa de las Américas, “como ha sido estudiado por muchos analistas, apelar a las emociones en las redes envuelve a la gente en comunidades sentimentales transitorias, y paraliza la capacidad para razonar, juzgar y verificar dónde están los límites entre la realidad y la ficción”.

Para Abel Prieto “muchos (la mayoría) de los que se congregaron el 27 de noviembre ante las puertas del Ministerio de Cultura estaban influidos por la atmósfera creada en las redes”, y eran pocos los que “conocían lo acontecido efectivamente en San Isidro y a sus protagonistas. Quizá algunos habían tenido una u otra mala experiencia y se sentían dolidos. Creo que querían honestamente dialogar con la institución” agregó.

Por su parte, “otros (una minoría) participaban con total conciencia en un plan contra la Revolución. Usaron las redes sociales para amplificar lo que allí sucedía y lo divulgaron de manera adulterada”, lo que para prieto significan los “gases lacrimógenos, gas pimienta y supuestas emboscadas contra los participantes”, pues según él eso no pasó.

“Sabían que estaban contribuyendo a justificar con mentiras las políticas de Trump contra su país. Solo les interesaba el ‘diálogo’ para convertirlo en noticia, en show, y anotárselo como una victoria. Algunos necesitaban justificar el dinero que reciben”, dijo.

“Sin embargo, es necesario separar claramente la historieta de los marginales de San Isidro y lo sucedido en el Ministerio de Cultura. En el segundo caso, hay valiosos jóvenes que deben ser atendidos.

Para Abel Prieto “la política cultural de la Revolución ha abierto un espacio amplio y desprejuiciado para que los creadores puedan hacer su obra en total libertad”, aquellos “errores, incomprensiones y torpezas” que han sucedido por el camino “el propio proceso revolucionario se ha encargado de rectificarlos”, señaló Prieto.

“Las instituciones, junto a la UNEAC y a la Asociación Hermanos Saíz, se mantienen abiertas al debate franco con artistas y escritores” y “si por alguna razón el diálogo se interrumpe, existen los canales de comunicación apropiados para retomarlo”.

“Es totalmente legítimo dialogar sobre cómo consolidar los vínculos entre creadores e instituciones, sobre manifestaciones experimentales del arte que aún no han sido suficientemente comprendidas, sobre la imprescindible función crítica de la creación artística, sobre el ‘todo vale’ de la visión postmoderna, sobre la libertad de expresión y otros muchos temas”, pero, añadió, no resulta legítimo “el irrespeto a la ley, la pretensión de emplear el chantaje contra las instituciones, ultrajar los símbolos de la patria, buscar notoriedad mediante la provocación, participar en acciones pagadas por los enemigos de la nación, colaborar con quienes trabajan para destruirla, mentir para sumarse al coro anticubano en las redes, atizar el odio”.

En su texto, que salió a la luz justo el mismo día en el que el MINCULT aseguró que no habría diálogo con los manifestantes del 27 de noviembre, pues no pretendían acatar condiciones, Abel Prieto sentenció: “todo creador que se acerque a las instituciones con objetivos legítimos encontrará interlocutores dispuestos a escucharlo y a apoyarlo”, pero con los “farsantes”, dijo, “no hay diálogo posible”.

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