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Alan Gross: “La economía cubana no puede tener éxito sin un sector privado fuerte»

Alan Gross (Foto: charlotte.quepasanoticias.com)

MIAMI, Estados Unidos.- Alan Gross fue arrestado hace 10 años en Cuba y condenado a 15 años de prisión por tratar de instalar redes inalámbricas privadas de transmisión de datos, algo que ahora el gobierno de la isla pretende abrir con beneplácito a todos los cubanos. En aquel momento el régimen acusó a Gross de atentar “contra la independencia nacional y la integridad territorial del Estado”, pero a él hoy ya no le interesa una disculpa por su cautiverio injusto, prefiere pasar la página de los sufrimientos vividos y concentrarse en el porvenir, contó Cibercuba, de acuerdo a una entrevista con el contratista estadounidense.

Cuba liberó a Gross el 17 de diciembre de 2014 como moneda de cambio, hecho que dio un giro histórico en la política de Washington y abrió una etapa de acercamiento bilateral entre los dos países, fue un rehén del régimen, sin embargo, hoy, a sus 70 años, no quiere desprenderse de la Isla, incluso, aguarda aún por un permiso para una visita amigable que las autoridades cubanas no han respondido desde 2015, a pesar de sus insistentes peticiones.

Para Alan Gross las políticas de Estados Unidos hacia Cuba “tienden, en general, a causar más daño a los cubanos de a pie que al gobierno cubano. En los últimos años, el gobierno cubano ha aliviado algunas restricciones al sector privado. Un resultado concreto es que ahora un 25 por ciento de la fuerza laboral cubana trabaja en el sector privado. Estas personas ya no dependen del gobierno cubano para su sustento. Las empresas privadas que se iniciaron estaban parcialmente financiadas con remesas de Estados Unidos. Muchas empresas nuevas, como restaurantes y apartamentos afiliados a Airbnb, apoyan el próspero sector turístico de Cuba. Al imponer nuevas restricciones a las remesas y los viajes a Cuba, las nuevas políticas del presidente Trump dañarán directamente al sector privado de la isla y, en realidad, irán contra de los propios intereses de Estados Unidos”.

Ante el cuestionamiento de Cibercuba de ¿Cómo se siente a nivel personal al regresar a la etapa de confrontación entre La Habana y Washington? Gross respondió:

“La única confrontación que veo viene de la Casa Blanca. Las nuevas políticas incompetentes del presidente Trump no producirán ningún resultado positivo. Lamento decir que a nivel personal encuentro que el POTUS [President of the United States] actual es un hombrecillo vengativo, celoso, con manos pequeñas y poco cerebro. No es de extrañar que Obama tenga casi el doble de seguidores en Twitter que Trump. Tengo la sensación de que Trump no será reelegido por razones de salud: la mayoría de nosotros estamos hartos de él y de su falsedad. En otras palabras, a nadie le gusta un mentiroso”.

Respecto al embargo hacia Cuba “no creo que volver a las políticas viejas y fallidas satisfaga los deseos del presidente Trump. Hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente satisface la definición de demencia de Albert Einstein. Pero ya sea locura [insanity] o Hannity [se refiere al comentarista conservador Sean Hannity], algún bubio o [Marco] Rubio, detrás de las “nuevas”, viejas y fallidas políticas de Estados Unidos hacia Cuba, los dos gobiernos deben volver a comprometerse de manera constructiva para que ocurra algo positivo”.

Así mismo, aseguró ser crítico “del Grupo de Trabajo de internet para Cuba de la administración Trump, porque no invitó explícitamente a participar a los cubanos, incluyendo al gobierno de la isla. Estados Unidos ha estado tratando de forzar su agenda fallida contra el gobierno cubano desde que Fidel Castro comenzó a cometer crímenes contra la humanidad. La historia no absolverá a ninguno de los dos”.

“Aprendí de la manera más dura que en Cuba es ilegal distribuir cualquier cosa que sea financiada -en parte o en su totalidad- por el gobierno de Estados Unidos y sus agencias federales. Los programas del gobierno de los Estados Unidos que involucran a Cuba deben revisarse cuanto antes”, dijo.

“Aprendí que la libertad es felicidad, pero también que la libertad no es gratuita. Fue una gran pérdida para mi familia y para mí. Se podría decir que he vivido la experiencia cubanoamericana. Pero no importa cuánto lo intente, nunca podré recuperar los cinco años que perdí. Por eso prefiero centrarme en los próximos cinco años y los otros cinco años que seguirán después”, y así y todo quiere volver a Cuba “en un abrir y cerrar de ojos para poder conocer a las familias de mis compañeros y visitar partes de la isla donde aún no he estado, como Pinar del Río. Retornaría con la disposición de hacer todo lo que esté a mi alcance para mejorar las relaciones entre los dos países. Las autoridades cubanas no me han respondido nunca directamente”.

¿Se considera un ciudadano desilusionado de la política?

“No soy un político, así que no puedo decepcionarme con la política. Sin embargo, puedo estar decepcionado y frustrado con los políticos que son falsos y menos competentes de lo que es aceptable. Estoy decepcionado por la baja participación de votantes, y aliento a las personas a apoyar a los candidatos de su preferencia y a votar el día de las elecciones”.

A los cubanos les envía un mensaje: “El futuro económico de Cuba dependerá de su capacidad para generar ingresos en moneda convertible, como el país lo hacía antes de la revolución de 1959. La economía cubana no puede tener éxito sin un sector privado fuerte. Si se trabaja en eso, sucederá el milagro.  Y tendrán que hacerlo, porque no hay más “ángeles financieros” en el mundo para subsidiar al gobierno cubano. Cuando todo se ve demasiado oscuro, recuerden que el sol siempre sale por la mañana. Siempre. Si algo aprendí durante mis cinco años como prisionero político en Cuba fue sobre la capacidad de recuperación. Los cubanos me enseñaron todo sobre eso”.