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¡Aquí hay gato encerrado! Cubanet

Carteles como este son comunes en los períodos de votaciones en Cuba (Foto: EFE)

LA HABANA, Cuba.- No estar de acuerdo es tan importante como estarlo, pero en Cuba la pluralidad es una asignatura pendiente. Sin dudas todo tiene que ver con esta larga dictadura que ha regido nuestras vidas con tanta consigna, y con un “parlamento” que adora la unanimidad. Tristemente, en Cuba, si no piensas como alguien eres un enemigo. Esa fue la educación que sembró el Partido Comunista regenta a ese parlamento que dice sí, sí y siempre sí.

Mi amigo, y hermano masón, Faisel Iglesias, abogado de profesión y tenaz opositor, me dijo que sintió mucha tristeza tras leer el texto que publiqué en CubaNet: “La dictadura presenta una posible candidata para la alternativa política”. Y es que él ve, en el programa político de Rosa María Payá, un peligro real para la vieja dictadura.

Cualquier activista que se enfrente al totalitarismo de la familia Castro es mi hermano, y a cada uno de ellos, o ellas, dedico mis respetos más profundos. Así sucede con Rosa María Payá, por quien siento una muy especial admiración; pero también me asiste el derecho de intentar descifrar los posibles caminos, viables o no, que llevarían a acabar con la dictadura. Por más que ensayo imaginar al régimen permitiendo un referéndum que decida quién se hará cargo del poder, no consigo visualizarlo. Y créanme que me he esforzado, y mucho.

Lograr una oposición como la que tenemos hoy ha sido difícil, un camino tremendamente largo que se llevó vidas y trajo prisiones. Eso hemos padecido y no es justo que nos engañemos nosotros mismos. Para mentir, ya lo sabemos bien, está la dictadura que se ha encargado de demostrarlo durante estas seis décadas. La familia Castro, esa que no se veía en situación tan tensa desde la crisis de los misiles, jamás permitirá lo que sí hizo la muy sangrienta dictadura de Pinochet.

No será un opositor cubano, ni un partido contrario, quienes obliguen al régimen a abandonar el poder. Ellos no están dispuestos a repetir los “errores” de otros dictadores. Esa es mi opinión y la hago pública con total derecho. Está bien claro que puedo estar errado, pero insisto en el hecho de que ellos nos enviarán a esas cárceles en las que podemos morir de misteriosas enfermedades.

Creo que Payá fue ingenuo, pero fue muy bueno, y fue valiente, y su esfuerzo precursor sirvió para abrir caminos insospechados que despertaron el coraje de los cubanos. Oswaldo Payá marca el antes y el ahora, él creó a la verdadera disidencia cubana, pero los tiempos cambiaron. Y no podemos volver a repetir la historia porque el tiempo apremia.

Somos testigos de lo que está ocurriendo en una Venezuela asesorada por la dictadura cubana. El poder totalitario de Maduro no está dispuesto a transar y la dictadura cubana mucho menos. Está muy claro que la dictadura ha tenido insospechadas reacciones cuando de Rosa María Payá se trata. A ella la han dejado entrar, y salir, mientras a muchos cubanos se les niegan esas opciones.

¿Acaso no es insólita la presentación, en la televisión cubana, de esta disidente? La verdad es que fue la dictadura quien la escogió, yo únicamente relaté el suceso. Ella no es culpable, y lo dejo claro. Ella no es cómplice de un gobierno que la ve como un peligro, pero también como una posible salida en caso de extrema presión. Rosa María no es el poder dictatorial, pero ellos pueden hacer que Cuba crea que ese poder omnímodo es capaz de dialogar con la oposición.

La dictadura busca lo que le falta: tiempo. Y no seamos ilusos, no es un acto gratuito el hecho de que la presentaran en la televisión nacional, y aunque así lo pareciera aquel día, no es desacreditarla lo único que buscan, es mucho más. He constatado las expresiones de mucha gente en la calle, en el barrio, y son muchos los que ven “gato encerrado” en el hecho, una intención oculta que el régimen, por supuesto, no deja clara.

Creer que el gobierno de los Castro nos dará la oportunidad de enfrentarlo en las urnas, es como haber supuesto que las gestiones de Obama habrían solucionado algo. Demasiada candidez.

Los cotidianos arrestos y los prisioneros políticos muchas veces parecen no tener importancia para algunos líderes opositores, porque no simpatizan con sus líneas políticas, y eso es un grave error de la oposición cubana. Mucho se cree que esos que apoyaron las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, y también la anulación de la Posición Común de la Unión Europea, están dispuestos a negociar con la dictadura, o lo que es lo mismo, están dispuestos al coqueteo con las manipulaciones de ese régimen.

Siento que algunos se sintieran aludidos y que mis comentarios terminaran hiriéndoles; pero la mayor verdad es que la libertad de Cuba debe ser para hoy. Estoy seguro de que cuando la oposición comprenda que la Patria está por encima de nosotros, que nadie es el decisivo o el más importante para la transición política, habremos dado un gran paso. Cuando toda la oposición cubana entienda que únicamente unidos podemos vencer, la dictadura comenzará a mirarnos de otra forma y no intentará manipularnos. De lo contrario solo se sucederán las individualidades que hacen perenne a la dictadura.