Inicio Cuba Bloqueo estadounidense: la muerte de un mito Cubanet

Bloqueo estadounidense: la muerte de un mito Cubanet

Pescadores cubanos observan mercancía proveniente de EEUU entrando en el puerto de La Habana (Foto: Adalberto Roque/AFP/Getty)

LA HABANA, Cuba.- En los últimos tiempos, Estados Unidos ha sido el quinto mayor vendedor de mercancías (alimentos) a Cuba.

Durante su reciente discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla declaró que próximamente su gobierno presentará ante esa instancia el proyecto de resolución titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba”.

Es lógico que así sea, pues el diferendo con Estados Unidos es una de las pocas armas con que cuenta el castrismo para tratar de legitimar su sistema de gobierno. Y en el centro de ese diferendo se halla el “bloqueo” de Estados Unidos. Un tema  que los gobernantes cubanos han hecho llegar hasta el intrincado terreno de la Semántica. Así, quien le llame “bloqueo” es amigo de la revolución cubana; por el contrario, quien lo califique como “embargo” se alía a Estados Unidos.

Más allá de la confrontación, y en aras de avanzar hacia la objetividad, acudimos a un diccionario de la lengua española. Una de las acepciones del verbo “bloquear” apunta que se trata de “cortar todo género de comunicaciones a uno o más puertos, o a una parte determinada del litoral del país enemigo”.

En el caso de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos están cortadas las exportaciones cubanas a su vecino norteño, pero han sido muy fluidas las importaciones de alimentos estadounidenses. Esa evidencia ya entra en contradicción con lo que los expertos de nuestro idioma conciben como un bloqueo.

De acuerdo con datos suministrados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en su acápite “Importaciones según país de origen de las mercancías por países seleccionados y áreas geográficas”, durante el sexenio 2009-2014 Cuba importó mercancías de 71 países.

Y, sorprendentemente para aquellos  no muy familiarizados con este asunto, Estados Unidos ocupó el quinto lugar en las ventas a la isla con un total de dos mil 737 millones de dólares. Solo fue superado por las ventas de Venezuela, China, España y Brasil. Y quedó por delante de importantes socios comerciales de Cuba como México, Canadá, Argentina, Vietnam, Alemania, Francia, Italia y Rusia.

Es de destacar, además, que las ventas de alimentos norteamericanos  a Cuba, ya a partir del año 2002, poco tiempo después de haberse iniciado, se constituyeron en una de las fuentes principales de las importaciones cubanas.

Sería conveniente que el cubano de a pie tuviese más acceso a estas cifras, y no se dejara confundir por el discurso oficialista. Podría constatar como los “malos imperialistas” llevaron más alimentos a su mesa que el “bueno” de Vladimir Putin, quien, por cierto, ha aumentado su interés por Cuba en los dos últimos años ―como lo atestigua la reciente visita a Moscú  del ministro de Economía y Planificación, Ricardo Cabrisas― debido a las renovadas ambiciones geopolíticas de Rusia en la región tras su acercamiento al régimen de Nicolás Maduro.

Es hora ya de manejar correctamente los conceptos. La comunidad internacional puede opinar acerca del levantamiento del embargo norteamericano a Cuba, y nunca referirse a un hipotético bloqueo. Hacer esto último es prestarse al juego de las autoridades cubanas.