MIAMI, Estados Unidos.- Seguidores del régimen de Nicolás Maduro irrumpieron este miércoles en la sede de la Asamblea Nacional de Venezuela y agredieron a diputados y visitantes que asistían a una conmemoración solemne por el 206 aniversario de la declaración de independencia de ese país.
Medios de prensa reportan que el ataque se inició a las 11:50 de la mañana. Manifestantes progubernamentales se abrieron paso hasta el Palacio Federal Legislativo, ubicado en el centro de Caracas.
El altercado ha arrojado hasta el momento cinco diputadas heridos, todos de la oposición: Nora Bracho, Armando Armas, Américo De Grazia, Luis Padilla y José Regnault Hernández, detalló el diario español El País.
Asimismo fueron atacados periodistas presentes en el edificio y personal de la Asamblea Nacional, entre cuyos empleados también hay heridos.
Este miércoles estaba teniendo lugar en la Asamblea la sesión conmemorativa de la firma de la declaración de Independencia el 5 de julio de 1811, cuando un congreso de los representantes de las provincias de la Capitanía General de Venezuela proclamó su separación de la Corona española.
Es tradición que cada 5 de julio se realice un evento conmemorativo. El discurso de orden de este año estaba a cargo de la historiadora Inés Quintero.
Desde que la oposición, agrupada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), conquistara la mayoría absoluta en el Parlamento en las elecciones de diciembre de 2015, el Ejecutivo chavista se niega a participar en eventos del Legislativo, que sido declarado en desacato por el chavista Tribunal Supremo.
Sin embargo, a primera hora de esta mañana el vicepresidente Tareck El Aissami se presentó en la misma sede de la Asamblea Nacional, para rendir honores al acta original de independiencia y llamar a los fieles de Maduro a acercarse al Parlamento.
“Al pueblo de a pie a que venga a este salón a tomar juramento de nuevo y asumir esta proclama para conducir en los tiempos futuros nuestro país hacia una gran victoria. Es la hora de los pueblos”, afirmó el Vicepresidente, “es la hora de los revolucionarios”.
El Aissami invitó a reaccionar contra los que “pretenden entregar la patria a los intereses oscuros del imperialismo”.
“Los que se vayan quedando en el camino por traiciones, ambiciones y por proyectos personales, que se queden. Por cada traidora o por cada traidor vendrán miles de millones de revolucionarios a alzar la bandera de Bolívar y de Chávez para seguir empujando esta causa”, advirtió.
En la breve arenga se vio a El Aissami junto al coronel Bladimir Lugo, comandante del destacamento de la Guardia Nacional encargado de la custodia de las instalaciones del Parlamento.
El coronel Lugo adquirió notoriedad pública en días recientes por un video circulado en las redes sociales donde aparece discutiendo con el presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Julio Borges, al que finalmente dio un empujón.
Cuando los llamados “colectivos” del chavistas atacaron la Asamblea, los efectivos de la Guardia Nacional no cumplieron con sus labores de protección de los legisladores.
Al mismo tiempo que ocurría el ataque, todo el sistema de radio y televisión del país transmitía en cadena nacional el desfile militar con que las Fuerzas Armadas saludan tradicionalmente la fecha patria en la capital. Allí estaban el presidente Nicolás Maduro y miembros de su Gobierno y de otros poderes del Estado.
Pese al asalto los diputados de oposición consiguieron aprobar en la cámara un acuerdo para convocar a un plebiscito popular el próximo 16 de julio.
El 30 de julio deben realizarse las votaciones para elegir los diputados a la Asamblea Nacional Constituyente que Maduro ha convocado como un recurso para sortear la grave crisis política de su Gobierno. Por tal motivo, se anticipa que la violencia política se recrudezca en Venezuela durante este mes.
La oposición, que califica esa convocatoria como un fraude, ha llamado por su parte a un plebiscito popular en el que se preguntará a los ciudadanos si desean una nueva Constitución el próximo 16 de julio.
El Gobierno de Maduro ha determinado que las sesiones de la venidera Asamblea Constituyente tengan lugar en el Palacio Federal Legislativo, lo que implicaría desalojar de allí por la fuerza al Parlamento.
