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Cienfuegos: radiografía en fin de año

Personas esperando para comprar pan en una céntrica tienda de Cienfuegos (Foto del autor)

GUANTÁNAMO, Cuba. – El malestar de los cienfuegueros con la dirección del partido y el gobierno de la provincia se evidencia en los comentarios burlones contra las mujeres que ocupan las más altas posiciones en esas instancias provinciales, a quienes el pueblo  ha endilgado el calificativo de “las vacas locas”, culpándolas de una situación que ni ellas, ni los artilugios de los más eficaces nigromantes podrían resolver.

La poca oferta de productos alimenticios es evidente. A esta dificultad -tan endémica ya como el dengue y que impone invertir muchísimo tiempo para tratar de comprar lo mejor dentro de una reducida oferta- se unen la indetenible escalada de los precios y las colas que hay que hacer para adquirirlos.

La carencia de pan “especial” y de huevos también es palpable. Este reportero pudo comprobar durante la semana pasada la reiterada  aglomeración de personas esperando para comprar ese producto frente a la tienda situada en la avenida 56 y calle 33. El intento por ocultarlo ha llegado al extremo de que la policía decomisa los celulares de quienes toman fotos. Un transeúnte que me vio hacerlo me dijo: “Puro, no se complique que esto está lleno de policías vestidos de civil”. Aunque hubiera querido hacer una buena foto, la advertencia fue suficiente para irme.

La explicación ofrecida por la titular del Ministerio de la Industria Alimenticia, Iris Quiñones Rojas, en la Mesa Redonda del pasado 12 de diciembre y reproducida por el periódico Granma al día siguiente, junto con el análisis realizado  a ese medio de prensa por Waldis González Peinado, director general de la UEB (Unión Empresarial de Base), es similar a la que tantas veces hemos escuchado. Ahora la justificación es que ha habido atrasos con el recibo de piezas de repuesto indispensables para dos molinos de trigo. Los cubanos de a pie llevamos decenas de años escuchando justificaciones similares sin que  ningún colega oficialista le pregunte a esos dirigentes por qué continúan ocurriendo. Por cierto, en Guantánamo la situación con el pan es idéntica a la de Cienfuegos.

En agosto pasado también estuve en la Perla del Sur y tuve que hacer una larga cola para comprar un cartón de 30 huevos a $1.10 CUP (el precio del cartón es $33.00 CUP, unos 1.32 dólares). Según el periódico “5 de Septiembre”, aunque del 7 de diciembre de 2017 hasta octubre del presente año la oferta se mantuvo estable, en estos momentos existe carencia del producto, lo cual no parece que se resolverá en el corto plazo, a juzgar por declaraciones ofrecidas a ese medio de prensa por Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior.

Por su parte, el señor Servando Pérez Sosa, director de la Unidad Empresarial Comercializadora de la Empresa Avícola en Cienfuegos, declaró a ese medio de prensa que la entidad cumple el plan de producción mes tras mes, e incluso que la misma exhibe un sobrecumplimiento en su producción. Si así fuese, resulta evidente que el mencionado plan no satisface la creciente demanda del producto. Guantánamo la carencia del producto en los mercados de venta liberada es igualmente notoria. ¿Será que las gallinas también necesitan piezas de repuesto?

Pese a tener una importante tradición pesquera, en las escasas pescaderías de la ciudad apenas se ofertan productos del mar. Cabe recordar que antes de 1968, pululaban en Cienfuegos los vendedores de pescado fresco y los carritos de venta de minutas y ostiones, productos que entonces procedían de la hermosa bahía, aún  no contaminada.

Problemas con el agua, el dengue y el zika

Hace poco el malestar de los cienfuegueros residentes en las zonas más perjudicadas por el desabastecimiento y la mala calidad del agua fue tal que hasta el Noticiero Nacional de Televisión transmitió varios reportajes abordando el asunto.

El barrio de La Juanita ha sido uno de los más perjudicados por la escasez del líquido. A pesar de las obras emprendidas por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos para tratar de eliminar la mayor cantidad de salideros, sobre todo en la conductora de Paso Bonito, el agua que continúan consumiendo los cienfuegueros es de mala calidad, pues muchas veces llega turbia y hasta con mal olor.

Así lo reconoció Agustín Realín Hernández, director general de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado, quien la pasada semana conversó sobre el tema con el periódico oficialista Juventud Rebelde.

“Los criterios más desfavorables están en la calidad, en cuanto al color y turbiedad (del agua), y hacia allí vamos a dirigir los principales esfuerzos”, declaró el funcionario.

De acuerdo a la información publicada por el rotativo, la turbiedad del líquido se debe al aumento de los índices de manganeso, un fenómeno que suele ocurrir entre abril y noviembre, pero que este año se ha prolongado y que, según el ingeniero químico Jorge Monteagudo Pérez, no es peligroso para la salud.

Asimismo, las autoridades han anunciado que el próximo año continuarán las acciones, aunque nada se informa sobre la necesaria construcción de un nuevo acueducto para la ciudad y mucho menos sobre la sustitución de las redes, que en su mayoría -como en casi todas las principales ciudades de Cuba- son las mismas que instaló el gobierno interventor norteamericano de Leonardo Wood.

Hay preocupación ciudadana ante el  aumento de la violencia. La semana antepasada se descubrió el lugar donde fue enterrada -según rumores, porque la prensa oficialista no publica nada sobre el tema- una pareja homosexual, presuntamente asesinada por un huésped que acogieron en su vivienda. El morbo llegó al extremo de fundir una losa de cemento encima de la tumba. De igual forma, la semana pasada corrió el rumor de que un extranjero había aparecido degollado dentro de un auto de turismo, cerca de la Refinería de Petróleo.

Como si fuese poco, dos veces al día un vehículo fumiga las principales calles de la ciudad debido al alto índice de infestación por dengue. Ha reaparecido una variante más agresiva de la enfermedad que hacía años no se veía en Cuba. Ante tal panorama, se comprende que el pueblo se mofe de quienes lo dirigen, mucho más teniendo en cuenta que son autoridades impuestas, nunca elegidas por él.