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Colas, sobornos y estafas: el viacrucis para comprar en tiendas en MLC en Cuba

HOLGUÍN, Cuba.- “Desde las seis de la mañana estoy en la cola del banco. Cuando llegué ya había muchísimas personas esperando. Eso es todos los días”, comenta Marcos Álvarez, quien intenta depositar euros en el saldo de su tarjeta magnética para comprar en las tiendas en MLC. “No sé si las colas son por la reducción del horario de trabajo por el coronavirus o porque los empleados son lentos”, dice Marcos con un marcado enojo en su tono de voz y en su expresión facial.

Finalmente, Álvarez desistió de realizar el trámite y pagó 500 pesos cubanos a una persona que al día siguiente, en su tercer intento, le permitirá ser uno de los tres primeros. “Es la única manera de hacer el depósito sin madrugar y perder toda la mañana en la cola”, dice.

Cola en el banco. Foto del autor

Disímiles son los inconvenientes que dificultan a los cubanos la compra en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC), una forma de venta con tarjetas magnéticas asociadas a cuentas bancarias establecida en más de 70 establecimientos estatales abiertos en toda Cuba.

A pesar de sus dos años, y después de un precario inicio y un inestable desempeño, este sistema de comercialización muestra fisuras en el procedimiento. Las perpetuas dificultades están en cada gestión del cliente: la solicitud de la tarjeta magnética, su recogida, la realización del depósito bancario y la compra en las tiendas.

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La agonía comienza a la hora de solicitar la tarjeta magnética en el banco. Se repite la historia de las largas colas y el pago para obtener uno de los primeros turnos. La constante demanda de tarjetas ha obligado a las instituciones bancarias a organizar el trámite. De lunes a sábado, a las 8:30 de la mañana, una empleada recoge, según la cola, 15 carnés de identidad y por ese orden llama a los clientes.

Otro factor en contra son los apagones diarios que paralizan los trámites bancarios. “Tengo cuatro personas por delante para solicitar la tarjeta. Llegué bien temprano y estoy aquí rezando para que no quiten la corriente”, dice María Karla Gómez, quien teme, junto a otro grupo de personas, que un apagón detenga el trámite y pierda toda la mañana en la cola del Banco Popular de Ahorro (BPA), situado en la intercepción de las calles Maceo y Aguilera de la ciudad de Holguín.

Durante el recorrido por varios bancos, CubaNet apreció cómo los organizadores de las colas, con diferentes pretextos, priorizaban a algunas personas. No se comprobó si lo hacían a cambio de dinero, aunque los presentes no descartaron esa posibilidad. “A esa señora la colaron porque hace cinco minutos me pidió el último. Y cuando reclamé me dijeron que ella tenía prioridad porque estaba dando continuidad a un trámite. Si eso es cierto, ella no me hubiera preguntado el último”, dice un señor que hace la cola en el Banco de Crédito y Comercio (BANDEC) de la calle Arias.

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Una vez concluido el trámite de solicitud, la demora del banco para la entrega de la tarjeta podría tardar más de dos meses. Durante la recogida de la tarjeta y el depósito del dinero en la cuenta el interesado tendrá que vivir una experiencia similar a los de la gestión de solicitud: madrugar, hacer cola o pagar y rezar.

A partir del 21 de junio el régimen cubano suspendió temporalmente la aceptación de depósitos bancarios en efectivo de dólares estadounidenses.

Sin embargo, en los bancos continúan las interminables colas para los depósitos en efectivo de otras divisas libremente convertibles aceptadas en Cuba.

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“Desde las siete de la mañana estoy en la cola del banco para depositar 60 euros y no he podido. Quiero comprar una carne para la niña, pero primero tengo que depositar el dinero en la tarjeta”, dice una señora.

Otro usuario que culpa a la dirección del banco por no resolver el problema comenta que llegó a las seis de la mañana y “es la una tarde y todavía no he podido depositar los euros en mi tarjeta. Es una sola cola para todas las operaciones bancarias. Vienen a depositar de los trabajadores de las bodegas, de los centros gastronómicos y de las tiendas”.

Después de hacer la cola para el depósito, el dinero demora en acreditarse en la tarjeta. “Puse el dinero a las diez de la mañana. Ya son las tres de la tarde y todavía no lo tengo en la tarjeta.”, se lamenta una cliente que teme que cierren la tienda San José de la calle Arias o que se agoten los paquetes de pollo y el aceite para cocinar, productos que solo se ofertan en ese establecimiento.

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A la hora de comprar

Pero los tropiezos no quedan ahí. En reiteradas ocasiones las tiendas en MLC han detenido su venta por interrupción en la conexión para realizar el cobro por la tarjeta magnética.

“Yo estoy aquí desde que abrieron a las 8:30 de la mañana. Ya son las 12 del mediodía y la caja de la tienda sigue sin conexión. Yo no me he ido porque llevo muchas horas aquí con la esperanza de que se restablezca la conexión. Me hace falta la pechuga de pollo y la mayonesa. Ya todas las personas que estaban delante de mi se han ido. No me queda otra opción que esperar”, dice Estela, quien ya visitó las tiendas en MLC del centro de la ciudad “y todas tienen el mismo problema”.

Opina que “si las tiendas fueran privadas esto no ocurriría”. Estela vive en el distante reparto San Field: “son cuatro kilómetros ida y vuelta a pie que no me resultan fácil caminar por mis problemas de salud. Hay personas que están trabajando y no pueden esperar como yo que soy jubilada. Ni con dólares se resuelven las cosas”, sentencia la señora.

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Muchos preguntan y al saber que no hay conexión siguen su marcha presintiendo que el restablecimiento de la conexión demorará y la espera será en vano.

La estafa de las tiendas

Dentro de la cadena de dificultades, quizás la que más irrita al cliente es el descuento del saldo de su tarjeta y no recibir ningún producto a cambio. Un hecho que muchos definen con una palabra: estafa.

“Intenté comprar dos paquetes de pechugas que costaron 14.70 dólares (7.35 USD c/u). Pasaron mi tarjeta, le descontaron el saldo, se cae el sistema y no me dan la pechuga porque la operación quedó denegada”, cuenta a CubaNet Beatriz Pérez, a quien la tienda le da un documento que debe llevar a una oficina de la Financiera Cimex, S.A. (FINCIMEX) para el reembolso del dinero.

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Sin embargo, “después de hacer la cola en FINCIMEX me dijeron que ellos no tienen responsabilidad y de ahí me mandan para el banco”, donde el trámite se torna engorroso. “En el banco comienzan a revisar las últimas diez operaciones de mi tarjeta. Pero la última operación no apareció. Llevo en eso desde el 24 de abril y no me han devuelto el dinero. Me consuelan diciéndome que algún día me lo devolverán”.

Beatriz confirma que ella no es un caso aislado. “Delante de mí a un señor le descontaron doble igual que a mí, y no le dieron la mercancía. Esto no es solo una estafa, sino que estamos asumiendo las consecuencias de un problema del que no somos culpables. Sin contar la pérdida de tiempo en la cola de la tienda para entrar, en la espera de la confección del documento, en las oficinas de FINCIMEX, en el banco y al final todavía no dispongo de mi dinero”, dice Beatriz.

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Una experiencia parecida relató Alejandra, quien utilizó una tarjeta magnética asociada a una cuenta bancaria en el extranjero. “A mí me descontaron 74 euros de la tarjeta MasterCard de mi marido. Supuestamente se cayó la conexión. Cada vez que la dependienta pasaba la tarjeta por la ranura de cobro se descontaba el saldo, pero la dependienta no me lo decía. Yo estaba en una posición que no podía ver el saldo. Me di cuenta después cuando llamé a mi esposo que vive en Italia para que verificara el saldo. Habían descontado 70 euros sin yo recibir la mercancía. No te dan el producto porque el cajero dice que la operación está denegada, pero descuentan el saldo y no te lo informan. Eso no es ético”.

Alejandra recomienda revisar siempre el saldo, “porque te descuentan de la tarjeta, no te dan el producto y si no reclamas no te lo devuelven”. Desde Italia su esposo reclamó y pasada una semana no obtuvo respuesta. “Cuando amenazó con una demanda enseguida depositaron el dinero. A Cuba no le conviene una demanda entre bancos”, dice Alejandra.

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El mal trabajo que persiste desde la solicitud de la tarjeta magnética hasta la compra del producto en las tiendas en MLC conspira contra las gestiones del Gobierno para enfrentar la situación económica del país. “Son ineficiencias que provocan las carencias del pueblo. Con esta mala gestión es muy difícil que el país salga de la crisis. Donde único pasan estas cosas es en Cuba y todo pa’ joder al pueblo”, dice una joven que espera en la cola de una tienda.

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