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Cuba, la nueva Ley Electoral y el exilio

Díaz-Canel deposita su voto el pasado 11 de marzo (Periódico Vanguardia)

GUANTÁNAMO, Cuba. – En la discusión del Proyecto de Ley Electoral varios diputados cuestionaron que los cubanos que no se hallen en el país, aunque su ausencia sea temporal, resulten incluidos en el Registro de Electores.

Ello creó una nueva frase, que, según la intervención realizada por el señor José Luís Toledo Santander, Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), es la de “residencia efectiva”.

Todavía no se ha definido qué tiempo va a ser tomado como pauta para considerar que un cubano reside de forma efectiva en el territorio nacional y por ello puede ser inscripto en el Registro de Electores. El artículo 9.2 de la Ley 1312 del 20 de septiembre de 1976, Ley de Migración, según fue modificada por el Decreto Ley No. 302 de fecha 11 de octubre del 2012, define que el término de ausencia temporal permitido a un cubano para que no sea considerado emigrante, es el de 24 meses, plazo que puede equipararse a la frase “residencia efectiva”, pero que seguramente será reducido cuando se dicte la nueva Ley de Migración.

¿Qué hay detrás de esta modificación?

Detrás de esta novedad está la preocupación del régimen ante el nítido descenso del respaldo del pueblo en las últimas votaciones.

Porque a pesar de la represión sutil o abierta que el régimen ejerce contra todo el que no lo apoye, en las últimas votaciones —uso la frase porque en Cuba el pueblo no elige nada ni a nadie— los datos que pudieran reflejar apatía u oposición han aumentado. Y aunque sabemos que las cifras ofrecidas por la antigua Comisión Electoral Nacional —hoy Consejo Electoral Nacional— no pueden ser tomadas como ciertas, teniendo en cuenta que no hay transparencia alguna en el cómputo de los datos pues los cubanos no podemos verificarlos desde la circunscripción hasta el nivel nacional, ni eso tampoco se permite a instituciones u observadores internacionales, esa tendencia molesta a los mandantes. Aquí el castrismo es juez y parte y como dijo Stalin —según la frase que se le atribuye— quien cuenta los votos gana.

En las votaciones de marzo del 2018, para la conformación de la ANPP, según los datos oficiales publicados por Granma —órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba— el 19 de marzo del 2018, votó el 85.65 % de los electores inscriptos; no asistieron a las votaciones 1 295 999 ciudadanos, que representan el 15.10% de los votantes inscriptos. Fueron depositadas en blanco 319 956 boletas y anuladas 92 894, por tanto, mostraron oposición a esas votaciones un total de 1 708 949 ciudadanos, que representan el 19.77 % de los votantes inscriptos.

Si tenemos en cuenta estos resultados y los confrontamos con los datos publicados por el periódico Granma el 28 de noviembre de 2017, donde se dieron a conocer los resultados finales de las votaciones del domingo 26 de noviembre de 2017 para “elegir” a los delegados de las circunscripciones del poder popular en cada municipio del país, apreciamos que aumentó el número de personas inscriptas como votantes pero decreció el por ciento de asistencia a las urnas (89.02 % antes y 85.65% después), aunque según la CEN aumentó el número de boletas válidas (94.42% en marzo del 2018 frente a un 91.79% en noviembre del 2017) y disminuyó el de boletas anuladas (1.26% en marzo del 2018 frente a un 4.07% antes). Sin embargo aumentó el número de boletas en blanco (4.32% en marzo del 2018 frente a 4.12% en noviembre del 2017) y el número de personas que se abstuvieron de ir a votar ( 1 295 999 en marzo del 2018 frente a 938 425 en noviembre del 2017) pese a que el número de votantes aumentó en 377 967 con respecto a los inscriptos para las votaciones de noviembre de 2017.

Las cifras finales del referendo fueron dadas a conocer en una Mesa Redonda, pero las incongruencias fueron extraordinarias. Al programa acudieron la presidenta de la CEN y Homero Acosta, Secretario del Consejo de Estado.

Según la señora Alina Balseiro votaron 7 848 343 electores de los 8 705 723 registrados, que representaron el 90.15% de la lista actualizada, de la cual fueron rebajados 597 980 electores, de ellos 594 580 por estar repetidos —aunque ella misma había afirmado al ofrecer las cifras preliminares que eran más de 634 034— y 3 400 por haber fallecido.

Fueron depositadas en blanco 198 674 boletas y anuladas 127 100. Aunque la presidenta de la CEN no lo informó, de los datos ofrecidos se colige que no asistieron a las urnas 857 380 electores. Por tanto, si sumamos la cifra de electores que no asistieron a votar, a la de los que anularon sus boletas, las depositaron en blanco o votaron NO (706 400), obtenemos que 1 879 554 cubanos manifestaron de esta forma su oposición a la Constitución, cifra que representa el 21.58 % de los votantes inscriptos.

Quienes lean Granma regularmente se habrán percatado de que ese periódico acostumbra a publicar los avisos de las embajadas acreditadas en Cuba, llamando a sus ciudadanos residentes aquí para que acudan a votar cuando hay elecciones en sus países. El régimen cubano podría hacer lo mismo y no eliminar de un plumazo ese derecho que tienen los cubanos, pero ya sabemos que el castrismo considera traidores a quienes no lo apoyan, a quienes no piensan lo mismo que él y a quienes abandonan definitivamente su “paraíso socialista”, aunque últimamente su mensaje oficial haya variado para engañar a los incautos. Quienes dirigen ese régimen saben perfectamente que la gran mayoría de los cubanos no sale sólo por motivos económicos como asegura, sino para hallar también respeto a sus derechos humanos y la ansiada libertad. Los cubanos que emigran en su gran mayoría o no simpatizan con el régimen, por eso quieren eliminarlos del registro electoral. Esa es la misma causa por la cual han discriminado históricamente al exilio cubano.