Inicio Cuba Cuba, la OMS y Menos médicos

Cuba, la OMS y Menos médicos

Médicos cubanos en Brasil. Foto Internet

LA HABANA, Cuba.- Conocidos son los avatares del proyecto social surgido en Brasil, bajo el gobierno del Partido Trabalhista (PT), con el nombre de “Más médicos”. La idea —loable en sí misma— era brindar servicios de salud a los habitantes de las zonas menos céntricas del inmenso país, en particular sus barrios marginales, las enormes selvas y otros parajes apartados. A ese proyecto se incorporaron numerosos facultativos extranjeros, pero fue la pequeña Cuba la que aportó —con mucho— el contingente más nutrido.

A diferencia de sus colegas de otros lares, la contratación de los galenos de la isla caribeña se realizaba no de manera directa, sino a través de una agencia perteneciente al régimen castrista. En el mejor estilo de aquellos usureros bautizados antaño como “garroteros”, era esa entidad la que cobraba los salarios (miles de dólares mensuales), tomaba como gabela la parte del león y entregaba el resto —un 25%, más o menos— a los graduados universitarios contratados: Un negocio redondo (para el castrismo, claro). También se les prohibió tener junto a sí a sus familiares.

Pero hete aquí que, para desgracia del fundador del PT (el malversador alias Lula, que ahora paga sus latrocinios en una cárcel de Curitiba), para su sucesora inmediata —e ideadora de “Más médicos”— Dilma Roussef, y para el aspirante a heredero de ambos expresidentes (el no menos corrupto Fernando Haddad), el pueblo brasileño expresó en las urnas una clara preferencia por Jair Bolsonaro, el candidato enfrentado a todos ellos y a sus amigotes (como Castro y Maduro en Cuba y Venezuela, por sólo citar los dos ejemplos más connotados).

Con respecto al aludido programa social y a la participación en él de nuestro país, el actual Presidente Electo del gigante sudamericano expresó con toda claridad sus ideas: “Si los médicos cubanos van a seguir trabajando en el programa Mais Medicos, debe ser con salario completo, con la posibilidad de llevar a sus familiares con ellos y revalidando su título para que valga en Brasil”.

Aunque el declarante sólo será inquilino del Palacio de Planalto a partir del próximo primero de enero, la reacción de los castristas no se ha hecho esperar. En una declaración oficial emitida este miércoles 14, el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) expresó —entre otras cosas— lo siguiente: “El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, con referencias directas, despectivas y amenazantes a la presencia de nuestros médicos, ha declarado y reiterado que modificará términos y condiciones del Programa Más Médicos, con irrespeto a la Organización Panamericana de la Salud y a lo convenido por esta con Cuba”.

A la luz de las declaraciones hechas por el futuro Presidente brasileño (y que éste, en respuesta a la Declaración del MINSAP, acaba de ratificar en un tweet), tenemos que preguntarnos: ¿En qué radican lo despectivo y amenazante! ¿En que los galenos perciban de manera directa el monto íntegro de lo que se paga por sus servicios? ¿En que no se vean limitados (por decisión de La Habana) a recibir la visita de sus familiares durante sólo tres meses? ¿O en la necesidad de convalidar sus títulos?

Aunque de estos comunistas cabe esperar cualquier cosa, sería demasiado descaro que ellos se consideraran despreciados e intimidados por el pago directo y completo de los salarios a los “misioneros”, o por la estancia junto a éstos de sus seres queridos. ¿Debemos suponer, pues, que su indignación obedece al requisito de la reválida? ¿Pero acaso la facultad de aceptar médicos que no han homologado sus títulos no es una facultad interna privativa de las autoridades de cada país?

Mientras tanto, también cabe destacar el papel bochornoso desempeñado en esta mojiganga de las “misiones internacionalistas cubanas” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su subsidiaria para el Hemisferio Occidental (la OPS). Como ya vimos, el MINSAP de la Isla, en su Declaración, se da el lujo de aludir (¡y sin faltar a la verdad!), a esta última entidad internacional (la Organización Panamericana de la Salud).

Ello equivale a decir que ésta es copartícipe del descuento (¿o mejor llamarlo despojo?) que sufren esos hombres y mujeres que algunos medios han descrito como “esclavos de batas blancas”. Y que ella misma es cómplice de la separación existente entre esos profesionales y sus familiares (la cual constituye una imposición desde el momento mismo en que ese distanciamiento obedece a un ucase dictado en La Habana).

El colmo del sarcasmo es que esas entidades, al convertirse en garantes del acuerdo en cuya virtud Cuba participa en “Más médicos”, dan por bueno el desconocimiento del Convenio número 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que prohíbe de modo terminante la existencia de intermediarios en el cobro de los salarios percibidos por los trabajadores. ¡Cuánta desvergüenza!

Habrá que ver ahora qué actitud asumirán las víctimas directas de este drama. Me refiero a los miles de integrantes del destacamento médico en Brasil que, llevados por la pobreza generalizada imperante en Cuba, aceptaron ir a trabajar a parajes inhóspitos de ese gigante sudamericano por una paga muy inferior a la percibida por sus homólogos de otros países, por un salario que muchos de estos últimos calificarían —y no sin razón— como de hambre.

¿Se pronunciarán contra el régimen, o inclinarán la cerviz y seguirán aceptando, de manera obediente, las arbitrariedades del castrismo? La respuesta la conoceremos en breve. En el ínterin (y a contrapelo del nombre del programa), el gran país del Sur quedará con menos médicos.