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Cuba urgida con prisa económica

(Reuters)

LA HABANA, Cuba.- Raúl Castro salió del ostracismo en el que se encontraba desde la sesión de la Asamblea Nacional, celebrada el pasado 19 de abril, para reunirse con la comisión redactora del proyecto de reforma a la Constitución, la cual preside, y con altos funcionarios del Partido Comunista de Cuba.

La economía, tan perjudicada por los recortes de Venezuela como por la esclerosis de “una mentalidad obsoleta”, complicada por los embates de la naturaleza en el primer semestre y la llegada de la temporada de ciclones, así como el creciente disgusto de la población, son motivos suficientes para tomar el pulso de la situación fuera de los despachos refrigerados con criterios unánimemente coincidentes, y trasladar informaciones y directivas al inusual Encuentro Nacional, que se prevé repetir anualmente.

“La unidad nuestra principal arma” y “Cuba seguirá luchando y defendiendo sus principios” fueron los titulares, nada nuevos, de las escuetas informaciones en los medios oficiales el pasado 12 de junio.

Durante tres horas el Castro habló a los miembros del Secretariado del Comité Central del PCC, los primeros secretarios provinciales y municipales, funcionarios de la estructura auxiliar del Comité Central, dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas y las llamadas organizaciones de masa, reunidos por tres días en La Habana.

En el noticiero de la televisión se escuchó a Raúl Castro decir que “el problema interno peor que tenemos es la cosa de la economía. Hay que desarrollar, para desarrollar hay que exportar, y poder disponer de recursos para desarrollar el país. Todo lo que hagamos en este país, en todos los sentidos, debe ser resolver eso, hasta gran parte de la ideología y del trabajo que ustedes tienen, que están realizando, se resuelven por ahí”.

También Miguel Díaz-Canel ha mantenido una movida agenda. En julio deberá presentar la composición de su gabinete ministerial a la Asamblea Nacional, para lo que se había tomado tiempo desde su nombramiento el 19 de abril, al igual que hizo Raúl Castro cuando asumió el 24 de febrero de 2008. El período se complicó por el accidente aéreo y las grandes inundaciones ocasionadas por la tormenta subtropical Alberto.

Díaz-Canel  se ha reunido en tres ocasiones por videoconferencias con los dirigentes del partido y el gobierno de las provincias afectadas por las torrenciales lluvias, fundamentalmente Villa Clara, Sancti Spiritus, Ciego de Ávila, y de los ministerios de Economía, Agricultura, Alimentación, Transporte, Construcción, Salud Pública y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, según reportaron los medios.  En las recientes reuniones no ha aparecido el ministro de Agricultura, que junto con el director de AZCUBA parecían más realistas y diligentes, aunque los embates de la naturaleza agravaron los problemas.

El ingeniero chequeó el desarrollo de la inversión extranjera y las exportaciones, según se publicó el 15 de junio. La información parece un calco de las expectativas anunciadas al aprobar la Ley de Inversión Extranjera en 2014 y posteriormente los llamados a dinamizar, acabar con las dilaciones excesivas y “despojarnos de falsos temores” en los discursos de Raúl Castro, el vicepresidente Marino Murillo y el ministro Rodrigo Malmierca. Pero no son el bloqueo-embargo ni la burocracia quienes inmovilizan, las obstrucciones y el miedo han devenido inercia contrarrevolucionaria desde las redes del máximo poder.

En la sesión parlamentaria de julio, Castro debe presentar el proyecto de Constitución, que se elabora desde hace varios años, con la participación de Díaz-Canel. La parte económica, con el reconocimiento de la propiedad privada, será esencial.

El Informe al VI Congreso del PCC, presentado por Raúl Castro en abril de 2011, afirmó que “la Comisión Permanente de Implementación y Desarrollo incluirá un Subgrupo Jurídico compuesto por especialistas de alta calificación, el cual coordinará con los organismos correspondientes, en estricto apego a la institucionalidad, las modificaciones requeridas en el plano legal para acompañar la actualización del Modelo Económico y Social, simplificando y armonizando el contenido de cientos de resoluciones ministeriales, acuerdos del Gobierno, decretos-leyes y leyes y consecuentemente proponer, en su debido momento, la introducción de los ajustes pertinentes en la propia Constitución de la República”. Por tanto, tendrían que aprobarse las leyes que Raúl Castro dejó a punto, según expresó Marino Murillo en marzo.

El comportamiento del Plan de la Economía durante el primer semestre y un Plan de Emergencia para afrontar la muy crítica situación en la producción para sustituir importaciones y la exportación, el imparable deterioro de la liquidez, la posposición o impago de las deudas a corto plazo, el suministro de petróleo y las contrataciones de servicios por Venezuela, las consecuencias para la adquisición de materias primas, alimentos y medicinas, deberían ser prioridades de la sesión juliana de la Asamblea Nacional y el nuevo gobierno.