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Cubanos opinan: Internet sigue siendo caro y lento

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LA HABANA, Cuba.- Sin mucho entusiasmo los cubanos han recibido la noticia de que ETECSA redujo a 1.50 CUC la tarifa por cada hora de navegación en Internet, con el precario servidor Nauta. Tampoco hizo mella en la curiosidad de los usuarios la implementación de la llamada Bolsa Nauta, que permite adquirir paquetes de datos de 5 megabytes por 1.50 CUC. Al parecer, ese es el nuevo número de la suerte. La pregunta sería: ¿para quién?

Si se toma en cuenta que el salario promedio en Cuba apenas supera los 20 CUC (menos de 500 pesos moneda nacional), es fácil llegar a la conclusión de que la única medida justa con respecto al servicio nauta, sería ofrecerlo de modo gratuito. No solo resulta caro para el bolsillo de a pie, también es una conexión desesperantemente lenta y poco eficaz. Sea cual sea la rebaja que proponga ETECSA, los cubanos no se esfuerzan demasiado por comprender la dinámica de este servicio porque la calidad continúa pésima.

El único uso que se hace del Internet nauta es la comunicación con familiares en el extranjero. La mayoría de los usuarios prefiere emplear su preciosa hora en efectuar videollamadas, por ser la vía más efectiva para estar al tanto de lo que ocurre con la familia en la otra orilla.

La nueva oferta de datos por 1.50 CUC tampoco resulta particularmente atractiva, debido a las dificultades para enviar archivos que excedan los 100 K; a veces, incluso, pasar un archivo de este tamaño requiere paciencia, tenacidad y una presión arterial controlada. Considérese que para enviar una foto a través del correo nauta, hay que reducirla hasta prácticamente anular su calidad.

Aunque cubanamente las personas opinan que “algo es algo”, las nuevas medidas no impiden que Cuba se mantenga como uno de los países con peor conectividad en América Latina. La prueba de instalar Internet en dos mil hogares de la Habana Vieja ha generado más preguntas que comentarios positivos. ¿En qué se basaron para implementar dicha alternativa solo en ese municipio? ¿Qué es lo que van a “probar” exactamente? ¿De qué factores dependerá el que deje de ser una prueba para convertirse en una vía que coloque la información al alcance de todos?

Merci, una vecina del Consejo Popular Plaza Vieja cuya casa clasificó en el cibersorteo, desconfia de la buena voluntad y está convencida de que tanto “artistaje” tiene como único propósito controlar la información que consumen lo usuarios; algo que ocurre desde que se habilitaron los puntos WiFi, máxime si casi toda la tecnología que usan los cubanos para comunicarse online procede de China.

Lo cierto es que el servicio de Internet en La Habana Vieja podría contribuir a mejorar la infraestructura vinculada al turismo. Algún beneficio habrá en ello, sobre todo para los emprendedores privados. Por lo demás, no hay mayores expectativas. Y es que lo que resulta normal y cotidiano en cualquier parte del mundo, en Cuba se aplica en modo de “prueba”.

Las respuestas que obtiene ETECSA a sus “buenas noticias” son el escepticismo, el justo razonamiento de que abaratar ligeramente el costo del servicio no lo hace más asequible o de mejor calidad, y que el hecho de poner Internet en dos mil casas solo significa que el proceso para garantizar el acceso a la red de redes será largo y engorroso. En este asunto, como en tantos otros, los cubanos quieren normalizaciones, no concesiones.