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Cumbre por la Democracia: el castrismo se queda sin tribuna

LAS TUNAS, Cuba. – “El presidente de Estados Unidos Joe Biden excluyó al Gobierno cubano de su invitación a la Cumbre por la Democracia que se desarrollará de manera virtual el 9 y 10 de diciembre próximos”, reportó CubaNet el pasado jueves. Pero el excluido no es sólo el régimen de La Habana, sino también los gobiernos de Venezuela, El Salvador, Bolivia, Honduras, Guatemala, Rusia, China… Tampoco vi en la lista de invitados a Vietnam ni a Corea del Norte.

Los motivos de la exclusión parecen obvios cuando la Casa Blanca precisó que este evento virtual será “una plataforma para que los líderes (gubernamentales y de la sociedad civil) anuncien compromisos, reformas e iniciativas individuales y colectivas en defensa de la democracia y los derechos humanos, en el país y en el extranjero”.

Al respecto, y por sólo citar una opinión representativa del discurso oficial de los gobiernos excluidos, la administración Putin, a través del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo: “Estados Unidos prefiere crear nuevas líneas de división; dividir a los países en buenos, según su opinión, y en malos, según su opinión”.

La citada Cumbre tiene entre sus objetivos mostrar cómo las democracias (así, en plural) pueden cumplir con los problemas que importan a las personas, asuntos entre los que se encuentran fortalecer una gobernanza responsable y no meramente palabrera; ampliar las oportunidades económicas de los individuos y no precisamente dirigidos por el Estado; proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas y no solamente los derechos y las libertades de quienes se encuentran en el poder y sus leales, sino también de quienes se les oponen, así como permitir una vida digna para todos sin que la migración constituya estado de necesidad como solución de problemas nacionales.

Antes de abordar la exclusión del régimen de La Habana de la Cumbre por la Democracia, hagamos un poco de historia, remontándonos a otra cumbre internacional de la que ya transcurrió más de un lustro, donde el general Raúl Castro sí asistió –profusamente acompañado de acólitos– con más penas que glorias para el pueblo cubano.

Vamos a ver. Previa a la VII Cumbre de las Américas, celebrada en Ciudad de Panamá, que se realizaría del 9 al 11 de abril de 2015, organizaciones de la “sociedad civil cubana y actores sociales” fueron convocados en La Habana el martes 17 de enero para reflexionar sobre “ocho ejes temáticos” a considerar en el Foro de la Sociedad Civil de la VII Cumbre, reportó la prensa oficial en aquella oportunidad.

Gobernabilidad democrática, Participación ciudadana, Migración, Seguridad, Energía, Medio Ambiente y  Salud y Educación fueron los temas analizados en el “Foro de la Sociedad Civil Cubana” de la que formaron parte “más de 2000 organizaciones y asociaciones” acreditadas hasta con tres representantes “para destacar el carácter solidario y humano de la sociedad cubana”, su “cooperación con los pueblos del mundo” y para “denunciar las agresiones perpetradas contra el pueblo cubano” y el impacto del bloqueo impuesto a la Isla por Estados Unidos”, dijeron medios estatales.

En aquella oportunidad las reflexiones estuvieron asociadas con el tema “Prosperidad con equidad: el desafío de cooperación en las Américas”, que fuera el lema central de la VII Cumbre de la que ya transcurrieron más de seis años. A propósito de esta exclusión ejercida por el presidente Joe Biden, es útil recordar, y en congruencia con los actos protagonizados por la delegación cubana en aquel evento, en el que, si Cuba tuvo cabida, fue por la amenaza de boicot a la Cumbre llevada a cabo por los gobiernos de los países integrantes del ALBA.

Documentos convocantes y congregantes, y así el presidente Joe Biden lo espera, apuntan a que la Cumbre por la Democracia sirva como punto de partida para que, de manera individual y colectiva, las democracias muestren que pueden cumplir con sus pueblos continuamente. Y respecto a la sociedad civil, las autoridades estadounidenses han pedido a todos los participantes que los entes sociales participen de forma significativa y colaborativa porque la historia y los datos demuestran que las sociedades que respetan y defienden las instituciones democráticas, el estado de derecho, los derechos humanos, las libertades fundamentales, la igualdad de género y, en suma, la democracia participativa plural son más estables, prósperas, seguras y están mejor preparadas para enfrentar los desafíos globales.

Entonces cabe preguntar: ¿Por qué hay países como Cuba que no están invitados a la Cumbre por la Democracia convocada por la administración Biden-Harris y que precisamente concluye el próximo 10 de diciembre, justo cuando se cumple el 73 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos?

A diferencia de Barack Obama, que fue condescendiente con el régimen comunista de La Habana sin recibir de forma recíproca ni el más mínimo gesto democrático, parece obvio que el presidente Joe Biden actúa de forma diferente y busca incluir en la estrategia democratizadora global a gobiernos que muestran una voluntad genuina de asumir compromisos democráticos. Todo lo contrario es lo que encarna el régimen cubano con su poder totalitario y la criminalización de la actuación cívica. La represión y el encarcelamiento de personas por participar en las protestas del 11J así lo demuestra. Mientras esas circunstancias se mantengan, nada hacen líderes demócratas dialogando con caudillos carceleros.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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