Inicio Cuba ¿De dónde saca el Gobierno cubano las cifras del “bloqueo”?

¿De dónde saca el Gobierno cubano las cifras del “bloqueo”?

Llegada del crucero Adonia a La Habana, 2016 (EFE)

LA HABANA, Cuba.- Como cada año, los gobernantes cubanos se aprestan a montar el show en las Naciones Unidas acerca de los supuestos daños que le ha ocasionado a la isla  el “bloqueo” económico y financiero que mantiene Estados Unidos desde los años 60.

En su edición del pasado 7 de septiembre el periódico Granma publicó un trabajo a dos páginas, en el que afirma que esa política norteamericana le ha costado a Cuba 933 mil 678 millones de dólares. Una cifra que Granma desglosa por diferentes sectores de la economía. Pero examinemos tan solo dos de estos sectores, y estaremos en condiciones de poner en tela de juicio los señalamientos del órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.

En el acápite Industria Alimentaria y Agricultura, las afectaciones se estiman en 413 millones 793 mil 100 dólares, y el artículo argumenta que “Se mantiene la imposibilidad de colocar nuestros productos en el mercado estadounidense”.

Habría que preguntarse qué renglón alimentario o agrícola cubano estaría en condiciones de penetrar en el mercado estadounidense. Porque los rubros tradicionales de exportación de la isla, en general,  se hallan en crisis.  No por gusto el flamante ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, informó recientemente en una reunión con dirigentes empresariales de la isla, que habría afectaciones para cumplir el plan de la economía 2018 debido a que no se alcanzan los ingresos por exportaciones que se habían calculado.

En cuanto al Comercio Exterior, Granma considera que el “bloqueo” incrementó el “riesgo país” de Cuba, lo que habría causado una afectación de 54 millones 326 mil 250 dólares. En primer término es conveniente aclarar que Cuba clasifica como uno de los países de América donde el riesgo país es mayor, y no debido a las sanciones de Estados Unidos, sino como consecuencia de las características de su sistema político y económico.

Por regla general, los créditos y las inversiones  acuden a aquellas naciones donde exista transparencia y confianza en el futuro.  Todo lo contrario de lo que sucede en la isla, donde la incertidumbre es el pan nuestro de cada día, entre otras cosas porque aquí la voluntad de los gobernantes prevalece sobre las instituciones, y lo que hoy es de una manera, mañana puede ser de otra. Los trabajadores por cuenta propia podrían dar fe de ello.

Y qué decir acerca del futuro monetario, con una hipotética unificación de las monedas, sin saber cómo quedará el tipo de cambio de la moneda que prevalezca sobre la que desaparezca. A no dudarlo, esta alta percepción de riesgo país constituye uno de los elementos a considerar  para explicar el porqué la inversión extranjera no alcanza las cotas que añoran los gobernantes cubanos.

También en este acápite del Comercio Exterior se afirma que “la empresa cubana Alimport perdió 3 millones 533 mil 271 dólares como resultado de la adquisición de los productos demandados en mercados más lejanos”.  Sin embargo, nada se dice de la apreciable cantidad de alimentos que Alimport ha podido comprar en Estados Unidos en los últimos tiempos.

Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), durante el sexenio 2011-2016 Estados Unidos fue el séptimo país que más mercaderías vendió a Cuba, lo que alcanzó un monto de 2101 millones de pesos. Solo fue superado por China, Venezuela, España, Brasil, México y Canadá. Pero hubo más alimentos norteamericanos en Cuba que los suministrados por Francia, Vietnam y Rusia, entre otras naciones.

Este último detalle es de suma importancia, además, para refutar los argumentos castristas en torno a la controversia embargo-bloqueo. Porque un bloqueo es un cierre total, donde no pueda entrar ni salir nada, como el que, por ejemplo, le aplicaron los alemanes a la ciudad de Leningrado durante la segunda guerra mundial. Por supuesto,  en nada parecido a la realidad cubana.