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Detienen en Venezuela al asesino de dos cubanas y un ecuatoriano en Madrid

Víctimas del triple asesinato de Usera. Foto El Mundo

MIAMI, Estados Unidos.- El comando nacional Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional Bolivariana ha detenido en Ciudad Guayana, Venezuela, al hombre que asesinó en 2016 a las cubanas Elisa Consuegra Gálvez (31 años) y Maritza Osorio Riverón y del taxista ecuatoriano John Pepe Castillo.

Las víctimas murieron en un bufete de abogados en Madrid, España, a manos de Dahud Hanid-Ortiz, un exmilitar estadounidense de origen venezolano que, cegado por los celos, intentó matar al presunto amante de su esposa y terminó acabando con la vida de tres inocentes.

El hecho ocurrió el 23 de junio de 2016, en la calle Marcelo Usera, 40, de Madrid, y la prensa española e internacional conoce el caso como “el triple crimen de Usera”.

El pasado 3 de octubre, según un reporte del diario venezolano El Nacional, Dahud Hanid-Ortiz fue detenido en Residencias El Yagual, en la avenida Paseo Caroní, de Alta Vista, Ciudad Guayana. Anterior a la detención había sido visto por última vez en España cuando se disponía a subir a un avión hacia Venezuela en el aeropuerto Adolfo Suárez.

Dahud Hanid-Ortiz estaba visitando a su familia, cuando fue detenido por la Guardia Nacional Bolivariana, que lo ha trasladado a Caracas y se encuentra en dependencias de la Dirección General de Contrainteligencia Militar, según informó el diario.

Condecorado tras la guerra de Afganistán, el exmarine Dahud Hanid-Ortiz era buscado desde hace dos años por la Interpol, acusado de tres homicidios y un incendio, ya que después de matar a las dos cubanas y al taxista ecuatoriano, prendió fuego a la oficina donde supuestamente cometió el crimen para borrar huellas.

En los próximos días, previsiblemente, será deportado a España.

El triple crimen de Usera

Dahud Hanid-Ortiz, de unos 50 años, creció en Arizona y participó en la guerra de Irak. De acuerdo a la investigación al parecer el jefe de las dos cubanas que trabajaban en el bufete de abogados de Madrid, un letrado peruano llamado Víctor Joel Salas, había tenido o estaba teniendo una aventura con la mujer de Dahud Hanid-Ortiz, la médico alemana Irina Trippel. Tanto el asesino como su esposa vivían en Alemania.

Dahud Hanid-Ortiz no se lo pensó dos veces y condujo su auto hasta Madrid. Cuando llegó a la capital española, Víctor Joel Salas -el abogado que presuntamente se acostaba con su esposa- no estaba en el despacho, pero sí la jurista habanera Elisa Consuegra, que era quien llevaba el bufete.

Elisa había trabajado a destajo para conseguir el dinero para legalizar su título y acababa de lograrlo apenas 20 días antes de que la mataran. El 3 de junio de 2016 (murió el 23 de junio) se había inscrito en el Colegio de Abogados de Madrid.

Nacida en el Vedado, Elisa era hija de una médico forense, profesora de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana y de un teniente coronel del Ministerio del Interior. Antes de llegar a España, había sido magistrada de la Sección Laboral del Tribunal Municipal Popular de La Habana en 2008. En 2009 pasó a la Sección Civil y luego a la Penal.

En 2010 la trasladaron a la Sección de Delitos Económicos y ese mismo año fue nombrada presidenta de la Sección Especial Penal del Tribunal Municipal de La Habana. Viajó a Madrid porque consiguió una beca para estudiar. La joven quería ejercer en Europa.

Maritza Osorio Riverón, la otra cubana asesinada, era la recepcionista del bufete. Al llegar, Hanud Hanid-Ortiz, éste le pidió que llamara a su jefe, Víctor Joel Salas, quien supuestamente le dijo que iría, pero no apareció por el despacho. Osorio Riverón había nacido en Holguín y era vecina del barrio.

Las primeras hipótesis sobre lo ocurrido en el escenario del triple crimen de Usera apuntan a que Elisa fue la primera en morir. Hanid-Ortiz habría perdido la paciencia al ver que el amante de su mujer no llegaba y habría entrado al baño. Luego habría salido con un machete en la mano o al menos algún arma blanca de grandes dimensiones, y habría degollado a Elisa. Sin embargo, la autopsia, según El Mundo, reveló que Elisa fue torturada antes de morir. Llevaba una pulsera de Pandora en una muñeca y estaba aplastada.

Al ver lo que Hanid-Ortiz habría hecho a su compañera, Maritza cogió una palanqueta que tenía a mano por si había problemas en el bufete e intentó defenderse, pero el asesino le quitó el arma ocasional y le reventó la cara. Cuando llegaron los servicios de Emergencia, Maritza estaba en parada cardiorrespiratoria.

El tercero en morir habría sido el taxista ecuatoriano, Pepe Castillo, que había pasado por el bufete a recoger unos papeles de su hijo. Cuando entró, las dos cubanas ya habían sido asesinadas y Hanid-Ortiz pensó que él era el abogado y sin mediar palabras le reventó la cabeza con la palanqueta. Prendió fuego al despacho y se largó.