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Diálogo en Venezuela: aquí vamos otra vez… Cubanet

Nicolás Maduro (commons.wikimedia.org)

NUEVA YORK, Estados Unidos.- Como bien decía el presidente Ronald Reagan, “here we go again…”: aquí vamos otra vez.

De nuevo la oposición venezolana se sienta a la mesa de negociaciones con el gobierno de Nicolás Maduro y de nuevo espera un milagro, difícil de darse, aunque está cerca la Navidad.

Las conversaciones en Santo Domingo, que se inician este primero de diciembre entre representantes del gobierno de Venezuela y la oposición, solo beneficiarán a Nicolás Maduro, el títere de La Habana.

Mientras la dictadura suma nuevos opositores a las prisiones y aumenta el número de muertos por hambre, enfermedades y epidemias, la Mesa de la Unidad Democrática, MUD, participa en una nueva farsa, que le otorgará varias bombas de oxígeno a Maduro… que le alcanzarán para las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo justo en un año más.

Incluso, muchos temen que el mandatario, al sentirse más seguro, podría adelantar el proceso electoral presidencial para los primeros meses de 2018.

Condiciones

Precisamente, la MUD planteará en el diálogo “condiciones justas” de cara esas elecciones presidenciales y un canal humanitario, para aliviar la severa escasez de alimentos y medicinas que sufren los venezolanos.

Quizás en un acápite escondido aparezca la liberación de los presos políticos, pero el tema no figura entre los principales a debatir, centrado todo el panorama de las conversaciones en lo económico dejando de lado las violaciones diarias a los derechos humanos en la nación bolivariana, destacadas en un reciente negro informe de la organización Human Rights Watch (HRW), en forma conjunta con el Foro Penal de Venezuela (FPV).

El canal humanitario, que sería la cooperación internacional con medicinas y comida es rechazado por el gobierno chavista porque —alega— abriría las puertas a “una intervención militar” y “serviría para invadir y desestabilizar el país”.

En tanto, Maduro exige a la MUD que abogue por el cese de las sanciones de Estados Unidos, que prohíben a funcionarios y entidades de ese país negociar nueva deuda de Venezuela y de su petrolera PDVSA.

¿Ingenuidad?

Hay que ser muy ingenuo para creer, a estas alturas de la crisis, que Nicolás Maduro es sincero, cuando lo único que quiere el dictador es ganar tiempo, limpiar el ambiente en su contra e implantar la estrategia para las truculentas elecciones presidenciales que piensa llevar a cabo el próximo año, en contuberbio con la cúpula gobernante cubana.

Maduro, pese a sus estupideces, parece ser el más sagaz del grupo. Por algo está todavía aferrado al poder y muchos creen que una vez más saldrá ganando debido a la ingenuidad o negociaciones extrañas de la MUD.

El diálogo ocurre mientras Maduro trata de refinanciar la deuda externa, estimada en unos 150 000 millones de dólares, en medio de atrasos en pagos de intereses de bonos.

Venezuela y PDVSA fueron declaradas recientemente en “default” por un grupo de acreedores y calificadas de riesgosas.

Traición

No todos están de acuerdo en este nuevo diálogo.

La mayoría de los venezolanos está en contra y desea seguir la línea dura de las protestas, pese a la enorme represión del gobierno que dejó unos 125 muertos entre abril y julio pasado.

Por su parte, un vasto sector de la oposición no respalda las reuniones en Santo Domingo. Entre gritos de “¡diálogo es traición!”, diputados opositores se enfrentaron cuando el Parlamento aprobaba un informe en apoyo a la negociación.

Estiman que las conversaciones beneficiarán solo al gobierno de Miraflores y no traerá alivio a las necesidades del pueblo. Además están disgustados porque no figura entre los temas del diálogo el caso de los presos políticos.

Recuerdan además que las conversaciones celebradas a fines de 2016, a instancias del papa Francisco, fracasaron por el incumplimiento tácito del régimen chavista.

Dice Marcos, un periodista y analista venezolano que vive en Maracaibo: “Una vez más estamos siguiendo el juego de Maduro, que será estúpido, pero demuestra como tirano poseer la malicia suficiente para ganar, una y otra vez, todas las partidas”.