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Díaz-Canel en su primera entrevista a la prensa

Miguel Díaz-Canel junto a Raúl Castro (Cubadebate)

LA HABANA, Cuba.- Un acontecimiento inusual resulta la presentación del presidente cubano entrevistado por un periodista en la televisión, aunque nunca sea en vivo y las preguntas hayan sido pactadas cuidadosamente.

Miguel Díaz-Canel concedió la primera entrevista desde su ascenso a la presidencia el 19 de abril pasado, a Patricia Villegas, directora del canal Telesur, y fue transmitida el 16 de septiembre.

Raúl Castro sorprendió a los cubanos con la entrevista publicada por la periodista de la televisión cubana Talía González, el 31 de diciembre de 2008. Había sido confirmado como presidente el 24 de febrero de ese año, aunque ejercía como tal desde el 31 de julio de 2006.

Fidel Castro otorgó algunas entrevistas durante su prolongado mandato, a periodistas extranjeros famosos, sobre todo estadounidenses.

Los dignatarios cubanos no suelen presentarse en conferencias de prensa, porque no tienen control de las preguntas.

El general Raúl Castro estuvo muy deslucido en la conferencia de prensa efectuada durante la visita de Barack Obama a La Habana, en marzo de 2016.

El timing actual antecede al viaje de Díaz-Canel a Nueva York, donde asistirá por primera vez al segmento de alto nivel de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas a finales de septiembre, para el cual se anticipan sus posiciones sobre los temas de mayor interés nacional e internacional, enfocados fundamentalmente hacia los dignatarios participantes y los medios de Estados Unidos.

Los desplazamientos del presidente y su comitiva a las provincias de Cuba, las opiniones de la población en las reuniones sobre el proyecto de Constitución cuyo apoyo al gobierno interesa resaltar, las relaciones con Estados Unidos y la novedosa inclusión de la vida familiar del mandatario, ocuparon la presentación de Díaz-Canel. Sin embargo, estuvieron ausentes los serios problemas económicos, que se profundizarán en los meses venideros.

El mandatario resaltó el reconocimiento a la propiedad privada, pero solo mencionó que “el salario ha perdido un poco su papel y la relación salario-precios es compleja”, como explicación por el supuesto apoyo mayoritario de los cubanos a limitar la concentración de la propiedad y la demanda de añadir igual tratamiento a la riqueza, que se había dejado para las leyes complementarias. Pasó por alto que el trabajo y el incremento productivo no son estimulados por los bajos salarios, mientras los altos precios mantienen una mísera calidad de vida y fomentan la corrupción.

La autonomía de los gobiernos municipales fue resaltada por el mandatario, pero solo se refirió al gobierno provincial como enlace entre aquel y el gobierno central, sin mencionar la nueva figura del gobernador, cuya designación por el presidente y subordinación al primer ministro ha llamado la atención al abolirse las elecciones a esa instancia.

Díaz-Canel basó el mantenimiento del Partido Comunista de Cuba como único y fuerza dirigente del país en que no es un partido electoral, sino para “mantener la unidad y preservar la revolución”, como el Partido Revolucionario Cubano, creado por José Martí.

Las bases del PRC no son divulgadas, ya que demostrarían que pudo aunar a las distintas tendencias para emprender la guerra de 1895, ya que “no tiene por objeto llevar a Cuba una agrupación victoriosa que considere la Isla como su presa y dominio, sino preparar, con cuantos medios eficaces le permita la libertad del extranjero, la guerra que se ha de hacer para el decoro y bien de todos los cubanos, y entregar a todo el país la patria libre”. (Artículo 5).

En cuanto a la supresión del “avance hacia la sociedad comunista”, Díaz-Canel expresó que no lo entiende como una renuncia, sino que cualquiera de los dos términos (socialismo-comunismo) implica el otro. Dijo que se está más cerca de llegar al socialismo, y que alcanzar el comunismo depende de la construcción de sus bases a nivel internacional.

La periodista planteó que la contrarrevolución llamaba a no participar en el proceso de la Constitución. Como es usual se identificó a cualquier opinión discordante como contrarrevolución, con posiciones idénticas y al servicio de Estados Unidos, lo cual enfatizó el presidente. El embargo-bloqueo se mantiene como el causante de todos los problemas en Cuba, y la justificación a la reticencia de algunos dirigentes a adoptar decisiones, con el supuesto temor de que haya nuevas medidas que perjudiquen más.

En cuanto a las relaciones con Estados Unidos, Díaz-Canel respondió que están en retroceso, y que el gobierno cubano está dispuesto al diálogo entre iguales, sin condiciones, pero advirtió que si se mantiene “esta aberrante actitud del gobierno de Estados Unidos, no puede haber diálogo”.

También reiteró el apoyo al gobierno de Venezuela, al tratado ALBA-TCP y Petrocaribe. Y sobre México, dijo haber recibido con mucha satisfacción la victoria de Andrés Manuel López Obrador.

Finalmente, el presidente resaltó la comunicación casi diaria con el primer secretario del PCC, Raúl Castro, a quien considera un padre. También se refirió a su vida familiar de domingos y a la alta calificación profesional de su esposa, que le ayuda mucho, aporta ideas, hace contraparte.

Muestra del interés por la difusión de los mensajes del presidente, la entrevista fue presentada en dos canales cubanos simultáneamente con la primicia de Telesur, el domingo 16 de septiembre; por la Mesa Redonda de Cubavisión el día 17, y después de la telenovela nocturna, el día 18.