Inicio Cuba Discapacitado visual en Cuba: “Me estoy muriendo de hambre”

Discapacitado visual en Cuba: “Me estoy muriendo de hambre”

LA HABANA, Cuba.- La vida de Elvio Sánchez Rodríguez ya era difícil antes del inicio de la pandemia. A pesar de su discapacidad visual nunca ha recibido ninguna ayuda de manos del régimen cubano, el mismo que tampoco tomó en consideración su discapacidad para dejarlo desamparado y sin sustento económico tras cancelar su licencia de trabajador por cuenta propia hace poco menos de dos años.

A principios de marzo Elvio contactó con CubaNet porque quería denunciar al régimen de la Isla ante la arbitrariedad que, según él, se había cometido contra su persona, luego de que le impidieran seguir realizando su trabajo por cuenta propia. Necesitaba demostrar lo “indolente y crueles” que pueden ser de las autoridades cubanas que lo dejaron a merced de Dios.

Elvio quería que su historia fuera contada al mundo, pero desgraciadamente su publicación se vio interrumpida por la llegada de la pandemia y la necesidad de aislamiento social. Hoy regresamos y constatamos que su situación se agravó aún más en épocas de COVID-19.

Con el optimismo que lo caracteriza, Elvio Sánchez nos volvió a recibir en su vivienda en la calle 32, entre 109 y 111, en el reparto Purísima, municipio Cotorro, con la diferencia de que esta vez mostraba un deterioro físico visible. Tiene veinte libras de peso menos con respecto a la primera visita y asegura que ha sobrevivido a la pandemia gracias a sus vecinos. Insiste en que es importante que el mundo conozca su historia y que confía en CubaNet para ello.

“Estoy viviendo como un mendigo, dependiendo de los vecinos, que por caridad me están ayudando, me da la impresión que para el gobierno no soy un ser humano. Por todos lados plantean que en Cuba no hay desamparados, cosa que es mentira, porque en estos momentos te puedo asegurar que yo como porque los vecinos pagan mi comida”.

“Esa comida que supuestamente seguridad social me da, y digo supuestamente porque tengo que pagarla, y llevo un año y ocho meses sin resolver mi problema laboral, sin dinero, sin nada de que vivir, entonces no entiendo que ayuda me están dando. Si no fuera por los vecinos que son los que realmente se han preocupado por mí, regalándomelo todo, yo estuviera muerto”, denunció.

Elvio se dedicaba a la venta de vísceras de cerdo molida que servían de comida para mascotas, hasta que en 2018 el régimen le canceló su licencia de vendedor por cuenta propia bajo el argumento de que el alimento que vendía, fundamentalmente para perros, podría ocasionar enfermedades a los seres humanos a través de los animales.

“No sé por qué ellos dicen eso, porque se sobreentiende que si el alimento está apto para las personas, o sea lo que es la carne de cerdo, y si las vísceras que yo vendo provienen de estos animales, a los cuales el veterinario les dio el visto bueno para el consumo de las personas, entonces como se entiende que su carne pueda enfermar a las personas. Eso no lo entienden ni ellos mismos, eso solo fue una justificación”, indicó.

Elvio asegura que esta explicación la dio a todos los niveles del régimen donde presentó reclamación, y que, incluso, le dieron la razón en su planteamiento, pero le comunicaron que no se trataba de razonamiento sino del cumplimiento de las leyes.

“Lo planteé desde el municipio hasta la nacional, he ido a todos los organismos, y me dijeron que lo que yo decía era razonable, pero que en este caso no era un problema de razón y que ellos no podían hacer nada, entonces entendí que era de capricho”, detalló.

En ese sentido —cuenta Elvio—las autoridades le sugirieron cambiar de actividad, y que se dedicara a la molida y venta de granos, pero resulta que en esta actividad también encontró trabas que le impedían ejercerla como emprendedor privado.

“Me puse contento porque pensé que por fin iba a poder empezar a trabajar, pero cuando llegué a la ONAT (Oficina Nacional de Administración Tributaria) me dijeron que no me podían dar la nueva licencia porque durante el tiempo que estuve sin trabajar adquirí una deuda de casi 5000 pesos. Pero si fueron ellos los que me cancelaron la licencia como es posible que tenga deudas”, preguntó.

Ante esta disyuntiva, y como su único interés es el de empezar a trabajar para poder sustentarse, Elvio aseguró que a pesar de no tener culpa intentó llegar a un acuerdo de pago pidiendo a las autoridades pagar el monto en varios plazos, pero las también le negaron esta posibilidad.

“No es mi culpa y me exigen que tengo pagar en efectivo y al contado para darme la licencia. Ninguna institución, desde el municipio hasta la nacional, ha sido capaz de resolver mi problema y me estoy muriendo de hambre”.

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