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¿Dónde compran los cubanos que no reciben remesas?

Bazar inglés, en La Habana (Foto de la autora)

“Aterriza”, es la voz de mando de Juan, un vecino del municipio Diez de Octubre que piensa que “en Cuba la mayoría de la gente no puede comprar en la shopping”. “Cuando se dice desabastecimiento la gente se queda cortísima si piensa nada más en las tiendas”, dice.

En ese caso, Juan solo se refiere a los centros comerciales en los que se compra en CUC, porque las otras “tiendas cubanas” han perdido la categoría para convertirse en MAI (Mercado Artesanal Industrial), espacios para cuentapropistas o en cualquier otra inventiva del gobierno.

“En un MAI uno puede encontrar cualquier cosa y o no encontrar nada”, explica Juan. En cierta forma, esto es algo que define a los MAI, los cuales han tomado los numerosos espacios que en tiempos de capitalismo ocuparon las grandes tiendas y centros comerciales.

Para Juan, los MAI “son lugares oscuros, donde, de vez en cuando, sacan algún que otro producto que valga la pena, pero que el resto del tiempo están vacíos con mujeres en el mostrador contando dinero, jugando con el teléfono o muriéndose de aburrimiento”.

En un MAI usted puede encontrar agujas de coser a mano, a 2 pesos cubanos (CUP), hilo, a 5 pesos el carrete, sayuelas a 50 pesos, válvulas de baño a 85 y válvulas de salida del tanque del agua a 32. También cajitas de cartón para cumpleaños a 60 centavos; cartuchos de papel traza a 2 pesos o bloc de notas a 25 pesos; un eje Thompson de bicicleta a 35 pesos; una frazada camera a 350; lápices bicolor a 2 pesos; cuchillas de afeitar marca Dorco a 5; calculadoras plásticas a 75; aromatizante, detergentes de fregar suelo, de lavar ropa o vajilla, desincrustante o insecticida “Lo Maté” entre los 20 y los 40 pesos cubanos.

Productos en venta en un Mercado Artesanal Industrial
Productos en venta en un Mercado Artesanal Industrial (Foto de la autora)

También se pueden encontrar palanganas y cubos plásticos cuyos precios varían según el tamaño; o prendas de vestir, algunas confeccionadas en pequeños talleres municipales. Todo distribuido entre dos o tres mostradores para dar sensación de abundancia.

“Siempre hay sábanas que no están malas, la verdad. Y de vez en cuando sacan toallas blancas que parecen nuevas, pero que tienen bordados en la felpa el nombre del hotel de donde la sacaron”, comenta una habanera que, según dice, de vez pasa a ver si encuentra algo que valga la pena.

Los locales donde se ubican los MAI varían según el municipio en que estén. Los de Diez de Octubre o los de Marianao son oscuras y están pintados o reciben y venden ropa reciclada según la gestión del administrador del lugar.

En “Oyantai”, cerca de la avenida Dolores, “hace un perro que no hay ropa reciclada”, dice una de las dependientas, quien recomienda no comprar ahí.

“Ni las válvulas porque están muy recias y no dejan pasar el agua, ni las cámaras de bicicleta porque por el calor deben estar podridas o las pilas de agua que son de un plástico malo”, dice la mujer.

Ella tampoco sabe para qué sirven unos pistones y unos codos de tubería que están en venta. “Parecen piezas de repuesto de alguna fábrica que cerraron y nos la mandaron para acá (…) a nadie les sirve ni nadie las compra. Da la sensación que las tienen aquí para no cerrarnos”, señala la trabajadora.

Ransés es ingeniero, pero se “defiende” como plomero. Sobre la calidad de los productos que se venden en los MAI, dice: “cuando hago algún trabajito nunca recomiendo comprar en esas tiendas, siempre mando a la gente pa´ la Palma o pa´ Cuatro Caminos, que lo compren en los particulares porque, aunque sean criollas, todo está mejor hecho”.

Flotador y tubo de descargue para taza de baño
Flotador y tubo de descargue para taza de baño (Foto de la autora)

Esto, por supuesto, siempre para quienes no pueden comprar a través del sitio web Revolico, donde también se compran y se venden piezas de plomería.

En los municipios Playa y Marianao se puede encontrar “pintura de calidad y platos, y en la de Ayesterán y 20 de mayo han sacado colchones”, revela Delia, quien dice haber caminado la ciudad porque estaba reparando su casa.

En la Habana Vieja y en Centro Habana, por lo general, las MAI han rentado espacios a los cuentapropistas, pero igualmente uno se puede tropezar con cualquier fenómeno de la economía cubana.

En “La Internacional”, situada en Galiano, hay muebles sin precios “porque son de Artex y ellos querían venderlos en divisa y aquí es en moneda nacional”, dice una dependienta del lugar, que también asegura que “el sótano está vacío porque metieron preso al anticuario que vendía”.

La segunda planta del local está ocupada por oficinas, pero la arquitectura del lugar deja ver lo que antes fuera una lujosa tienda de ropas.

En “Inclán”, ubicada en la calle Reina, tiene en la vidriera una cama, expresión pura de la cursilería cubana. “La gente se tira fotos y todo porque dónde se encuentra aquí una cama con un corazón de cabecera, ¿eh?”, dice una de las dependientas del lugar. Entre los productos que oferta la tienda hay sobres para cartas y documentos de Franqueo Pagado, de España, a los que la humedad les pegó el borde y para abrirlos hay que romperlos.

Por “Flogar” también circula mucha gente, pero todo el mundo mira y compran poco. El Bazar Inglés, en su decadencia, vende bloomers de algodón a 20 o 40 pesos cubanos, según el tamaño, porque no tienen talla definida. Venden, además, pijamas, batas de casa y pitusas de una mezclilla azul y gorda a 150 CUP, aunque hay gente que resuelve con las tasas y las piezas de baño que salen, a veces.

Tienda Flogar
Tienda Flogar (Foto de la autora)

Entonces, uno se pregunta ¿Quién compra por lo general en los MAI?

Misleydis tiene una de las respuestas.

“Jabón de lavar o de baño que son buenísimos para la ropa blanca, jabas de nailon a un peso, 60 centavos según el rejuego que tengan ellas ahí, y velas que cuestan 5 pesos y que después te las revenden en 10 o 15, en dependencia de la fecha”, cuenta la mujer.

“Yo he encontrado satín o tela de colores el metro a 45 y 50 pesos el metro, que en una tienda normal te puede costar 6 o 7 dólares (Pesos convertibles – CUC); cepillos de dientes, bombillos que cuestan 5 o 10 pesos mientras que en la calle te lo venden a dólar”, eso es lo que se repite, agrega.

Sunilda, una profesional de las que “pasa tremenda necesidad” y para las que un jabón de la “tienda” es un lujo, tiene otra de las tantas respuestas que puede haber. “En las MAI compramos los millones de cubanos que no recibimos remesas y que tenemos que conformarnos con la mierda que nos da el gobierno, aunque nos la pasamos haciendo el esfuerzo y terminamos comprando por la calle o vamos a la cuevita o le compramos alguna vecina a plazos algo de ropa y zapato con un poquito de mejor calidad”.