Inicio Cuba Dos obras harán que Miami y La Habana se crucen la mirada

Dos obras harán que Miami y La Habana se crucen la mirada

Simulación de la escultura 'El balcón de Miami'. (foto El Nuevo Herald)

Simulación de la escultura ‘El balcón de Miami’. (foto El Nuevo Herald)

MIAMI, Estados Unidos.- El artista conceptual y escultor español Juan Garaizabal, conocido internacionalmente por su proyecto “Memorias Urbanas”, quiere hacer que Miami y La Habana se crucen la mirada a través de dos esculturas monumentales.

Son dos ciudades con una “complementariedad máxima”, dijo Garaizabal a Efe en el parque de Miami (EE.UU.) donde está levantando su “Balcón de La Habana”, muy cerca de donde también se está erigiendo una obra de gran formato del también escultor español Jaume Plensa.

Ambas esculturas deben estar listas para la próxima semana, cuando Miami acogerá la feria Art Basel, en la que se mostrarán más de 4.000 obras de artistas de los cinco continentes y a la que se espera la asistencia de unas 73.000 personas, además de otros muchos eventos relacionados con el arte.

“Balcón de La Habana” es una estructura de acero inoxidable con una altura de 21 metros, a la que en 2017 o a más tardar en 2018 le “nacerá” una escultura “hermana”, aunque totalmente distinta, en el Malecón habanero, cuenta Garaizabal rodeado de su equipo, llegado en parte desde España, y de enormes piezas todavía por montar.

La escultura, primera obra de gran tamaño para un lugar público que Garaizabal (Madrid, 1971) realiza en Estados Unidos, será inaugurada el próximo lunes, cuando se activará la iluminación LED que forma parte de la estructura y que hará que el “balcón” sea visible a la distancia también de noche.

Este escultor que trabaja “sobre la ausencia” alcanzó fama internacional con su obra “Memoria Urbana” (2012), una estructura hecha con tubos de acero e iluminación LED que “llenó” en el barrio Mitte de Berlín el espacio de una iglesia del siglo XVIII destruida por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.

En el Museum Park, donde ya se erige una parte del “Balcón de La Habana”, no hubo antes un edificio singular, pero es un lugar de postal, con palmeras mecidas por el viento y praderas verdes frente a un mar muy azul.

“Soy muy respetuoso con el espacio, me gusta generar espacio, enmarcar el aire, añadir algo o trabajar descubriendo cosas, rescatando algo”, afirma Garaizabal, quien cree que para colocar “una masa” en un espacio público debe “haber justificación”.

La idea del “balcón” le vino a partir de sus conversaciones en “muchos viajes en Uber” por Miami.

“De pronto me di cuenta que lo que se echa de menos aquí es un estilo de vida perdido”, concretamente el de La Habana, así que me propuse “traer un trozo de la capital cubana” a Miami, dice.

La escultura evoca la cultura de los habaneros que viven en el centro histórico de la ciudad, los cuales hablan con los vecinos de balcón a balcón y contemplan la vida desde allí, algo en las antípodas del estilo de vida miamense, motorizado y ajetreado.

La escultura habanera será completamente distinta. Estará inspirada en la arquitectura Art Decó de Miami, su lugar será el famoso Malecón y sus materiales, acero inoxidable y hormigón.

Garaizabal dice que ya ha acordado con las autoridades cubanas y la idea es que esté concluida antes de la Bienal de Arte de La Habana, que tendrá lugar en 2018.

Seguramente la hará en 2017, pero el escultor español, que suele financiar sus obras y conservar su propiedad, quiere ser más flexible con el tiempo en La Habana.

“Este es un trabajo muy duro”, afirma.

Garaizabal asegura que cada una de las dos ciudades donde se erigirán sus esculturas hermanas “va a su manera hacia un futuro mejor” y que el debate sobre la posibilidad de cambios en Cuba y el acercamiento entre EE.UU. y la isla es el “tipo de debate” que le interesa en la vida y en el arte.

“La Historia avanza, yo he vivido en Berlín la liberación de energía que suponen los cambios. Quiero estar donde pasa eso”, dice.

Garaizabal cree en el “acierto” de una obra pública, como cree en el “fracaso”, y opina que para que se produzca el “flechazo” el artista debe ser capaz de crear una escultura que pueda “hacer sentir algo” o “aportar algo” a cualquier persona sin importar sus niveles estéticos, culturales o de otro tipo.

Del catalán Plensa, una de cuyas enormes cabezas blancas va a estar colocada cerca del “Balcón de La Habana”, junto al Pérez Art Museum (PAMM), señala que acertó completamente en Chicago con la Crown Fountain, porque consiguió que “sea de verdad una propiedad intelectual y afectiva de toda una ciudad”.

Garaizabal, al que en el arte le interesa el componente de “aventura”, el hacer lo que no sabe hacer, dice que si la Crown Fountain fuera música, se oiría a la gente de Chicago tarareándola por todas partes y eso es lo mismo que quiere lograr con su tándem escultórico Miami-La Habana.

Algunas de sus obras son el Bosque de Flores (Valencia), el Uranus Area (Bucarest), Archives Stairway (Connecticut), Memoria Urbana (Berlín) y Memoria del Giardino (Venecia).

(EFE)