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Economía 2018-2019: la Cuba agónica

En la economía cubana el trabajo por cuenta propia continúa estrangulado. Foto Rui Ferreira/Diario de Las Américas

LA HABANA, Cuba.- La economía cubana no despega a causa de la opresión a las fuerzas productivas. Las limitadas medidas del General-Presidente Raúl Castro fueron detenidas o revertidas. La próxima ejecución de la unificación monetaria y cambiaria pende sobre los cubanos.

En 2018, el Producto Interno Bruto (PIB) crece casi 1%, en 2016 fue el 0,5% y 2017 el 1.8%. La agricultura apenas avanza, se acumulan las deudas a corto plazo, la importación de petróleo y derivados tiemblan, las inversiones extranjeras gatean, las exportaciones decrecen. En 2013, el intercambio comercial fue de 19.990 millones de dólares, de ello, exportaciones de mercancías solo 5.283 millones; en 2017, 12.574 millones de dólares, de ello, exportaciones de 2.402 millones. En 2012 se importaban desde Venezuela 8.562 millones de dólares y se exportaban 2.483 millones; en 2017 fueron 2.213 millones y 375.3 millones, respectivamente (según ONE): la colaboración médica con Caracas ha descendido notablemente.

El gobierno prevé mayores restricciones en 2019. La exportación de servicios médicos caerá más por el cese con Brasil.  El turismo, a excepción del crucerismo, y sus ganancias, crecen menos de lo esperado. El trabajo por cuenta propia continúa estrangulado. Rusia, China y Viet Nam también aguardan la apertura económica.

El presidente Miguel Díaz-Canel y su equipo han dosificado las informaciones sobre las calamidades económicas con el propósito de continuar fomentando la resignación, pero una parte de la población cubana perdió su juventud por credulidad sacrificada, y sus descendientes no se sacrificarán a cambio de nuevas  promesas. La situación social en Cuba es compleja y peligrosa. El gobierno tiene que optar por prohibir la creatividad, los emprendimientos privados y la participación ciudadana, o continuar reprimiendo hasta llegar a un extremo brutal.

Desde el informe a la sesión de la Asamblea Nacional en julio, Díaz-Canel anunció que el crecimiento económico del Producto Interno Bruto (PIB) en el primer semestre había registrado un “discreto” 1,1%, debido a “factores adversos”, entre ellos la tensa situación en las finanzas externas y el incumplimiento de los ingresos planificados por exportaciones, turismo y producción azucarera. El Plan era un 2% de incremento. La economía crecería 1% en 2018, había explicado Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación, en la reunión del Consejo de Ministros de fines de octubre, pero en la realizada a fines de noviembre anunció que se estima un “leve crecimiento”. Mencionó entre las actividades con mejores resultados las comunicaciones, el comercio, la industria manufacturera, la salud pública y otros servicios sociales. En tanto, otras como la industria azucarera, la agricultura, la construcción y las minas y canteras quedaron por debajo de lo planificado. A ello se unen afectaciones ocasionadas por el embargo-bloqueo de Estados Unidos y diversos eventos climatológicos, según publicaron los medios oficiales cubanos. De esto se desprende que las ramas fundamentales siguen retrocediendo, aunque los ingresos por remesas y  telecomunicaciones parecen haber aumentado.

El turismo no alcanzará los 5 millones de visitantes planificados, sino 4.75 millones, para un incremento del 1,3 por ciento, el 95% del plan. Los viajes vía aérea de los estadounidenses han bajado considerablemente, aunque crecen los cruceristas a 289.015, en relación con los 147.930 en 2017. La actividad de cruceros hasta octubre ascendió a 703.519 viajeros, la mayoría desde Estados Unidos y Europa, informó el ministro Manuel Marrero en la Conferencia Nacional del Sindicato de Trabajadores de Hotelería y Turismo.

El ministro de Economía señaló que se ha conformado un Plan 2019 más realista y cumplible, que garantice el desarrollo y el crecimiento, potenciando la utilización de las reservas internas, el respaldo a programas priorizados, los servicios básicos a la población y el abastecimiento de los principales productos, con una mayor presencia en circulación mercantil. Al igual que habían mencionado Díaz-Canel y otros dirigentes de la economía, subrayó que el plan cumple las premisas de no contraer más deudas que la capacidad de pago; garantizar el crecimiento del Producto Interno Bruto y no detener el desarrollo. Es prioridad incrementar los ingresos por exportaciones y potenciar la industria nacional, con el objetivo de sustituir importaciones de bienes finales y fomentar la importación de bienes, insumos y materias primas para aprovechar mejor las capacidades productivas del país, así como el cumplimiento estricto del proceso inversionista y la recuperación de los recursos financieros empleados, manifestó.

Los retrasos en los pagos de los créditos a corto plazo se acumulan, a pesar de que desde mediado de 2018 el gobierno suspendió las importaciones “no esenciales” ya aprobadas. Esto incide en la producción, tanto para sustituir importaciones como para la exportación, al tiempo que repercute en los salarios y empleo de los trabajadores. Asimismo, se incrementará el desestímulo a la inversión extranjera en gran proporción debido a las restricciones internas de diversa índole. El turismo se propone recibir 5.100 millones de visitantes internacionales, con ingresos por más de 3 mil millones de dólares, lo que significa un alza del 17,6 por ciento con respecto a los montos previstos en la actual etapa, según el ministro Manuel Marrero.

Durante la visita a la provincia de Guantánamo a fines de noviembre, el presidente llamó a erradicar el impago, “ese flagelo que tanto daño causa al desenvolvimiento de la economía de las empresas y del país”. Ejemplificó que la demora del pago a los productores campesinos, nociva práctica todavía presente en diferentes territorios, impide y limita que cubran sus necesidades, entre ellas la adquisición de insumos requeridos para producir, y también desestimula las ventas al Estado. Además, en diversas ocasiones ha recalcado la vigilancia y represión al robo de combustible.

La zafra azucarera 2018-2019 tiene un plan de 1.7 millón de toneladas de azúcar; en años recientes ha tenido incrementos, pero por debajo de los planes; la industria no retomará el esplendor de siglos pasados. En 2018, los cubanos consumieron azúcar brasileño y francés, y los derivados solo alcanzan notoriedad por los rones.

La próxima sesión de la Asamblea Nacional debería tener como tema central la situación económica, las medidas para afrontarla y las tareas pendientes, tales como la unificación monetaria y cambiaria y sus repercusiones. Sin embargo, la convocatoria para el 21 de diciembre, y los 5 días de reuniones de las Comisiones, se concentra en el Proyecto de Constitución, ya decidido por Raúl Castro y su comisión de redacción.