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Economía cubana: para atrás como el cangrejo

Puede haber una unificación monetaria, pero es más urgente recuperar la economía (Foto: Elio Delgado)

LA HABANA, Cuba.- El Producto Interno Bruto (PIB) es usado como forma de cálculo en la macroeconomía y contabiliza los bienes y servicios producidos durante una etapa analizada, que puede ser, por ejemplo, un año. Bajo esta definición, cualquier cifra que emita el régimen cubano sobre el mencionado indicador no es creíble, dado que se admite, en un alto por ciento a nivel nacional, que la contabilidad no es confiable.

Para el año 2018 se había planificado un crecimiento en el PIB de un 2%, sin embargo, solo se pudo alcanzar –según fuentes oficiales- el 1,2%. Entretanto, para el año 2019, y es que el régimen al parecer ha reconocido lo difícil que es lograr el desarrollo económico del país, se ha planificado solo un 1,5% de aumento, o sea por debajo del propio plan del año que termina.

¿Cómo es posible que se planifique el decrecimiento? Podríamos asegurar que los que ahora incluyen la palabra comunismo en la nueva Constitución no están seguros ni que el socialismo funcione en la economía, porque después de 60 años construyéndolo, lo que ha pasado es que han sumido en la miseria al pueblo de Cuba.

Según se plantea por la (mala) dirección del país, las inversiones que se hacen en el turismo, que desvían todo tipo de recursos que pueden ser invertidos en el pueblo y sus múltiples necesidades de viviendas, arreglos de calles, reparación de inmuebles, lugares de recreación, hospitales, etc., se llevan a cabo para el desarrollo de la sociedad. Sin embargo, el ministro de Economía, Alejandro Gil, no mencionó, en su reciente intervención en la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, este sector como parte de las actividades que conformaron la dinámica de crecimiento del PIB en 2018.

Según Michel Bernal, director comercial del Ministerio de Turismo, los arribos al país se quedaron por debajo del plan, cuando pensaron que llegarían 5.1 millón de visitantes lo hicieron solo 4.75 millones, con el inconveniente que la temporada alta (incremento de turismo), decreció en un 7%. No obstante, se continúa con el proceso inversionista y se repite en 2019 la cifra de turistas como Plan del año anterior.

Están concebidos 610 proyectos para el turismo, entre ellos 51 espacios recreativos; así como el crecimiento en todo el país de 3841 habitaciones, sobre las 70879 con que terminó el año 2018. Informar esto al pueblo es lo mismo que decir que las viviendas de los cubanos tienen que seguir esperando.

No importa lo significativo que sea el dinero que entre por el turismo si tiene que invertirse en comprar en el exterior, que pudiera abastecerse en la industria con producción nacional. Entonces este ingreso no juega el papel necesario acorde a las necesidades sociales para permitir el despegue de otros sectores. Habría que señalar que la ineficiencia productiva del régimen hace que se tengan que importar productos como hortalizas, frutas, artículos de aseo y en un momento determinado hasta azúcar.

Si la solución a la falta de producción es importar, los gastos en divisas harán que persistan las tensiones en la economía, y se mantendrá la insuficiencia para cubrir la demanda, no solo de los artículos que se distribuyen de forma normada, o en moneda nacional, sino de aquellos que se venden en moneda convertible, en las tiendas de divisas que son prohibitivas para muchos de los cubanos.

El elevado nivel de endeudamiento con que operó la economía en el año 2018 se cultivará e incluso crecerá en 2019, en particular con el incremento de las deudas reordenadas, que no podrán honrarse en el corto plazo, ni tampoco en el próximo período anual.

De igual forma, se ha recalcado que el Presupuesto del Estado tiene vocación social, pero se han mostrado varias cifras de diferentes actividades, sin definir qué parte del presupuesto se dedica a las Fuerzas Armadas Revolucionarias y al Ministerio del Interior, prácticas improductivas que solo sirven para la represión. Se precisó por el Ministerio correspondiente que ambas tienen planificado el gasto necesario para su funcionamiento.

Como ya estamos acostumbrados, se planteó que los trabajadores tienen mucho que aportar para las soluciones armónicas de la economía nacional. Todo ello con los bajos salarios, la poca atención, el desvío de la actividad sindical para apoyar el Partido Comunista de Cuba y el resto de los problemas que tiene cualquier obrero en el país. Además, se supone que hagan lo que los dirigentes dejan de hacer, a pesar que no tienen en la vida diaria las dificultades de los que laboran por un mísero salario.

El cangrejo económico del socialismo seguirá retrocediendo, primero poco a poco, pero después conseguirá hacerlo de forma acelerada. Lo que hace falta es que el pueblo de Cuba tome algunas decisiones y no se tenga que llegar a esos extremos.