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El Decreto 349 y el abuso contra Maykel Osokbo

Inciciativa en contra del Decreto 349. Foto tomada de Internet

LA HABANA, Cuba.- El Decreto 349 ha entrado en un vago limbo. Asegura el Ministro de Cultura que no se aplicará aún en algunas actividades. Dice el Viceministro que se trabaja en determinadas normativas que serán discutidas con los artistas. Algunos creen que este ha sido un revés para el gobierno, que tiene que lidiar ahora con una “revuelta” de unos cuantos artistas e intelectuales. Para otros, lo ocurrido está lejos de ser un notable paso de avance contra la censura y la represión.

De cualquier manera, lo cierto es que, como en tantas ocasiones, el aparato de represión y censura solo está cogiendo un aire. Los que manejan verdaderamente los hilos que terminan en quienes dan la cara, los que tejen en la sombra la estrategia dictatorial contra los ciudadanos, esos de los que casi nunca vemos los rostros, esos están mientras tanto haciendo muy en serio su trabajo.

Pero, además, resulta que el D349 —o como sea que le llamemos a la censura gubernamental— ya entró en acción en el Festival de Música Electrónica Eyeife, del que fue excluido arbitrariamente, luego de haber sido debidamente programado, el dúo de hip hop La Alianza, que ha escrito temas muy críticos con el proyecto constitucional que ha estado promoviendo el Partido Comunista.

Y, más grave que eso, debemos recordar que todavía hay dos músicos presos precisamente por protestar en público contra el D349, aunque la policía se empeñe en fabricarles cargos amañados sin ninguna lógica. O con la lógica retorcida y vengativa de la Seguridad del Estado, que quiere dar un escarmiento para que no se propaguen esos actos en defensa de la libertad artística. Y, en definitiva, de la libertad a secas.

Se trata de los raperos Maykel (Castillo Pérez) Osokbo y Lázaro Leonardo Rodríguez Betancourt (Pupito en Sy), que participaron en un concierto para impugnar el nefasto decreto, el pasado 21 de septiembre, en La Madriguera, sede de la Asociación Hermanos Saíz, entidad que supuestamente debe apoyar a los jóvenes creadores y se autoconsidera una Organización No Gubernamental.

Los dos jóvenes artistas contestatarios fueron detenidos violentamente en días posteriores al concierto, con acusaciones ficticias —que cambian constantemente—. Aunque Rodríguez Betancourt (Pupito en Sy), a pesar que ha pasado momentos duros durante su arresto y se le mantienen los cargos, es posible que salga en libertad bajo fianza en espera del juicio.

Para Maykel Osokbo, sin embargo, el castigo está resultando mucho más cruel y peligroso, de seguro por haber sido el organizador del concierto anti-D349 y por haber invitado a otros artistas de música hip hop para que participaran, además de que ya había escrito varias canciones muy fuertes contra el régimen y, una vez en la prisión, ha mantenido una actitud muy rebelde.

Las informaciones más recientes sobre ambos detenidos fueron obtenidas por Cubanet en conversación telefónica con el poeta Amaury Pacheco, amigo de los músicos y uno de los principales impulsores de la campaña más sonada contra el D349, que encabezan también Luis Manuel Otero Alcántara, Yanelys Núñez y otros artistas que ya habían organizado la Bienal 00, ese inolvidable parteaguas en el arte independiente cubano.

Pacheco dio la información sobre Rodríguez Betancourt —que quizás salga pronto bajo fianza— de acuerdo con lo que le comunicó la hermana del rapero. Los detalles sobre el estado de Maykel Osokbo —que supo Pacheco a través de una fuente en la prisión de Valle Grande que se comunicó por teléfono con él— son muy preocupantes.

“Osokbo volvió a coserse con alambre la boca y empezó su tercera huelga de hambre y sed”, informa el poeta. Como ya es habitual en estos casos, y en demostración de la naturaleza extremadamente inhumana del sistema penitenciario cubano, sus carceleros lo han aislado en una celda de castigo. Eso es lo último que ha podido saber Amaury Pacheco.

Esta es una noticia muy alarmante y nos pone de frente al carácter abusivo que puede alcanzar la política cultural del gobierno, manejada por unos esbirros que siempre mienten sobre sus intenciones, que acusan de ignorantes o manipulados —cuando no de mercenarios al servicio del imperio— a los que critican el D349 y para quienes la vida y la dignidad de los ciudadanos que se les oponen carecen de todo valor.