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El difícil camino de estudiar medicina en Cuba

Estudiante de medicina en Cuba. Fotos del autor

LA HABANA, Cuba.- Ya ha pasado un mes desde que, como de costumbre, septiembre diera la bienvenida a un nuevo ciclo escolar en la enseñanza superior cubana. Alrededor de 240 mil estudiantes se dirigieron a sus aulas con proyectos académicos y de vida por delante. Sin embargo, el tropiezo con la realidad les hace desvanecer muchas de sus aspiraciones.

Este curso, al igual que los anteriores, la carrera de medicina vuelve a erigirse dentro de las más populares, o al menos, en una a las que el Estado ha favorecido por sobre otras ramas de la ciencia, y que, como cada año, concede un porciento superior de plazas de estudio.

Cabe añadir que desde el año 2014, el gobierno decidió saltarse las leyes que obligan a todo ciudadano cubano a realizar el Servicio Militar Activo, para permitir que los estudiantes de nuevo ingreso a la carrera de medicina tuvieran la ventaja de no realizarlo.

Aunque esta prebenda del Estado fue suprimida en el presente curso, los estudios de medicina se mantienen en la cima de popularidad. Por ejemplo, según el Anuario Estadístico de Salud, en Cuba actualmente existen 13 universidades de ciencias médicas, y en ellas, un total de 25 facultades. Asimismo, el anterior curso 2017-2018 estudiaban la carrera de medicina 63 379 cubanos, de ellos 11 981 en La Habana.

Esta masividad tiene, entre otras causas, las necesidades de ocupar los asientos de los especialistas de salud que cumplen “misión” en el extranjero y por concepto de servicios constituyen una de las entradas más rentables para la economía cubana.

Sin embargo, a pesar del perfeccionamiento del plan y la masividad de la enseñanza, una investigación del doctor Francisco Rojas, dio a conocer que un aspecto que limita la enseñanza de la salud pública es la composición de los claustros, en especial la de Médico General Integral, pues los docentes son muy jóvenes, de corta experiencia y la mayoría con categoría docente de instructor.

Si bien es cierto que el actual plan de estudios promueve que la docencia de los futuros doctores se realice a diferentes niveles de atención de salud, la actual masividad ha provocado que la calidad de los graduados disminuya y junto a ello, el basamento ético-profesional que debe caracterizar a la nueva generación de galenos, explicó Ramsés, uno de los jóvenes profesores de esta ciencia en La Habana.

Los problemas continúan

Entre la multitud de nuevos estudiantes que cada año acuden a sus centros docentes, hay obstáculos que sobrepasan el deseo de preparar médicos en la Isla. Por ejemplo, Ernesto, estudiante de la Facultad de Medicina del Hospital Miguel Enríquez, refiere que las condiciones para la docencia en su escuela y los laboratorios dejan mucho que desear, así como algunas de las salas del centro donde realizan sus prácticas, por el estado de deterioro en que se encuentran.

Fotos del autor

Sin embargo, el Ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi, en el programa televisivo Mesa Redonda, explicó: “Usted recorre el país y a pesar de tener todavía limitaciones serias se nota un progreso”.

Por lo reflejado en el Anuario Estadístico de Salud, ejercen alrededor de 164 mil médicos en los centros de salud en la Isla. Pero otra realidad demuestra, según conocimos por las discretas opiniones de algunos estudiantes de la capital, que muchos de ellos han tenido que suplir el papel de los doctores, aún sin estar graduados, por la ausencia de profesionales en los espacios de atención.

La política de la integralidad

Un estudiante de medicina cuando cursa sus estudios, además de velar por su rendimiento académico, debe participar en un determinado número de actividades políticas, culturales y científicas, para al final de sus estudios contar con un documento que los propios docentes le llaman “la Integralidad”, que certifica la participación del estudiante en dichas actividades.

Estudiantes de medicina. Fotos del autor

Esta acreditación con matiz político, privilegia por encima de los resultados académicos a un determinado número de estudiantes a la hora del otorgamiento de ubicaciones laborales, ayudantías o especialidades médicas e internados verticales, por solo mencionar algunos ejemplos.

Asimismo, a pesar de que, en febrero de 2014, se anunció el aumento de salarios para el sector de la salud pública, ya que el presidente Raúl Castro precisó que “el ingreso fundamental del país” obedecía “al trabajo de miles de médicos en el exterior”, aún el tema de los ingresos de un profesional de la salud es uno de los temas que más preocupa.

“Cuando nos graduemos viviremos de los regalos”, comenta Rosa, otra de las jóvenes estudiantes de la carrera, refiriéndose precisamente a los donativos que reciben diariamente los doctores de manos de sus pacientes.

Mientras tanto, la Salud Pública continuará siendo el pilar más alardeado del gobierno y una herramienta de la diplomacia cubana para defenderse de las críticas, aunque la realidad demuestre que tiene un gran número de fisuras.