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El mosquito y la ineficiencia del castrismo

Soldados del Ejército Juvenil del Trabajo, una rama de las Fuerzas Armadas, en labores de saneamiento (Foto: Desmond Boylan/AP)

GUANTÁNAMO, Cuba.- El índice de infestación del vector transmisor del dengue, zika y chikungunya en Guantánamo está 97 puntos por encima del permitido, según datos publicados este viernes 13 de julio por el periódico Venceremos, órgano oficial del comité provincial del partido.

El índice de infestación considerado normal es 0.05 y la provincia tiene un índice promedio de 0.40, es decir, 35 puntos por encima. Los municipios que presentan la peor situación son Guantánamo, que tiene un índice de 1.02, Caimanera (0.71, 36 puntos por encima), Manuel Tames (0.29, 24 puntos por encima), Baracoa (0.13, 8 puntos por encima e Imías (0.10, 5 puntos por encima).

La información, publicada con el título “Se agudiza situación epidemiológica” —lo cual dice mucho de lo que puede estar oculto, tratándose de la prensa oficialista— deja constancia de que en las zonas Centro y Sur de la capital provincial hay transmisión de dengue, aunque nada informa sobre la cantidad de casos reportados, ni sobre el número de personas hospitalizadas, mucho menos sobre si ha habido muertes, algo que no contribuye a que la población interiorice el riesgo que corre, mucho más cuando las fumigaciones dejaron de ser sistemáticas para convertirse en excepcionales, pues se están haciendo únicamente en los lugares donde se han detectado personas infectadas con el virus o en zonas de peligro.

En este momento esas acciones se están haciendo cada tres días en el barrio de San Justo, que se halla bajo vigilancia debido a “su elevada focalidad y alto número de casos sospechosos del virus”, según la nota firmada por Annaliet Sourt Álvarez.

Hasta la fecha no se han reportado casos de zika en la provincia, declaró al periódico Eduardo Sánchez Lara, director provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de la provincia, algo que es contradictorio pues ese mismo señor y ante la misma periodista, declaró a Venceremos el viernes 25 de mayo que se habían detectado varios casos con esa enfermedad en el centro de la ciudad.

Para que se tenga una idea de la magnitud de la situación, en marzo la provincia presentaba un índice promedio de infestación de 0.23, en mayo ya estaba en 0.39 y ahora se halla en 0.40, lo que demuestra que  las acciones realizadas por las autoridades comprometidas con la solución del problema no han logrado reducir el índice de infestación ni la propagación del dengue.

Todo parece indicar que mientras no se haga un trabajo mejor coordinado y más serio, el peligro continuará presente. Por ejemplo, el propio Venceremos de este 13 de julio publicó en su sección “Instantáneas” una queja de los vecinos de la calle 8 Sur, entre Los Maceo y Moncada, porque el pasado 7 de julio un trabajador de la campaña anti vectorial se negó a fumigar el interior de las viviendas por indicación de su jefe.

El mal trabajo que realiza de forma reiterada la empresa de acueductos y alcantarillados es objeto de crítica permanente por los ciudadanos en ese periódico, el cual, en su sección “Desenfoque”, también del pasado viernes, dio cuenta de que una alcantarilla situada en la calle Ramón Pintó, entre 5 y 6 Este —precisamente en el barrio San Justo— permanece tupida desde hace más de un mes y de ella brotan desechos y aguas pútridas. Según la nota los vecinos se quejan de que el camión desobstructor no ha resuelto el problema debido a las notorias deficiencias de los desagües. Una acumulación de aguas putrefactas como esas sirve de reservorio ideal para las larvas del mosquito Aedes aegyptis.

En la calle 2 Norte, esquina al 5 Oeste Reparto Pastorita, a un costado de la sede del comité provincial de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), desde hace más de cinco años existe una alcantarilla destapada que, además de constituir un peligro potencial para peatones y conductores de vehículos facilita la reproducción del mosquito.

A un costado de la Universidad de Ciencias Médicas hace años que otra alcantarilla se halla sin tapa y, más adelante, frente a la garita de los custodios, existe casi de forma permanente una gran acumulación de agua, que aumenta considerablemente cuando llueve.

Una situación semejante presenta una alcantarilla situada en la esquina de las calles Máximo Gómez y 1 Sur la cual lleva tres años en esas condiciones.

Estos son solo algunos casos entre los múltiples que existen en la ciudad de Guantánamo.

No basta con que los ciudadanos hagan pública su queja, es necesario que esta sea atendida correctamente, lo cual implica ejecutar acciones concretas y eficientes para resolverlas. Pero la eficiencia no es precisamente lo que distingue a la empresa de acueductos y alcantarillados de Guantánamo.