Inicio Cuba El presente es fatal, pero el futuro… (III)

El presente es fatal, pero el futuro… (III)

Mujer con un nasobuco en La Habana (Foto: AP)

LA HABANA, Cuba.- Se han explicado algunas de las medidas tomadas por el régimen para paliar la pandemia de coronavirus, no obstante, cada nueva información resulta peor que su precedente. En el caso de los abastecimientos, las noticias son hasta ridículas.

La última escaramuza fue el aumento de la canasta básica con 10 onzas de chícharo y una libra de pollo durante el mes de abril (ambos productos serán entregados a través de la libreta de abastecimiento). Sin embargo, el mes de mayo no tiene todavía garantizado tales beneficios. Habría que ver si Santa Claus los trae para Cuba en su trineo. ¡Ah, es cierto! Este es un mito americano y seguro lo coge “el bloqueo”.

Todo es tan absurdo que puede considerarse una comedia. Al final lo que más daño hará al pueblo no es el nuevo coronavirus, sino la falta de alimentación y de otros recursos.

Los productos de aseo, por su parte, vuelven a estar racionados en la cartilla de racionamiento. No obstante, ahora aumenta la incertidumbre con la pasta de dientes, que será distribuida de forma territorial. Las reservas del gobierno apenas alcanzan para un tubo al trimestre por núcleo familiar. Peor aún, todo parece indicar que el régimen no sueña con fabricarla debido a la falta de materias primas. Ahora la higiene bucal también cae en crisis.

El ministro de Comercio Exterior, el señor Rodrigo Malmierca ―que sale poco a la luz pública― informó que, en el segundo semestre de 2019, hubo irregularidades en las operaciones comerciales con otros países, que están repercutiendo este año. Lo que no dijo es hasta cuándo van a trascender estas anomalías.

Como una noticia “importante” se ha anunciado que, por primera vez en muchos años, se podrá distribuir papas en las provincias orientales, a tres libras por consumidor. El hecho es considerado por el oficialismo un éxito. Sin embargo, debería sentir la vergüenza por ser incapaz de abastecer antes a esa zona del país. ¿Por qué antes de la “Revolución” todo el mundo comía papa?

El primer lugar entre las situaciones difíciles lo tiene la escasez de agua, en particular en la capital del país y en la provincia de Santiago de Cuba. Se ha explicado de forma oficial que solo restan 50 días de reserva de agua. La viceprimera ministra Inés María Chapman informó que hay lugares con ciclos de hasta 13 días en el abastecimiento del preciado líquido y 60 mil personas que reciben el agua por pipas en La Habana.

Sin embargo, si se arreglaran los salideros ―de un total de 2 500 se han reparado 500― se podría efectuar al menos la mitad del suministro. Pero, claro, no hay voluntad política para solucionar los problemas que padece el pueblo: todo se convierte en vociferar que el “bloqueo” no deja avanzar a la “Revolución”.

Tampoco se queda detrás el incremento de las colas, un pretexto que la Policía usará para aumentar su presencia en la calle. No se permitirán menores de edad en las filas, ni tampoco personas de alto riesgo por su edad. De igual forma, no se podrá estar a la espera de una compra o servicio sin nasobuco, aunque no se han vendido a la población.

Todo esto porque ya se reconocieron los dos primeros eventos de transmisión local, en Matanzas y Pinar del Río, y los casos de personas contagiadas con el nuevo coronavirus aumentan por decenas cada día.

El gobernante Miguel Díaz-Canel convocó a las personas a salir lo menos posible a la calle el 28 y 29 de marzo; no obstante la Policía política no se hizo eco del llamamiento gubernamental. En cambio, citó a varios disidentes para ponerles multas o darles sesiones de miedo por “escribir en internet mal sobre los dirigentes”.

Pero la frase clave que dijo el “presidente”, en una de sus muchas intervenciones, fue: “No vamos a tener todos los recursos que necesitamos para satisfacer toda la demanda”.

Quizás algunos entendieron que se trataba de comida, otros de medicinas, pero ¿y si estaba hablando en futuro? ¿Si se refería a cuando acabe la pandemia?

No es un secreto que no hay financiamiento, ni moneda convertible para salir al mercado internacional a comprar en efectivo. Cuando toda esta pesadilla sea parte del pasado, habrá que retomar algunas producciones desde cero y también algunas de las actividades importantes del país, como las escuelas, las universidades, los hospitales y, muy en particular, el turismo. ¿Con qué dinero se van a enfrentar las dificultadas generadas o agravadas por la pandemia, sobre todo cuando las actuales deudas del régimen dificultan la obtención de créditos internacionales?

En esa línea, se prevé un futuro peor que el presente. Ahora hay que lamentar vidas por la pandemia, pero cuando pase el vendaval y agrave los actuales problemas económicos y sociales, será muy difícil “sobrevivir” en Cuba. Encontrar alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad se convertirá en una pesadilla.

Para esa fecha, quizás el pueblo cansado del encierro, del nasobuco, de la falta de libertad y de la escasez de todo lo que es vital, decida exigir sus derechos en la calle.

El presente es fatal, pero el futuro… (II)

El presente es fatal, pero el futuro… (I)

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