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El Zoológico de 26: otra víctima del régimen

Estanques vacíos en el Zoológico de 26 (Foto Cubanet)

MIAMI, Estados Unidos. – El Zoológico de La Habana La Edad de Oro, popularmente conocido como Zoológico de 26, no pasa por su mejor momento. El otrora centro de referencia para el disfrute de la familia cubana parece condenado a morir a causa de la desidia de funcionarios y autoridades de La Habana, que cada vez destinan menos recursos para el mantenimiento de sus instalaciones.

En ese sentido, lo que en algún momento fue un hermoso y funcional Zoológico de ciudad, hoy es un sitio subutilizado que ya comienza a mostrar las costuras. Fotografías exclusivas recogidas por CubaNet así lo corroboran. El deterioro de las instalaciones del Zoológico es visible: mal estado del parque infantil y de muchos de sus aparatos, falta de higiene, problemas en el sistema de drenaje y en la recogida de basura, estanques de agua vacíos. Todo ello sumado a la pobre oferta gastronómica de la instalación redondea una situación que, tal y como se ve, parece difícil de revertir.

Aguas albañales, en el parque infantil del Zoológico de 26 (Foto Cubanet)
Cafetería del Zoológico de 26 (Foto Cubanet)

El principal perdedor de la decadencia del Zoológico: la población, que pierde una opción recreativa más así como el acceso al conocimiento que provee el intercambio con la flora y fauna. La situación del Zoológico de 26 ha llegado a tal punto que ni siquiera los vendedores ambulantes de juguetes y confituras aparecen por el lugar, tal y como ocurría hace algunos años atrás.

Aguas albañales, en el parque infantil del Zoológico de 26 (Foto Cubanet)
Basura y escombros amontonados en el parque Zoológico de 26 (Foto Cubanet)

Las presentes imágenes sobre el lamentable estado del Zoológico salen a la luz pocos meses después de que Lázaro Luis Balido Perdomo, director comercial de la instalación asegurara al programa televisivo Libre Acceso (Canal Habana) que el centro comenzaría a comercializar las pieles de los animales sacrificados para ayudar a sostenerse económicamente.

En aquel momento, Balido Perdomo trató de motivar a los televidentes a recorrer las áreas de la octogenaria institución, pero no pudo disimular el profundo abandono que ahora mismo caracteriza al Zoo habanero. Durante varios minutos, el funcionario reconoció los “esfuerzos” que se habían hecho para recuperar el parque y los progresos significativos alcanzados, así como las labores constructivas que se ejecutaban y la compra de un mobiliario gastronómico nuevo.