VILLA CLARA, Cuba.- La doctora Magdelenis Cordoví Santiesteban, quien regresó a la Isla tras el cierre del programa Más Médicos de Brasil a finales de 2018, falleció por falta de atención médica el pasado 2 de marzo en el hospital Orlando Pantoja del municipio Contramaestre, en la oriental provincia de Santiago de Cuba, según ha denunciado su familia.
Ulises Mora, esposo de la doctora, reveló que todo comenzó cuando llevó a Magdelenis al hospital con un cólico nefrítico, vómitos y diarreas, sin embargo, ante la negativa de ingreso tuvo que regresar a su domicilio, una acción que Abel Álvarez, un facultativo cubano de Contramaestre que ahora vive en Brasil, calificó de “negligencia”.
“Con ese cuadro –continúa Álvarez– perfectamente podría haber sido otra enfermedad. En el abdomen existen muchos órganos importantes y en el caso de las mujeres es peor todavía, pues hay que descartar embarazo ectópico, apendicitis, cólicos biliares, etc”, refirió a Cubanet este doctor, quien fue amigo y alumno de Magdelenis.
Al día siguiente, según revela el blog Frontera Independiente, Magdelenis regresó al hospital porque sus dolencias se habían agravado y, horas después, la doctora de guardia administrativa consideró que su estado era grave. Avisó a la dirección del centro, así como a la Directora Municipal de Salud, pero ninguna de las dos autoridades se preocupó por el caso de Cordoví Santiesteban.
A través de la cuenta de Twitter de Cordoví, la familia de se dirigió al gobernante Miguel Díaz-Canel, al Ministro de Salud Pública Dr. José Ángel Portal Miranda y a la cuenta oficial del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) para comunicarles que la galena había fallecido deshidratada el dos de marzo en el hospital de Contramaestre por falta de atención médica.
Álvarez afirmó sentirse sorprendido por la noticia y agregó que no existe justificación para tan lamentable hecho. “Puede haber sido por falta de recursos humanos en los hospitales, por falta de interés de los profesionales. Yo trabajaba en Cuba como médico y las condiciones son infrahumanas. Pero nada de eso justifica que un país que dice ser ejemplo en el mundo en cuanto a la medicina deje que estas cosas pasen”, puntualizó.
Otras fuentes afirman que la doctora fue víctima de un infarto cardíaco, que pudo haber sido provocado, entre otras cosas, por la falta de agua en el organismo. “La deshidratación en su estado más severo puede provocar también un infarto”, agregó Álvarez. “No se puede descartar que, por una hemoconcentración producto de la misma deshidratación, ocurriera el infarto. Mas de eso solo se tiene certeza después de una necropsia”.
“Yo recomiendo que se mantenga abierta la investigación y que no se descanse hasta descubrir la verdadera causa, y que pague quien tenga que pagar. Al final cada médico hace el juramento hipocrático. Y se debe a ese juramento”, sentenció enérgico el galeno cubano.
Como persona y profesional, Álvarez describió a su colega como una “maravillosa profesora y excelente compañera de trabajo y amiga. Es una lástima, de verdad, que muchos no hayan aprendido de la calidad humana que tenía Magdalenis. Dio tanto por su país y mira como se le trató, al punto de que hoy no está más entre nosotros”.
La doctora Cordoví fue una de las profesionales que regresó a la Isla luego de la retirada unilateral de Cuba del programa Más Médicos de Brasil, ante las nuevas exigencias del entonces electo presidente de esa nación Jair Bolsonaro. La doctora brindaba sus servicios en el municipio de Constantina, perteneciente al estado de Río Grande del Sur. Al momento de su partida, la Prefectura Municipal de esa localidad le rindió honores por su dedicada atención sanitaria desde 2017.
¿Hospital de excelencia?
Con anterioridad, varios pacientes han emitido quejas en contra del hospital donde tuvo sus últimos minutos de vida la doctora Magdelenis Cordoví Santiesteban. Único en esa localidad del oriente cubano, varios residentes han denunciado la falta de utensilios básicos, personal médico, así como maltratos recibidos por los trabajadores del lugar.
Este centro médico estuvo en medio de una polémica por cometer una injusticia en contra de uno de sus propios trabajadores, hechos todos que evidencian las malas prácticas que se acometen puertas adentro del Hospital General Docente Orlando Pantoja Tamayo.
En 2017, el galeno Nelson Alfredo Pelegrín, con 28 años de experiencia, fue sancionado por su decisión de no continuar realizando las guardias médicas, una labor que creía voluntaria. En una entrevista con la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Pelegrín manifestó que tras una escalada de sanciones y amenazas terminó expulsado del Sistema de Salud cubano.
Por otra parte, Jorge Cervantes García, de la UNPACU, difundió en 2017 que, durante su estancia en ese centro de salud, con su padre en estado crítico, se fue el fluido eléctrico en la instalación. También informó sobre historias clínicas traspapeladas y la falta de camas para los ingresos.
En junio de 2018, Idael Aguilar llegó al mismo centro médico con una fractura en su brazo y se encontró el Cuerpo de Guardia completamente desolado, sin pacientes ni personal. Al comenzar a filmar la situación, pues ya llevaba varios minutos de espera, llegó una recepcionista y le indicó que no podía grabar e inmediatamente apareció un médico, quien le indicó un yeso sin realizarle antes una prueba de Rayos X.
Aguilar contó que semejante proceder lo revivió con su pequeño de tres años, también enyesado sin haberle aplicado una radiografía, probablemente por faltantes en la materia prima con que se confeccionan las placas médicas.
Pese a todas estas situaciones, el portal de la Salud en Cuba (Infomed) asegura que el hospital Orlando Pantoja Tamayo constituye un centro de excelencia en la prestación de los servicios médicos, y otorga “servicios de atención médica especializada, con suficiente infraestructura humana, física y tecnológica, comprometidos con el bienestar de nuestra sociedad”.
