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Fotos para una comunidad marginada en Cuba

Presentación de la expo (Foto: Laura Rodríguez)

SANTA CLARA.- Alexis Ruiz-Seco Lombera partió de Cuba hacia Estados Unidos en 1994. Quiso, no obstante, regresar al cabo de los años para retratar a la comunidad LGBTI de Villa Clara, mostrar a transformistas, gais y lesbianas tal y como se ven ellos mismos. Vino con el propósito de darles visibilidad a través de su lente, de llegar hasta el interior de los municipios donde existen grupos marginados por la propia sociedad.

“Todo no puede quedarse en la capital”, comenta. Estas obras están dedicadas a una comunidad que ha resistido y se ha transformado. Se trata de que sea una especie de señal que aporte una formación nueva de la cubanidad, que integre a estas personas, para abrir puertas hacia los cuerpos no solamente heteronormativos”.

Para fotografiar a este grupo de personas, Alexis indagó sobre sus vidas y utilizó sus ideas para hacerlos posar con determinada vestimenta y en sitios escogidos por ellos mismos. En la muestra pueden advertirse desde hombres barbudos en trajes hasta desnudos artísticos. Todas con un sentido espiritual elevado.

“Quise mostrar diferentes cuerpos, no solo el cuerpo trans o gay. La diáspora es tan grande que yo pretendí mirar con un poco más de profundidad. Afuera de la comunidad uno siempre piensa que todos son transformistas o que los gais tienen que vestirse de mujer. Va más allá de este hecho. Les di la oportunidad a cada modelo de que eligiera el espacio donde querían retratarse. Se trata, además, de enseñar esta Cuba diversa. Yo resido en Nueva York, pero el hecho de que sea cubano le da otro sentido a la muestra, mayor intimidad. Solo quise que estas personas se sintieran seguras y que supieran que siempre van a tener apoyo. En Cuba falta una mayor integración social. Nadie nace homofóbico ni transfóbico, eso es enseñado”.

En Placetas, Alexis trabajó junto a Rafael Suri, uno de los activistas más populares de ese municipio. El también vocero de la comunidad LGBTI afirma que, aun cuando estuvieron invisibilizados por mucho tiempo, la jornada ha servido para que se llegue a cierta compresión popular en torno a los temas de género.

“Nos ha permitido sentirnos y expresarnos libres, tanto en las calles como en nuestros centros de trabajo. Aún queda mucho por lograr en Cuba. Las jornadas, incluso, deberían avanzar más y llegar a otras comunidades del interior del país que no reciben la misma atención que las capitales. La solución no es una mirada de soslayo porque existen problemas de discriminación en las familias, en los centros laborales y escolares. La realidad en los pueblos de campo como Placetas es muy difícil. Hay temas que no se tratan como son la igualdad de derechos y posibilidades reales para todos y todas. No se trata de decirlo en un discurso, sino que verdaderamente se escuchen nuestros reclamos. Muchas veces, los decisores no están sensibilizados con las temáticas que se proponen”.

A partir de esta semana y hasta el 17 de mayo, El Mejunje se convierte en la sede principal de la Jornada contra la homofobia y la transfobia en Cuba. La tradicional marcha, que se realizará el día 15, servirá para reclamar muchos de los asuntos pendientes a favor de la comunidad LGBTI, entre ellos, la aprobación del matrimonio igualitario y el derecho a la adopción por parejas de gais y lesbianas.