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Komotú: A mal tiempo buena cara

Espectáculo del grupo humorístico
Espectáculo del grupo humorístico “Komotú” (Foto del autor)

GUANTÁNAMO, Cuba. – El grupo humorístico guantanamero “Komotú” arriba a su primer cuarto de siglo este año. Para festejar la ocasión, que se cumplirá el venidero septiembre, ya comenzó a exhibir una especie de antología de sus mejores espectáculos en el teatro Guaso de la ciudad de Guantánamo. Este fin de semana presentó la primera parte con el título “Antología de Komotú, parte I”, donde fueron representados cuatro de algunos de sus más destacados espectáculos.

Fundado en la ciudad de Guantánamo el 9 de septiembre de 1994, su primer director fue Jorge Luís Vega. En el núcleo inicial del grupo estuvo también Alexis Ayala, su actual director, quien entonces había acabado de graduarse como ingeniero eléctrico en Santiago de Cuba y había sido miembro del grupo humorístico “Cortocircuito”. También formó parte del grupo entonces el actor Herber Speck Carvajal, aunque este y el primer director se separaron del grupo poco tiempo después.

La primera actuación en público de “Komotú” ocurrió el 17 de septiembre de 1999. Posteriormente el grupo quedó conformado por Alexis Ayala-director- Miguel Moreno, Yasnay Ricardo y la actriz Anachelis Matos, la última en formar parte del elenco, quien se destaca por su versatilidad y vis cómica, características que también identifican al resto de los actores.

El último cuadro hizo las delicias de los espectadores
El último cuadro hizo las delicias de los espectadores (Foto del autor)

La formación de los integrantes de “Komotú” ha sido autodidacta, aunque algunos han recibido clases de perfeccionamiento actoral en escuelas especializadas del país, algo que ha influido positivamente en su trabajo, que muestra una altísima calidad y presentaciones con un alto nivel de acogida por parte del público. En el caso de Miguel Moreno y Yasnay Ricardo, ya han incursionado en programas humorísticos en la televisión cubana.

Si hay algo que identifica a “Komotú” no es sólo la calidad de sus actores y puestas en escena, sino sus guiones, en los no hay espacio para el chiste ramplón, pues la mayoría de las veces la fluidez e inteligencia del texto ofrece múltiples conexiones para que el mensaje subliminal se adueñe del público y lo ponga a pensar al tiempo que disfruta de sus carcajadas.

El actor Miguel Moreno en el cuadro Empresa de Justificaciones (Foto del autor)

“Komotú” ha demostrado que burlarnos de nuestra realidad no basta si no logra lanzar al público en una búsqueda que va más allá de sus carcajadas y les permite acercarse con más sosiego al problema abordado.

Seguramente estas antologías  continuarán a lo largo del año de su primer cuarto de siglo de existencia y quienes residimos en la ciudad del Guaso tendremos el placer de volver a  evaluar su actuación.

“Komotú” continuará provocando sonrisas y risas y nos hará recordar otros momentos compartidos a teatro lleno, pero también nos demostrará nuevamente que la proyección del humor y sus mensajes subliminares, si es bueno, se prolongan más allá del escenario, cuando a la risa le sucede la reflexión. Eso es lo que siempre ocurre con “Komotú”.

Y añado que me resulta curioso que las reservaciones  para la gente “importante” -léase los miembros del gobierno- casi nunca son ocupadas, aunque subrepticiamente, y a pesar de la prohibición, siempre hay gente de apariencia sospechosa grabando el espectáculo. Por algo será.