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La ausencia de derechos en Cuba y la complicidad de la ONU

Represión de la policía en Cuba (Foto: Internet)

GUANTÁNAMO, Cuba.- Recientemente un alto funcionario del gobierno estadounidense afirmó que elegir a Cuba para que ocupe nuevamente un escaño en el Consejo de Derechos Humanos sería como dejar entrar a un zorro en un gallinero.

Las anteriores elecciones que han otorgado a la dictadura cubana la ocupación de un escaño en esa prestigiosa entidad internacional, lejos de obligarla a adecuar su conducta a la responsabilidad y la ética que ello implica, en cuanto al respeto de los derechos humanos, ha fortalecido su conducta transgresora. Por eso la aguda frase es una advertencia acerca de lo que puede volver a ocurrir gracias a la connivencia internacional con un régimen despótico, manipulador y mendaz como no ha habido otro en el hemisferio occidental.

Cada vez que alguna organización no gubernamental vinculada a la defensa de los derechos humanos, u otra perteneciente a la verdadera sociedad civil independiente cubana, presenta un caso de violación de esos derechos ante el CDH, los representantes castrocomunistas montan en cólera, insultan a quienes los acusan y terminan sus cansinos discursos con el ritornelo de que se trata de una campaña orquestada por los Estados Unidos de América.

Así han actuado ante asesinatos atroces como el hundimiento del remolcador 13 de marzo y el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate. También ante la sostenida represión contra las Damas de Blanco, la Unión Patriótica de Cuba y cuanto movimiento opositor ha osado levantar su voz ante la despiadada discriminación política ejecutada por el triunvirato partido-gobierno-estado.

Sea o no reelecta nuevamente la dictadura cubana para ocupar un escaño en el CDH, lo cierto es que cada día sus métodos represivos son denunciados y desmontados ante la opinión pública nacional e internacional. Nada, que ya el zorro cubano -léase la dictadura- también anda con el rabo entre las patas.

Hoy presento a los lectores de Cubanet un caso, ¡otro más! , que constituye también un nítido ejemplo de por qué la afirmación de que la dictadura viola de forma reiterada y masiva los derechos humanos no es una falacia, como afirman sus dirigentes y diplomáticos.

Discriminación política contra un opositor y complicidad de la Fiscalía General de la República

En horas de la tarde del pasado 30 de septiembre, fuerzas de la Seguridad del Estado de Santa Clara, dirigidas por un oficial encubierto con el seudónimo “Erix”, allanaron por la fuerza, sin orden de registro y sin la presencia de dos vecinos cercanos, como establecen los artículos 218 y 227 de la Ley de Procedimiento Penal, el domicilio de Yoel Bravo López, vecino del Callejón La Marota, Antón Díaz, Santa Clara, provincia de Villa Clara.

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Yoel Bravo López. Foto cortesía del opositor.

Yoel es el secretario general del Frente Nacional Orlando Zapata Tamayo, y presidente del Movimiento Opositor Juventud Despierta en el territorio.

Según relató Yoel a Cubanet, el mencionado oficial penetró en su vivienda en contra de su voluntad, sin orden de registro y le ocupó un triciclo electrónico, una impresora láser, una laptop y varias hojas impresas… ¡con pensamientos de José Martí!

Tal atropello constituye una flagrante violación del artículo 49 de la Constitución de la República, que establece que el domicilio es inviolable y que no se puede penetrar en morada ajena sin permiso de quien la habita, salvo por orden expresa de la autoridad competente, con las formalidades legales y por motivo previamente definido en ley. A la vez constituye un claro delito de Violación de Domicilio y Registro Legal, previsto y sancionado por el artículo 287 del Código Penal.

Nuevamente se revela la complicidad de la Fiscalía General de la República con la seguridad del estado

Después de la violación de su domicilio y del registro ilegal al que fue sometido, Yoel fue trasladado a la unidad provincial de instrucción penal de Villa Clara, donde permaneció detenido arbitraria e ilegalmente durante 24 horas.

Posteriormente, junto con su esposa y otros opositores pacíficos, se dirigió a la Fiscalía General de la República en la provincia, para presentar una queja contra el proceder del mencionado oficial de la Seguridad del Estado, pero ocurrió -¡vaya forma de esa entidad de cumplir con su obligación constitucional de defender la legalidad y de atender las quejas de los ciudadanos!- que mientras “atendían” a Yoel, alguien llamó a la Seguridad del Estado. Pocos minutos después se presentaron en el lugar unos oficiales de ese órgano represivo en un auto de la policía y volvieron a detener a Yoel, no sin antes despojarlo del Acta de Ocupación de los bienes, una prueba documental que sirve para demostrar la antijuridicidad de la actuación del esbirro.

Evidencia de la ocupación ilegal de los bienes de Yoel Bravo López. Foto cortesía del opositor.

Apunto que la ocupación de los bienes antes mencionados violó el artículo 58 de la Constitución de la República, que establece que todas las personas tienen derecho al disfrute de los bienes de su propiedad y que el Estado -¡vean que bonito, el Estado!- garantiza su uso, disfrute y libre disposición, de conformidad con lo establecido en la ley.

Si este caso llega a alguna instancia protectora de los derechos humanos estoy seguro de que la dictadura responderá usando el mismo maniqueísmo utilizado otras veces, gracias al cual ella será la Caperucita y Yoel el lobo feroz. Yoel será presentado como un delincuente y todo lo que ha dicho es mentira, porque esa es la forma de actuar de los diplomáticos castristas, obligados a resistir con cara de jugador de póker los embates de la verdad, cada día más fuertes e incontrastables, o a mentir desvergonzadamente ante los prestigiosos organismos de las Naciones Unidas, encargados de velar por el estricto cumplimiento del derecho humanitario internacional.

Gracias a Dios que el zorro está cada día más desprestigiado, porque, como aseguran que dijo Lincoln, se puede engañar a todo el pueblo una parte del tiempo y a una parte del pueblo todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo. Ojalá llegue pronto el día en que la ONU ponga fin a los embustes de la dictadura cubana. Hasta ahora ha sido cómplice, y conste, nunca lo olvidaremos.

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