LA HABANA, Cuba. – Nada altera la pausada forma de hablar del realizador de audiovisuales animados Víctor Alfonso Cedeño. Ni siquiera su lucha contra el cáncer logra arrancarle la mansa sonrisa que acompaña sus conversaciones.
La enfermedad que desde 2017 amenaza la salud del arquitecto cienfueguero tampoco ha detenido su trabajo audiovisual. Alfonso Cedeño conserva sus ambiciones como creador y espera lanzar nuevas temporadas de las conocidas series Dany y el Club de los Berracos y Yesapín García, un gracioso y controvertido personaje de dibujos animados.
En conversación con CubaNet, el joven cubano realizó un recorrido por su carrera. “La arquitectura me enseñó a organizar, a llevar un proyecto que está en el ámbito de papeles hacia algo físico. Me ayuda a hacer posible lo que me planifique, ya sea un largometraje, un cortometraje”, manifestó.
Desde su inicio como colaborador de la revista cienfueguera La Picúa, Cedeño Alfonso se propuso seducir al público con personajes ausentes en el humor gráfico. Dany, El Chino y Mauricio reflejan la etapa inmadura de la vida donde coinciden todas las generaciones.
“Desde la historieta me di cuenta de que todo el humor era para adultos”, explica el cineasta. “Si hay vacío y lo notas, e intentas llenarlo, aseguras la aceptación. Faltaba la comedia de situaciones protagonizadas por adolescentes desde la escuela (…). Tenía fe en que la gente agradecería la entrega de esas vivencias”, aseguró.
Pasar los personajes de la historieta hacia el audiovisual fue una idea que se convirtió en exigencia de sus seguidores.
“Quería llegar a la mayor cantidad de público con mayor frecuencia, entonces utilicé los mismos personajes de las historietas para pasarlos al dibujo animado. Este paso sirvió para dar más vida a las historietas”, explica.
Al éxito de Dany y el Club de los Berracos siguieron las series de Yesapín García, Willy y Filly y cortos como Lavando Calzoncillos. Todos diseñados para describir la vida de los cubanos.
“Siempre trato de reflejar la realidad desde mi punto de vista, como veo la sociedad cubana en cualquiera de sus contextos”, explica Cedeño Alfonso.
La lucha contra el cáncer
El cineasta cubano ha requerido varias cirugías para extirpar varias lesiones de un condrosarcoma que padece. El tratamiento quirúrgico aplicado en Cuba fue una opción hasta que la esperanza se redujo a los cuidados paliativos o tratamientos médicos de apoyo al paciente.
El realizador cataloga como un “tsunami” el apoyo extendido desde las redes sociales para apoyar su esperanza de vivir. Sin embargo, las mayores bendiciones no se separan de él: su esposa Claudia Díaz y su madre Mirtha Cedeño. Las dos mujeres saben que el tiempo apremia y no dejan transcurrir un minuto sin avanzar en el camino por la sanación de Vito, como le llaman sus familiares y amigos.
Alfonso Cedeño, su familia, y las amistades que lo rodean, depositan la esperanza en las investigaciones realizadas en Estados Unidos sobre la reducción del diámetro de los sarcomas hasta alcanzar la cura. Todos están entregados a la tarea de obtener el visado humanitario para que Vito se someta al tratamiento en territorio estadounidense.
Pero el realizador va más allá de la esperanza de sus familiares y la fe espiritual diversa. Dedica el tiempo de espera para tratamiento en la organización de nuevos proyectos.
“Ahora estoy escribiendo la tercera temporada de Yesapín con la ayuda de una amiga que trabaja como guionista. Tengo proyectos escritos de largometrajes, otros de series anteriores como el Club de los Berracos, y algunos de ficción que quisiera realizar en el futuro”.
La carrera creativa del realizador viaja por el mismo camino de su persistencia en la lucha contra el cáncer. El impacto de la enfermedad lo refugia en la creación de donde emerge y nos promete más dibujos animados.
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Periodistas independientes. Residen en La Habana