HOLGUÍN, Cuba.- Claudia visitó las tiendas en MLC en busca de regalos para obsequiar a su mamá, tía y abuelas el Día de las Madres. “Recorrí todas las tiendas y no encontré nada adecuado para tan hermoso día”, dice la joven que, muy a su pesar, desistió de entregar el tradicional regalo.
Claudia siente vergüenza y frustración al saber que lo único que obsequió fueron postales alegóricas a la fecha. Ella resume en una frase la crítica situación: “En este país ni con dólares se encuentra lo que uno necesita”.
El desabastecimiento en las tiendas en MLC se ha tornado más agudo. El déficit de productos es generalizado. El aseo personal, los alimentos, los electrodomésticos, ciclomotores eléctricos y otros productos de primera necesidad han desaparecido de estos nuevos comercios como por arte de magia.
Anunciadas en octubre de 2019 por el oficialismo como una panacea que ayudaría a aliviar la crisis económica en Cuba, la mayoría de las tiendas en MLC desde hace semanas exhiben sus estantes vacíos y otras, en un intento por disimular la situación, los llenan con cajas o productos de lento movimiento.
“Un mercado desabastecido no capta divisas. La manera que tienes de captarla es vender en MLC para poder reaprovisionar y garantizar un mínimo de oferta en moneda nacional, que sabemos que es muy restringida y que está muy por debajo de la demanda del país”, dijo el Ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, durante una intervención en el programa televisivo oficialista Mesa Redonda en el mes de diciembre del pasado año.
Por su parte Betsy Díaz, titular de Comercio Interior, defendió en octubre de 2019, en nombre del bienestar del país, la apertura de las tiendas en MLC. “Esta decisión va enfocada en un solo camino: incrementar la oferta, aumentar la producción nacional, sobre todo de equipos más capaces, y brindar garantías a los consumidores”.
Para muchos, estas declaraciones solo han quedado en promesas. “Si el gobierno no ha podido mantener abastecidas las tienda en MLC, entonces mucho menos surtirá las tiendas en CUP”, es el razonamiento pesimista de Ángel Rivera, un holguinero que no sale del asombro ante la aguda escasez.
Los cubanos culpan al régimen por su mala gestión. “Ni con moneda dura a su disposición el gobierno ha sido capaz de mantener una oferta estable en las tiendas. En el 2019 nos dijeron que había escasez porque no tenían dólares. Pero ahora estamos peor a pesar de que el gobierno ha podido mantener una recaudación en MLC durante casi dos años. ¿Por qué las tiendas siguen desabastecidas?, ¿qué ha hecho el gobierno con el dinero?, se pregunta Marino Hechavarría.
El 28 de noviembre de 2019 Holguín se convertía en la tercera provincia cubana, después de La Habana y Santiago de Cuba, en abrir una tienda para la venta en MLC.
La apertura de los primeros cuatro establecimientos en la provincia bajo este nuevo modelo de oferta estuvo marcada por un incierto proceder.
Casi dos años después, y con más de una decena de tiendas en el centro de la ciudad, en Holguín solo la Luz de Yara ha quedado prestando el servicio en moneda nacional (CUP); en las demás las ventas son en MLC.
“¿Para qué siguen abriendo tiendas en MLC si no han podido abastecerlas ni de pasta dental?”, se pregunta Lourdes Huerta, quien decidió regresar a su casa sin los productos de aseo personal que pretendía comprar.
Neveras vacías muestra el departamento de carnicería del centro comercial La Hogareña. Sin embargo, el local está invadido de cajas con latas de cerveza. “¿Ahora están vendiendo la carne enlatada?”, ironizó un cliente que provocó la risa de todos los presentes menos de la empleada.
Los estantes del departamento de confituras estaban llenos de edulcorante en polvo en unas cajas que mostraban una foto de una humeante tasa de un café con leche que tampoco se ofertaba. “Nadie compra esto porque no hay ni café y ni mucho menos leche”, comentó una señora a su esposo.
En el segundo piso, los productos de aseo personal brillan por su ausencia. De las paredes cuelgan carteles a todo color que anuncian champú, acondicionador y keratina, mercancías que no están a la venta. Una perspicaz clienta cuestiona la situación y señala las imágenes, lo que provoca una simpática respuesta de la dependienta: “Nada más quedaron fotos y recuerdos”, en alusión a la canción de la icónica Selena.
En algunas tiendas se trata de disimular la penuria llenando los estantes con los mismos productos de lento movimiento, pero en otras, como en Las Maravillas, la carencia es tan crítica que no tienen ni siquiera productos para rellenar los estantes.
La mercancía que se debería vender en el local solo se exhibe en imágenes que muestra un televisor pantalla plana colgado a la entrada del establecimiento.
Días atrás la tienda reguló la venta a cinco tubos de pasta dental, 30 paquetes de detergente, una caja de jabón tocador, un champú y un acondicionador por cliente. Otra medida que adoptó el establecimiento prohíbe que un cliente con su tarjeta magnética compre los productos regulados a otra persona.
También se informa que “las cantidades del acondicionador son pocas, cuando se acabe este se van a vender dos champú por clientes”
A pesar de ello, tal como exhiben los carteles pegados en el cristal de la puerta, la oferta quedó muy por debajo de la demanda.
En estos momentos el centro comercial no dispone de las mercancías anunciadas. Sin embargo, en su momento los letreros fueron objeto de crítica por la población tanto por su contenido como por su forma. “Todos nosotros estamos aquí desde ayer haciendo cola. No es justo que nos limiten la compra de los productos”, dice Yuneisi Miranda, en respuesta a una pregunta de CubaNet.
“Los carteles pegados al cristal afean la tienda y para más remate están escritos o tachados con lapicero. Es una falta de ética”, comenta Yordanka, una joven visiblemente exhausta después de toda una madrugada cuidando la cola.
En la tienda San José se observan, por un lado, más de cinco metros de estantes de cuatro secciones llenos de pomos con agua. Mientras que por el otro bando hay tantos envases con puré de tomate en exhibición que un cliente sugirió eliminar el nombre actual de la tienda y sustituirlo por: Tienda “Puré de tomate”.
“Desde hace varios días no hay ofertas nuevas. Es cierto que ahora lo que más tenemos son cajas de cerveza, pomos con agua y cajas con puré de tomate. Estamos esperando nuevas mercancías, pero no acaban de llegar”, comentó a CubaNet una empleada que solicitó el anonimato por temor a represalias.
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