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La extraña relación entre Batista y Fidel Castro Cubanet

Fulgencio Batista y Fidel Castro (Archivo)

LA HABANA, Cuba.- Sólo con rastrear un poco la historia de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, podemos llegar a la conclusión de que la relación que hubo entre Fulgencio Batista y Fidel Castro no fue nada normal. Las evidencias lo confirman.

Esa relación comenzó cuando Raúl y Fidel eran niños, puesto que los poblados de Birán y Banes estaban muy cerca, y era donde vivían las familias Castro y Batista, respectivamente.

Existe una foto donde presuntamente aparece Raúl Castro, con apenas dos o tres años, en brazos de Batista, publicada en el periódico Avance. Allí se afirma que Batista fue su padrino de bautizo. Si esto fuera falso, ¿por qué el General no lo ha desmentido?

Tampoco su hermano Fidel ha desmentido que en múltiples oportunidades se haya dicho que Batista no sólo fue el padrino de su boda con Mirtha Díaz-Balart —hija de un amigo muy íntimo de Batista—, celebrada en 1948, sino que, además, le hizo un buen regalo para su Luna de Miel en Estados Unidos: nada menos que mil dólares, una cantidad nada modesta para la época.

Aun así, fue Fidel y no otro de los tantos abogados que pululaban en La Habana quien presentó una denuncia ante los tribunales para que se sometiera a juicio a Batista, por el delito de derogar la progresista Constitución de 1940 con el golpe de estado del 10 de marzo de 1952.

Por estos días, en un artículo publicado en el periódico Granma, el periodista Pedro A. García hace un recuento sobre lo ocurrido a partir de ese día. Señala que se multiplicaron los crímenes y ofrece la lista de las víctimas más relevantes asesinadas a manos de la Policía, que no llegan a cien, sin preguntarse por qué Batista no se decidió nunca a desaparecer del mapa a Fidel Castro, teniendo todo a su favor para lograrlo.

Foto de la boda de Fidel Castro y Mirta Díaz-Balart (Cortesía)

Otros hechos, bien contados y repetidos y que los historiadores oficialistas cubanos no pudieran menospreciar, son algunos otros que pueden revelar por sí mismos, que la relación entren los Castro y Batista fue más fuerte de lo que hemos imaginado.

Porque, ¿cómo se entiende que Batista le haya proporcionado a Fidel una prisión con grandes privilegios -confesado por el propio reo en sus cartas-, y encima de eso impartiera órdenes a sus oficiales para que “nada le ocurriera a ese muchacho”?

¿Cómo se entiende que le salvara la vida, poniéndolo en libertad a los pocos meses, firmada por él una amnistía, para que pudiera escapar de Cuba a través del Aeropuerto Nacional, como un civil sin importancia?

Como argumento para abandonar el poder, Batista alegó que no quería se continuara derramando más sangre cubana. Su ejército se componía de más de 700 mil hombres bien armados, algo que resultaba imposible para que Fidel, con sus puñados de guerrilleros, hubiera podido ganar.

¿No resulta evidente que Fulgencio Batista, con su fuga, le pudo ceder el poder al hijo de su amigo y compadre Angel Castro, “el muchacho al que no le podía ocurrir nada”?

Misterios del alma humana…

Y algo más: ¿No llama la atención que en venganza Batista jamás haya intentado dar muerte a Fidel y que tampoco el nuevo dictador, con todo a su favor, haya dado muerte a Batista, durante su larga estancia en el balneario español de Marbella y más tarde en la Florida, más cerca de La Habana?

¿No creen que estemos ante una relación digna de un profundo estudio psicológico que está por hacerse?

Portada del periódico avance (Cortesía)