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La Habana inicia un experimento para reordenar el transporte privado

Almendrones en La Habana (Archivo)

MIAMI, Estados Unidos.-  El transporte privado de pasajeros en La Habana, donde la movilidad constituye un importante problema, se somete desde hoy a un “experimento” que incluye nuevas normas e incentivos económicos y fiscales para reordenar un sector con una demanda insatisfecha por décadas.

Un total de 6.119 titulares particulares de licencias de operación de transporte han sido convocados para acogerse al experimento, informó la agencia de noticias EFE, que establece una nueva clasificación del servicio de taxi en las modalidades de ruta, libre y de alto confort o clásico, según dijeron las autoridades encargadas de su implementación.

En La Habana alrededor del 90 % de los trabajadores autónomos con licencia de operación del transporte se dedican al servicio de pasajeros, que es reconocido como “complementario, alternativo y necesario” para el que prestan las empresas estatales.

Desde hace años, el transporte público prestado por autobuses en la capital resulta insuficiente para el desplazamiento diario de cientos de personas, que deben recurrir a los conductores privados, en un país en el que comprar un vehículo es un lujo al alcance de muy pocos.

Los transportistas privados -en su mayoría propietarios de autos de fabricación estadounidense de los años 40 y 50 conocidos popularmente como “almendrones”- han sido citados a partir de este lunes para presentarse en las oficinas municipales dedicadas a estos trámites.

Para obtener una licencia operativa es obligatorio contar con un contrato para adquirir el combustible y ser titular de una cuenta bancaria.

Entre los principales incentivos está la adquisición de combustible a precios más bajos -entre 2 y 66 centavos de dólar el litro según el tipo de gasolina-, una medida que también busca frenar la compra de combustible estatal robado en el mercado negro.

Otra ventaja que se ofrece a los transportistas particulares que se acojan a esta iniciativa es la posibilidad de adquirir herramientas, piezas y accesorios para sus vehículos en un mercado mayorista a precios un 20% más bajos.

En cuanto a las regulaciones, los transportistas privados estarán obligados a cumplir con consumos mínimos y máximos de combustible de acuerdo con el tipo de vehículo, su capacidad y la clase de combustible, y también de acuerdo a la ruta contratada con la empresa estatal de transporte

El nuevo sistema, que establece 26 terminales y 23 rutas asociadas, se desarrollará durante cuatro meses en La Habana y a ella se pueden incorporar transportistas de autos, todoterreno y microbús con capacidad para entre 4 y 14 pasajeros.

Después, el experimento se extenderá a las provincias occidentales de Artemisa y Mayabeque y en el plazo de un año al resto del territorio nacional, además de que se incorporarán vehículos de mayor porte y capacidad, de acuerdo con lo que han explicado los responsables de su aplicación.

La viceministra del Transporte, Marta Oramas, señaló recientemente que las medidas adoptadas buscan un equilibrio entre “los intereses de la población, asociados a precios más asequibles y seguridad”, y los de los transportistas, “para que no vean menguados sus ingresos y accedan a facilidades con los insumos”.

“El Estado debe garantizar un servicio estable, ordenado y de calidad”, afirmó la funcionaria.

Estas normativas forman parte de un paquete de 20 medidas dispuestas por el Gobierno cubano que entrarán en vigor el próximo 7 de diciembre para “reordenar” su creciente sector privado, con el objetivo de agrupar y ampliar el perfil de las actividades permitidas, así como retomar la entrega de licencias, paralizada desde agosto de 2017.

Hasta agosto pasado, estaban registrados más de 593.000 trabajadores privados en Cuba, cifra que representa el 13 % de las personas ocupadas, de acuerdo con datos actualizados del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social.